La juez de guardia ha dejado en libertad provisional a Manuel H.P., al que acusa de un delito de incitación al odio, agravado por su difusión en redes.
Lo cierto es que mi hijo, mi primogénito, no nació para ser mío para siempre. Aunque mi corazón me diga lo contrario cada vez que le veo dar un paso más hacia el mundo exterior. Me dan ganas de gritarle: "Eh, ¿a dónde vas? Eres mío". Pero lo que tiene que hacer es seguir adelante y marcar sus propios hitos.
Dos de mis hijos son adoptados. Mi hermano y algunos de mis primos también lo son. Desde que era pequeña, la adopción ha sido un proceso normal para tener hijos. Pero como madre adoptiva, no dejan de hacerme preguntas maleducadas, cotillas y, a veces, muy extrañas.
Como padres que somos, sabemos que nuestros hijos nos tienen en un pedestal. Siempre he hecho lo que he podido para enseñarle a mi hija a ser fuerte, a tener seguridad, a defender lo que cree, a confiar en su capacidad y a creer en sí misma. Sin embargo, lo gracioso es que no estoy segura de en cuántas de esas cosas he influido yo.
La depresión posparto existe y es algo serio. Nadie debería avergonzarse por admitir que está luchando con las mismas emociones que yo. A veces necesitamos ayuda para ser una persona mejor para nosotros mismos y para nuestra familia.