Todo esto es lo que tiene que pasar para que se dé por acabada la pandemia
Conviene que nos hagamos a la idea de lo que realmente significa el "fin" de la pandemia.
Al inicio de la pandemia en marzo, muchas personas confiaban en que las cosas volvieran a la normalidad en verano, pero ya van nueve meses de infecciones y muertes y muchos se preguntan si acabará en algún momento.
Lo cierto es que seguimos en las etapas iniciales de la pandemia, según asegura la doctora Manisha Singal, jefa de medicina del hospital BridgePoint de Washington, D.C.
“La pandemia aún no ha llegado al descanso de lo que sería un partido de fútbol. Los científicos han trabajado mucho para marcar goles y atajar los goles del coronavirus, pero el coronavirus no se rinde. Ahora que llega el invierno, no podemos descartar que nos remonte el partido”, advierte.
Por descorazonador que suene, esto no significa que la pandemia no vaya a terminar. Simplemente conviene que nos hagamos a la idea de lo que realmente significa el fin de la pandemia.
Paul Chung, director de sistemas sanitarios de la Facultad de Medicina Bernard J. Tyson, habla así sobre el fin de la pandemia: “¿El fin de la pandemia significará que podremos volver a las condiciones de vida de 2019, sin mascarillas, sin distancia, sin higiene y sin miedo? ¿O significará que podremos reanudar nuestras actividades de 2019, pero con mascarillas, distancia e higiene?”.
Para que llegue este momento deberán cumplirse una serie de condiciones muy relacionadas entre sí, pero con distintos plazos, asegura Chung.
Esto es lo que opinan los expertos:
Es necesario enfocar de manera distinta la lucha contra el coronavirus antes de que la pandemia se considere acabada o, al menos, controlada, avisa el médico de urgencias Daniel B. Fagbuyi. El primer paso es adoptar un plan nacional coordinado. Y, en países como Estados Unidos, “el fin de la pandemia empieza claramente con un cambio de liderazgo y una presidencia que se deje guiar por la ciencia”.
Las pruebas han mejorado en eficacia y rapidez durante los últimos meses, pero todavía hay mucho margen de mejora, sostiene Joseph Comber, catedrático de Salud Pública e Inmunización.
“Muchos expertos han insistido en el uso extensivo de los tests rápidos de antígenos. Lo ideal sería que esos tests fuesen baratos para poder realizarlos en casa todos los días antes de ir al colegio, al trabajo... Y aunque esos tests no fueran perfectos, se detectarían muchos más positivos que podrían quedarse en casa y evitar contagiar a más gente. Esto es muy importante porque gran parte de la transmisión de la enfermedad se produce por individuos asintomáticos”, expone Comber.
Hace falta una vacuna.
Una vacuna efectiva ayudaría mucho a acelerar el fin de la pandemia, señala Rodney Rohde, profesor de Ciencias de Laboratorio Clínico en la Universidad Estatal de Texas y experto en virología.
“Por efectiva quiero decir que sea como mínimo tan buena como la de la gripe para crear una inmunidad de rebaño global o, al menos al principio, regional”, indica Rohde.
Lo ideal sería una inmunidad de rebaño del 80% o más, comenta Fagbuyi. El mejor modo de conseguirlo es “identificar las vacunas más seguras y efectivas a la hora de neutralizar el virus y mejorar la respuesta inmune del organismo en un plazo razonable sin provocar efectos secundarios preocupantes”.
Por suerte, parece que ya estamos alcanzando este hito. Pfizer, Moderna y AstraZeneca ya han anunciado que sus vacunas candidatas son altamente efectivas a la hora de prevenir el coronavirus en seres humanos y parece que estará disponible a finales de 2020 o comienzos de 2021.
No debería hacer falta decirlo, pero el descenso en contagios y muertes por coronavirus, no solo en España, sino en el mundo entero, será un buen indicador de que vamos en la dirección correcta. La tasa de mortalidad y de contagios deberá reducirse lo suficiente como para que la comunidad médica considere que son cifras “asumibles”, señala Rhode. No existe una cifra mágica, pero está claro que queda lejos de lo que indican las estadísticas actuales.
“En otras palabras: todos los años hay miles de muertes por gripe, por infecciones resistentes a los antibióticos y por el virus del Nilo occidental, y nos hemos acostumbrado a la acción estable pero continua de estos agentes”, explica Rohde. “Este descenso se acabará produciendo, ya sea por la vacuna o porque ya se haya contagiado gran parte de la población y tengamos suficiente inmunidad de rebaño para seguir adelante”.
Los expertos no han dejado de aprender sobre el coronavirus y sus síntomas, incluidas sus secuelas persistentes, y el investigador William W. Li señala que sigue siendo imprescindible aprender más sobre los efectos de la enfermedad.
“Aún hay que investigar más las secuelas persistentes del coronavirus para desarrollar tratamientos eficaces para las decenas de millones de personas que han superado la enfermedad”, explica Li. “Los expertos creen que estas secuelas a largo plazo supondrán una especie de segunda pandemia en los centros de salud cuando acabe la primera pandemia”, advierte.
Fagbuyi sostiene que el uso universal de las mascarillas contribuiría al final de la pandemia.
“Aunque las mascarillas no son efectivas al 100% a la hora de evitar contagios, son una medida que protege tanto a quien la lleva como a quienes están alrededor”, recuerda Fagbuyi. “Es especialmente importante recordar esto ahora que estamos descubriendo el riesgo de transmisión aérea del virus”.
“Además, las mascarillas son una de las medidas más sencillas y baratas que existen y no provocan efectos secundarios. Evidentemente, la obligatoriedad de llevar mascarilla debe complementarse con una buena higiene de manos”.
La llegada de la nueva normalidad es el deseo de millones de personas, pero ¿qué significará realmente? Singal no tiene ninguna duda de que no será como la vieja normalidad y que seguirá siendo necesario permanecer alerta.
“Habrá que seguir lavándonos las manos, llevando mascarilla y manteniendo la distancia. Lo bueno es que son hábitos que ya están aprendiendo los más pequeños”, comenta Singal. “Gracias a las lecciones aprendidas por virus pasados, muchas personas de países asiáticos llevan años usando mascarilla y seguramente en Occidente seguirá siendo así hasta bien entrado el 2022.
Singal también predice que no le extrañaría ver un aumento de barreras de plástico para minimizar las infecciones en lugares donde se vaya a congregar mucha gente, un boom de negocios digitales que minimizarán el contacto humano y un aumento generalizado de precauciones entre la población para mantener la salud y el bienestar”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.