La Interterritorial afronta el auge del coronavirus en pleno debate por las terceras dosis
Una reunión importante sin visos de poder atajar la nueva ola a las puertas de la Navidad, cuando se debaten nuevas restricciones y arranca la vacunación infantil.
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas vuelven a reunirse este miércoles en plena escalada de la transmisión del coronavirus sin visos de poder atajarla ya antes de las fiestas navideñas y en mitad del debate abierto de ampliar la población que deberá darse una dosis de recuerdo para protegerse mejor del virus.
La nueva reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud coincide con el arranque de la campaña infantil de vacunación, aprobada hace una semana por la Comisión de Salud Pública para, entre otros motivos, frenar los contagios en los menores de 12 años, los que mayores tasas de incidencia presentan, y en su entorno.
Horas antes del encuentro, que empezará a las 16:00 horas, la ponencia de vacunas también se reunirá para analizar la extensión de la tercera dosis -hasta ahora recomendada para los mayores de 60 y los vacunados con Janssen-, a los de más de 40 y a los trabajadores esenciales.
La propuesta que salga deberá ser después ratificada en la Comisión de Salud Pública; el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, avanzó ayer ya su posición favorable para vacunar a los mayores de 40 y, de aprobarse, añadió, comenzaría este mismo mes.
Aunque el Ministerio no había cerrado la puerta a dar un tercer pinchazo a los mayores de 40 en un futuro, el estudio por parte de la ponencia lo ha precipitado la decisión de la Xunta de Galicia de empezar a citar esta semana a la franja de edad de 50 a 59 años sin que aún esté avalado por la Comisión de Salud Pública.
La incertidumbre que hay todavía alrededor de la variante ómicron y el auge de los contagios preocupa a las autoridades, que apelan a cumplir las medidas de protección en las celebraciones navideñas.
Desde el Gobierno, la portavoz, Isabel Rodríguez, insistió ayer en hacer un llamamiento a la prudencia y a la responsabilidad individual, aunque también recordó las diferencias con la situación del año pasado, especialmente en la ocupación de las camas de UCI.
Mientras que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, avisó de que el aumento de casos no va a corregirse antes de navidades, por lo que apeló a mantener estas medidas de autoprotección para que no tener que pensar en otras “más radicales” después.
Extremadura quiere, y así lo propondrá esta tarde, que la ponencia de alertas estudie la posibilidad de que los contactos estrechos de un positivo, sea cual sea la variante de la covid-19, guarden cuarentena al menos 7 días, según avanzó el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, quien también apuntó a la necesidad de un mayor control en el cumplimiento del uso de la mascarilla donde sea obligatoria.
“Si se hacen controles de tráfico de alcohol y drogas en épocas donde más se pueden consumir, hagamos algo también para controlar la observancia de las normas como el uso de la mascarilla”, zanjó.
Al margen de la pandemia, la ministra Carolina Darias y los consejeros tienen en el orden del día aprobar el Plan de Acción Primaria 2022-2023. Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria que se comprometieron a culminar antes de que acabara el año el pasado 1 de octubre.
El cuerpo de un anciano víctima del coronavirus, descansa tapado con una sábana sobre una cama en un centro de mayores en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
El cuerpo de una persona muerta por Covid, cubierta en su cama de un asilo de Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Dos empleados de una funeraria retiran el cuerpo de una víctima de COVID-19 de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Marina Gómez, empleada de una funeraria, maneja el cadávez de una víctima del coronavirus en la morgue de su empresa, Mémora, en Barcelona, el 16 de noviembre de 2020.
Una empleada de funeraria, tratando un cuerpo, el 17 de noviembre de 2020 en Barcelona.
Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.
