Esto es lo que puedes hacer para sobrevivir al apocalipsis climático en España (si llega el momento)
Por si se cumplen los peores pronósticos...
Vamos a ponernos en lo peor: si se cumplen los pronósticos más drásticos sobre las consecuencias de la crisis climática, hacia finales de este siglo España se verá duramente azotada por fenómenos como la desertificación de la mayor parte del territorio nacional, deterioro de los recursos hídricos, extinción de la biodiversidad, elevación de las temperaturas, inclemencias meteorológicas extremas, extensión de enfermedades propias de otras latitudes... De hecho, no hay que esperar tanto, todo esto ha empezado a pasar ya.
Parecen los ingredientes de un escenario apocalíptico propio de una película de ciencia ficción, pero todos ellos figuran entre las previsibles consecuencias de la crisis climática que vive el planeta a causa del calentamiento global provocado por el ser humano. Este proceso solo puede revertirse mediante un compromiso a nivel mundial, pero por la actitud miope de muchos países, sobre todo de los más contaminantes, pinta, hoy por hoy, un horizonte oscuro. Con estos mimbres, hay algunas cuestiones que es posible empezar a plantearte ya para facilitarte la vida a ti y a tu descendencia en el futuro páramo ibérico:
Si no quieres vivir en el desierto, quizá deberías mudarte
Casi un 74% del territorio español es susceptible a la desertificación, según un informe del Ministerio de Agricultura. Si vives en Almería puede que sepas de lo que hablamos. Murcia, Castilla-La Mancha y casi toda Extremadura son las comunidades que más riesgo tienen de desertizarse y de convertirse en una árida estepa, mientras que en Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco no habría problemas.
La desertificación tiene consecuencias a todos los niveles: degradación de las fuentes de agua, disminución de los cultivos y, por ende, de la producción alimentaria... Todo esto repercutiría en la economía. Según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la desertificación traerá como consecuencia una “concentración de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo y la agricultura de regadío”, aunque esto también conllevará “una intensa presión sobre los recursos naturales del litoral”.
Puede ser buena idea mudarse a las comunidades del norte, ya que todo apunta a que van a ser zonas climáticamente más favorecidas en el futuro. Aunque por otro lado, si hay un éxodo masivo hacia dichas zonas la superpoblación podría causar estragos y afectar negativamente a las condiciones de vida, con lo que lo más sensato podría ser aprender a sobrevivir en el desierto... Lo que hoy son elucubraciones quizá sean las encrucijadas de mañana.
¿Mejor vivir en una ciudad o en la España vacía?
“Será preferible vivir en un ambiente rural donde la autosuficiencia y el acceso a recursos primarios para la vida son más accesibles, y no dependamos de factores externos”, señala Ignacio Ortega, presidente de la Escuela Española de Supervivencia. “En un ambiente de campo aún hay medios y recursos primarios como la ganadería y la agricultura, que junto con el agua de las fuentes naturales y manantiales, crean un ecosistema sostenible para ese ámbito”, añade. A la sazón, muchos abuelos recordarán cómo en la posguerra española la carestía y la escasez eran, por lo general, mayores en las grandes ciudades que en las zonas rurales.
Este experto en supervivencia defiende la vuelta al ámbito rural como una medida favorable a la sostenibilidad. Sin embargo, opina que ante un deterioro de las condiciones de vida en las grandes ciudades, la España vaciada no podría soportar de golpe una avalancha de urbanitas, más aún si se ve afectada por los rigores de la desertización: “No estamos preparados para que una enorme masa de gente pase de repente a un medio rural a buscar su autosuficiencia; ni el medio lo está ni tampoco las personas, pues el grado de alejamiento y olvido de las tareas relacionadas con la autosuficiencia en el campo es, no digo parcial, sino que afirmo que total”, advierte.
Habilidades de supervivencia que pueden venirte bien
Ortega enumera para El HuffPost las habilidades básicas que cualquier aspirante a superviviente debería dominar: Tener claros los protocolos de actuación en cada situación de supervivencia posible; dominar la psicología e inteligencia como herramienta de superación; una buena gestión del agua (imprescindible para la vida); cómo hacer fuego, mantenerlo y transportarlo; nociones para construir un refugio para evitar la hipotermia y la exposición a los agentes atmosféricos; procurarte la alimentación para manteneros sanos y fuertes a ti y a tu familia; cartografía y orientación para saber desde dónde y hacia dónde ir (sin Google Maps, claro).
Ortega agrega que también hay que tener nociones de primeros auxilios básicos y de defensa personal. “Estar formado y tener los conocimientos en cada una de estas materias puede suponer la diferencia entre la vida o la muerte”, afirma este experto en supervivencia.
Algunos servicios de emergencias y de protección civil de algunos gobiernos recomiendan tener siempre lista una mochila de emergencia. Este macuto puede resultar muy útil si a raíz de la crisis climática se desata cualquier situación de emergencia que te obligue a salir de casa pitando.
El contenido mínimo recomendado (está pensado para que sea ligero y que permita al portador sobrevivir al menos 72 horas) incluye artículos como estos: documentación y algo de dinero; 2 o 3 litros de agua; filtros o pastillas potabilizadoras; un botiquín básico de primeros auxilios; una navaja suiza; un cuchillo de supervivencia; cerillas o un encendedor; alimentos con carbohidratos, enlatados y barritas energéticas; ropa interior; cepillo de dientes y jabón; una manta térmica; una radio y una linterna.
Entre otros artículos sugeridos también figuran los condones, que pueden tener usos tan diversos como el transporte de agua o impermeabilizar móviles y otros dispositivos electrónicos... y también para el sexo: estar en medio del apocalipsis no es excusa para dejar de protegerse.
Haz algo por el medio ambiente ahora
Este es el punto más importante. Comprender la gravedad y la dimensión de la crisis climática implica actuar para evitarla. Las grandes decisiones y compromisos dependen de los líderes políticos y económicos, pero, tal y como ha demostrado el reciente (y creciente) movimiento a favor del medio ambiente. Hay muchísimas cosas que cada persona puede aportar: desde reciclar adecuadamente para reducir residuos, a participar en las manifestaciones como la que recientemente abarrotó el centro de Madrid, o tener en cuenta las medidas ambientales en los programas electorales cuando toca votar a esos líderes políticos que tienen que tomar las grandes decisiones.
Así que de momento, empezar a movilizarse a favor del planeta es lo mejor que se puede hacer para que hablar de todos los puntos anteriores siga siendo, tanto hoy como el día de mañana, un ejercicio de ciencia ficción.