La trampa de la subida de sueldo: esta es la peligrosa teoría del gasto creciente

La trampa de la subida de sueldo: esta es la peligrosa teoría del gasto creciente

Es muy importante saber gestionar adecuadamente el cambio de poder adquisitivo.

Una cartera vacíaGetty Images

Conseguir una subida de sueldo es siempre una gran alegría. Sin embargo, esa buena noticia puede acabar convirtiéndose con el paso del tiempo en un gran problema económico si no se sabe gestionar el cambio de manera adecuada.

El motivo de que un aumento de salario pueda acabar dando lugar a una pesadilla es la peligrosa teoría del gasto creciente. Su explicación es sencilla, un incremento de los ingresos también conlleva, de manera casi inconsciente, una subida de los gastos.

Tal y como explica el blog financiero de BBVA, la teoría del gasto creciente se basa en que “ganar más es igual a consumir más, ya que nuestro nivel de vida tenderá a responder con la misma intensidad según vaya ampliándose nuestra capacidad financiera”.

Es habitual que si se recibe una subida de sueldo, también se destine una mayor cantidad de dinero a los gastos. Dos buenos ejemplos son mudarse a una vivienda más grande o mejor situada o comprar un nuevo coche.

En consecuencia, cobrar más no tiene por qué ser sinónimo de ahorrar más dinero. Incluso puede darse el caso contrario, que se ahorrara más antes de obtener la subida de salario debido a que la proporción gasto-ahorro era más equilibrada.

En cualquier caso, es natural que si se recibe más dinero se gaste más, ya que “nuestro cerebro está programado para recibir recompensas inmediatas (sesgo del presente)”, destacan desde BBVA.

La clave: una buena planificación

Por ello, lo más importante es planificar hasta qué punto se van a incrementar los gastos a raíz del incremento salarial. Un buen método para controlar los gastos es clasificarlos según sean gastos necesarios fijos (como los destinados a la hipoteca o al alquiler), gastos necesarios variables (como los destinados a la alimentación) o gastos discrecionales (como los destinados a hobbies o a viajes).

Otra buena fórmula para no caer en la trampa de la teoría del gasto creciente es la del preahorro, es decir, destinar entre un 5% y un 10% del sueldo a otra cuenta bancaria dedicada exclusivamente a ahorrar. Al no tener disponibilidad de ese dinero en la cuenta corriente, no se realizarán gastos innecesarios.