Legalizan el paintball para espantar a los lobos

Legalizan el paintball para espantar a los lobos

Esta controvertida medida se ha puesto en marcha en Países Bajos.

Varias personas jugando una partida de paintball.Getty Images

Los lobos regresaron a Holanda en 2018 tras 150 años extinguidos por culpa de la caza. Sin embargo, desde hace un par de años en este país han legalizado un curioso método para ahuyentarlos cuando supongan una amenaza: dispararles con pistolas de paintball.

Como explica Xataka, esta medida, tan novedosa como controvertida, ha llegado tras un intenso debate. Sin embargo, el juez del tribunal que ha autorizado que las autoridades puedan usar este método para ahuyentar a los lobos considera que "no hay otra solución satisfactoria".

Aunque, eso sí, la medida se reduce al parque Hoge Veluwe, en el que habitan estos animales. Aún así no deja de ser polémica, pues los lobos son una especie protegida y amparada por el Convenio de Berna. "Que parezca tener cada vez menos miedo de las personas no significa que el animal no pueda volverse agresivo y morder", alega el magistrado que ha autorizado el paintball.

Y es que antes de tomar esta drástica decisión, en este parque ya se habían intentado tomar otro tipo de medidas para ahuyentar a los lobos. Primero se trató de usar los gritos, después un spray de pimienta y ahora las bolas de pintura. Pero el acercamiento de un lobo a una pareja con niños aceleró el proceso.

Además, el Gobierno asegura que el paintball no solamente servirá para mantener alejados a los lobos al menos 30 metros de las personas, sino que también permitirá a los guardas del parque saber quiénes son los ejemplares que ya se han intentado acercar a la gente previamente. 

Los ecologistas, en contra de esta medida

Como era previsible, el uso de pistolas de paintball no ha sido acogida de buen grado por los ecologistas. El grupo conservacionista Faunabescherming ha mostrado su "decepción" ante esta decisión del juez, al tiempo que ha advertido que el problema no son los lobos. Creen que el foco está en cómo los seres humanos los tratamos y alteramos su modo de vida. 

"El problema era realmente de las personas, no de los lobos. Una vez que se detuvo la alimentación, el lobo volvió a su comportamiento normal", explica el portavoz del grupo ecologista.