Eduardo Mendoza, el escritor catalán que renovó la novela en España

Eduardo Mendoza, el escritor catalán que renovó la novela en España

Mendoza es el responsable del idilio de los lectores con los escritores españoles desde finales de los años setenta, de abrir una nueva narrativa y forma de abordar la literatura y, especialmente, de mirar y reencontrarse con la propia España, tanto por parte de los autores como de los lectores. Ese big bang literario se titula La verdad sobre el caso Savolta. Una obra que no solo fue su debut en 1975, poco antes de la muerte del dictador Francisco Franco, sino una novela con fondo, crítica, amenidad, claridad narrativa y un estilo esparcido de ironía y humor.

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Foto: EFE

El escritor catalán en lengua española Eduardo Mendoza ha ganado el Premio Cervantes de las Letras, el más importante en lengua española. Mendoza es el responsable del idilio de los lectores con los escritores españoles desde finales de los años setenta. Él es el responsable de abrir una nueva narrativa y forma de abordar la literatura y, especialmente, de mirar y reencontrarse con la propia España, tanto por parte de los autores como de los lectores. Ese big bang literario se titula La verdad sobre el caso Savolta. Una obra que no solo fue su debut en 1975, poco antes de la muerte del dictador Francisco Franco, sino una novela con fondo, crítica, amenidad, claridad narrativa y un estilo esparcido de ironía y humor. Desde aquel debut, Mendoza siempre ha gozado de la crítica especializada y del favor del público.

El título original de Mendoza (Barcelona, 1943) para aquella novela era Los soldados de Cataluña, pero el franquismo se lo hizo cambiar. El escritor mezcla aquí estilos y una estructura y un enfoque y temática que moderniza la narrativa española. En este debut aborda las luchas sindicales de comienzos del siglo XX, teniendo a Barcelona como su escenario principal. Y esa ciudad, su ciudad, se alza también como protagonista de sus historias. Barcelona como un personaje más. En La verdad sobre el caso Savolta se adentra en la realidad social, cultural, económica y política de la época. Es la novela de la Transición española. Con ella obtuvo el premio de la Crítica, en 1976.

El jurado ha ratificado esto en su acta cuando argumenta la concesión del galardón a Mendoza: "Porque, con la publicación en 1975 de La verdad sobre el caso Savolta inaugura una nueva etapa de la narrativa española en la que se devolvió al lector el goce por el relato y el interés por la historia que se cuenta, que ha mantenido a lo largo de su brillante carrera como novelista. En la estela de la mejor tradición cervantina, posee una lengua literaria llena de sutilezas e ironía, algo que el gran público y la crítica siempre supieron reconocer, además de su extraordinaria proyección internacional".

El galardón lo anunció en Madrid el ministro de Educación, Cultura y Deporte de España, Íñigo Méndez de Vigo. La ceremonia de entrega será el 23 de abril de 2017 en Alcalá de Henares (España), fecha del nacimiento y ciudad natal del autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. El premio tiene una dotación económica de 125.000 euros.

Mendoza ha publicado 15 novelas, dos libros de relatos y dos obras de teatro. La ironía y el humor se despliegan en las páginas de toda su obra. Dueño de una narrativa clara y sencilla, Mendoza aprovecha sus historias para hacer crítica política o social, e incluso denunciar.

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Su obra aborda también una línea más popular con un detective anónimo, sin nombre, un tanto despistado y del que ya lleva cinco novelas. El secreto de la modelo extraviada (Seix Barral) es la quinta entrega y en ella hace que su personaje entre y muestre la corrupción actual del país. Mendoza ha llegado a decir que es una manera de mostrar a "Barcelona como capital del baratillo y de la idiocia". Según Mendoza, todas sus obras tiene pasajes de su vida. "Y si algunos parecen estar un poco locos, es que yo soy así. Aunque parezca y vista como una persona seria y correcta, soy gamberro. Algunos llevan los tatuajes por fuera como señal de rebeldía; yo los llevo por dentro. Soy gamberro por dentro", dijo el año pasado a EL PAÍS.

Eduardo Mendoza vive entre Barcelona y Londres. Trabajó en la Organización de Naciones Unidas como intérprete, un trabajo que, ha dicho, le ha servido mucho a la hora de construir situaciones y voces, diferenciar las voces de sus criaturas de ficción y que cada una tenga entidad propia.

Entre sus novelas destacan: La verdad sobre el caso Savolta, El misterio de la cripta embrujada, 1982: El laberinto de las aceitunas, 1986:La ciudad de los prodigios, 1989: La isla inaudita, Sin noticias de Gurb, El año del diluvio, Una comedia ligera, La aventura del tocador de señoras, El último trayecto de Horacio Dos, Mauricio o las elecciones primarias, El asombroso viaje de Pomponio Flato, Riña de gatos. Madrid 1936, El enredo de la bolsa y la vida, y El secreto de la modelo extraviada.

Menddoza pertenece a la llamada generación de los 80, "marcada básicamente por la liberación que supone no ser una única voz crítica en un régimen de censura", me dijo en un reportaje hace un par de años para EL PAÍS. En la libertad individual está la clave: "Nos dio el poder de ser cada uno. La recuperación de la democracia y la libertad permite no solo criticar la dictadura sino ponerse a escribir de todo". El escritor barcelonés reconoce la vigencia de este grupo al decir: "Es posible que en un futuro, otras generaciones nos vean como un bloque, como nosotros vemos a los románticos".

Este artículo fue publicado originalmente en el blog del autor, el periodista Winston Manrique Sabogal, un espacio para conversar con sosiego sobre literatura, donde él es cronista de encuentros, reportajes y entrevistas a ambos lados del Atlántico, y los lectores son los coautores, con sus lecturas y comentarios.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Periodista literario y cultural itinerante entre Europa y América Latina que comparto experiencias lectoras y del mundo del libro en el blog winstonmanriquesabogal.com. Escribo en el diario EL PAÍS (España) y revistas latinoamericanas. Coordiné la sección de libros en Babelia y en la sección de Cultura de EL PAÍS, además de llevar su edición digital, y el blog Papeles perdidos, del mismo diario. En Colombia trabajé en los periódicos El Espectador, El Tiempo y Agrohuila, y en la Agencia Colombiana de Noticias Colprensa.