Canarias se lanza a por el cultivo exitoso de 1492

Tenerife se propone revivir su legado agrícola con la caña de azúcar como protagonista. La isla, conocida por su rica historia en la producción de azúcar en el siglo XVI, está presenciando un renacimiento de este cultivo ancestral.

Nacho Zerolo, líder de un grupo de empresarios locales, ha puesto en marcha un proyecto que busca más que la mera rentabilidad económica, según informa Canarias7. Con una mirada puesta en 2029, el objetivo es claro: defender el patrimonio agrícola y, al mismo tiempo, crear un producto único que hable de la identidad de Tenerife.

La destilería artesanal de El Amparo, que data de 1885 y se extiende por 6.000 metros cuadrados, se convierte en el corazón de esta iniciativa. El modelo de cultivo de la caña de azúcar y la producción de ron, copia al impuesto tras la conquista de Canarias en 1492, basado en molinos, casas de purgar y calderas.

La destilería está separada por un breve trayecto de la plantación de La Caleta de Interián. Las visitas guiadas, que comenzaron en febrero con más de 300 asistentes, son un reflejo del interés que despierta este proyecto.

El cultivo de la caña no es un esfuerzo aislado, sino parte de un ecosistema agrícola diversificado que incluye cereales y vino, desafiando la noción de monocultivo. La plantación actual se encuentra en la comarca de Daute, un área con una conexión histórica profunda con la caña de azúcar, remontándose a la época del Adelantado Alonso Fernández de Lugo.

El proceso de recuperación comenzó en el año 2000 con la identificación de las zonas históricas de cultivo. Tras años de investigación y pruebas, en 2023 se plantó la primera caña en un terreno cercano al ingenio histórico de La Caleta. El nombre “Cañayron” encapsula la esencia del proyecto: la unión de la caña y el ron, que llevará el distintivo “Ron 1500”.

Este esfuerzo no solo busca recuperar un cultivo tradicional, sino también comercializar un ron exclusivo que tenga una trazabilidad clara desde el campo hasta la botella. La visión es ambiciosa: posicionar a Tenerife como productor de uno de los mejores rones del mundo para 2030, con una producción limitada y un enfoque en la calidad y la artesanía, tal y como recoge el citado medio.