La amenaza de que habrá aranceles también para Europa -"absolutamente", avisa el presidente de EEUU- lleva a sus aliados ultraderechistas a allanarle el terreno.
Bruselas acuerda prolongar sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania, tras las dudas de Hungría. La unanimidad de los Veintisiete es obligada para avanzar en los paquetes de castigos al Kremlin y sus amigos.
La formación agrupa a formaciones de 11 países europeos y cuenta con 86 diputados en el Parlamento comunitario, que representan a más de 19 millones de europeos.
Diplomáticos de la Alianza con base en Hungría querían conversar con los de Orbán sobre su ambigua política atlantista, pero han sido ignorados. Un varapalo.
Tras el debate sobre Ucrania y los valores democráticos del miércoles en el Parlamento Europe, ahora el ultra dice que el PPE está buscando que ocupe el poder su máximo contrincante. Promete no quedarse de brazos cruzados.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, predice que Ucrania no podrá ganar la guerra contra Rusia en el campo de batalla, abogando por un diálogo y un alto el fuego inmediato.
La culpa de todos los males de la Unión la tienen los de fuera, dice el húngaro al presentar la claves de su Presidencia del Consejo. De su cercanía a Putin, ni palabra.
Bruselas pide aclaraciones sobre un nuevo sistema de visados y permisos de trabajo que permiten la entrada sin control en el territorio Schengen de ciudadanos rusos.
Orban, Le Pen, Salvini, Wilders o Abascal se unen en un grupo que será el tercer en diputados en el Parlamento Europeo. Frente a ellos se promete un cordón sanitario que les impida tocar poder, pero pueden condicionar, presionar y poner en aprietos.
El primer ministro húngaro, que ejerce la presidencia de turno en la Unión Europea, se reúne después de la cumbre de la OTAN con el magnate en el club Mar-a-Lago.