Esta fue la tormenta eléctrica más intensa y potente jamás vista en la Tierra
Este hecho, se reflejó en una producción de 2.600 relámpagos por minuto, durante 11 horas seguidas.
Asomándose en el Océano Pacífico Sur hay dos pequeñas islas. Si bien aparentemente no tienen nada de especial, son todo lo que ahora se ve de un enorme volcán submarino, el Hunga Tonga-Hunga Ha’apai.
El 15 de enero de 2022, el volcán Hunga Tonga explotó violentamente arrojando 10 km cúbicos de rocas, cenizas y sedimentos hacia el cielo, produciendo una columna de 58 km de altura. Fue la mayor explosión atmosférica registrada por instrumentos modernos.
La enorme nube volcánica cubrió la región y era tan grande que los astronautas que orbitaban a bordo de la Estación Espacial Internacional podían verla. La erupción provocó un megatsunami con olas de hasta 45 metros de altura, devastando las islas de Tonga, generó ondas atmosféricas que dieron varias vueltas al mundo causando daños en lugares tan lejanos como Rusia, Hawái, Perú y Chile.
De acuerdo con Alexa Van Eaton, vulcanóloga del Servicio Geológico de Estados Unidos, este fenómeno tuvo un impacto significativo en el clima global, y se estima que también en la atmósfera de la Tierra, provocando una tormenta eléctrica sin precedentes.
La gran tormenta
Aquella tempestad generó mucha más energía que la explosión nuclear de Estados Unidos, llegando a velocidades jamás registradas en la historia. Creó una nube en forma de hongo de ceniza, gas y arrojó más de 146 millones de toneladas de vapor de agua a la estratosfera de la Tierra, agregando un 10% adicional a la cantidad de agua en solo unos días.
La NASA informó más tarde que el volumen de agua era suficiente para llenar el equivalente a 58.000 piscinas olímpicas. El vapor de agua llegó incluso a la mesosfera, una de las capas superiores de la atmósfera.
Pero, la explosión y el tsunami no fueron los únicos eventos de récord provocados por la erupción del volcán. También provocó la tormenta de rayos más intensa jamás vista.
Los expertos creen que la tormenta se desarrolló porque la expulsión altamente energética de lava atravesó el océano poco profundo y la roca fundida vaporizó el agua del mar, que se elevó en la columna de cenizas y escombros.
Este hecho, se reflejó en una producción de 2.600 relámpagos por minuto, durante 11 horas seguidas, ocasionando descargas eléctricas entre 20 y 30 km sobre el Pacífico.
¿Qué implica en el futuro este fenómeno?
Actualmente, es difícil obtener información confiable sobre las columnas volcánicas al comienzo de una erupción, especialmente para volcanes submarinos remotos. Pero, los datos del Hunga Tonga-Hunga Ha’apai podrían ayudar a los meteorólogos a monitorizar y ofrecer previsiones a corto plazo de los peligros a la aviación debido al vulcanismo explosivo, incluido el desarrollo y movimiento de las nubes de cenza.
Comprender esto es vital, ya que los científicos dicen que una erupción de la escala del Hunga Tonga-Hunga Ha’apai probablemente volverá a ocurrir. Esa amenaza está impulsando la colaboración entre los investigadores.