El consumidor parásito amenaza con reventar el club del petróleo
La técnica del gorrón está poniendo en riesgo la paz en el seno de la OPEP+.
Los países que componen la OPEP+ (miembros de la OPEP más Rusia) se encuentran ante un momento de máxima tensión como ya ocurriera en 2020. La situación tan inestable y volátil del mercado internacional -tanto en la oferta como en la demanda- está despertando viejas enemistades que pueden hacer tambalearse a los 'capos' del oro negro.
Para comprender lo que está ocurriendo hay que saber que los miembros de la organización (Arabia Saudita, Argelia, Angola, República del Congo, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Guinea Ecuatorial, Irak, Irán, Kuwait, Libia, Nigeria y Venezuela y Rusia) acordaron hace unos años que todos los países recortarían la producción del crudo.
Con esta decisión conseguirían aumentar los precios, obtener mayores beneficios y tensar el mercado. Pero no todos están cumpliendo. De hecho, los dos países que más producen en África (Nigeria y Angola: 1,49 y 1,13 millones de barriles diarios, respectivamente) están siendo el foco del conflicto.
Esto se debe a que Arabia Saudí, principal productor de petróleo del mundo, está realizando enormes esfuerzos por recortar su producción y cumplir con el objetivo, pero esto no se está viendo reflejado en su economía -de hecho en el último trimestre del año se ha contraído un 4,3%-, debido a que países como Nigeria y Angola no están reduciendo su producción.
Esto es conocido en economía como el problema del 'gorrón' o 'free rider', por el cual un país se beneficia económicamente de una situación sin 'hacer nada', aprovechando los esfuerzos de otro estado. Como es normal, en el Reino saudí esto no ha sentado nada bien, y ya plantean cómo afrontarlo.
Según afirman expertos de TD Securities "Arabia quiere dar un susto a los miembros de la OPEP", y para ello estarían viendo con buenos ojos abrir el grifo de petróleo asumiendo las bajadas considerables en los precios, con el objetivo de forzar a sus 'aliados' a reducir las suyas. La realidad es que Arabia podría hacerlo sin problema, ya que su capacidad máxima de producción es de 12 millones de barriles diarios, por los 2,6 que podrían producir Nigeria y Angola juntos, según Bloomberg.
Rusia ya fue el 'gorrón' en 2020
Desde julio y hasta el mes de diciembre, Arabia ha reducido entre dos y tres millones de barriles respecto a su potencial, mientras que hay miembros que no se están 'apretando el cinturón' como deberían según el pacto.
Desde Riad consideran que la situación no es tan crítica como para no poder asumir los recortes acordados. Pero esta situación no es nueva, y es que Arabia ya tuvo que enfrentarse a Rusia en el año 2020 por el mismo problema.
Para afrontar este escenario, el día 30 de noviembre, los países miembros de la OPEP+ llevarán a cabo una reunión telemática, que estaba fijada para el 26. Expertos de Julius Baer apuntan que uno de los problemas radica en que cada país necesita unos precios distintos para estar conformes, algo que dificulta un consenso general.
Arabia exige un precio más elevado que el resto
Arabia por ejemplo, necesita que el barril esté mínimo a 90 dólares, mientras que el resto de países pueden asumir precios más bajos. Esto ocurre debido a que el país asiático basa la mayor parte de su economía en el crudo.
Según apuntan, "la mayoría de los estados miembros verían con buenos ojos unos presupuestos estables con precios en los 70 dólares", sobre todo Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Kuwait.
Hay que destacar que Arabia es el claro líder en la labor de reducción, habiendo limitado en 500.000 barriles diarios su producción, seguido de Irak con 211.000, EAU con 144.000 y Kuwait con 128.000. Un esfuerzo que, por el momento, no está trayendo beneficio a la monarquía saudí y que pretenden cambiar esta situación cuanto antes.