El blanqueo de Meloni

El blanqueo de Meloni

Los cambios bruscos resultan inevitablemente sospechosos, y esto es lo que ha sucedido con Meloni, a quien traicionan las hemerotecas recientes.

Imagen de archivo de Meloni.EFE

El pasado jueves, 23 de mayo, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, mostró por primera vez su disposición a pactar en Europa con la ultraderechista Giorgia Meloni, primera ministra de Italia que el fin de semana anterior participó en un aquelarre de Vox en el que Javier Milei insultó gravemente a Pedro Sánchez y a su esposa, generando el conflicto diplomático actual. En un acto con empresarios, el presidente del PP lanzó la tesis de que Meloni se ha desmarcado de la radicalidad de la extrema derecha europea. Así, dijo: "Hemos visto que la señora Meloni, por ejemplo, votó a favor del pacto de inmigración. Sus colegas de otros países votaron en contra”.

Alguna concertación secreta debía haber en el seno de la derecha europea cuando aquel mismo día la candidata del PPE para un segundo mandato como presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, tendió la mano a Meloni para “trabajar juntas” durante un debate entre los cabezas de cartel de las principales familias políticas. Se cumplimentaba así el rumor de que la alemana estaba dispuesta a aliarse con la extrema derecha (y hasta con el diablo) para conservar el cargo, toda vez que las encuestas afirman que, aunque los partidos mayoritarios seguirán siendo el PPE y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, en tercer lugar podría quedar la extrema derecha, hoy distribuida en dos grupos parlamentarios minoritarios, Identidad y Democracia, y el Grupo de los Conservadores y Reformistas.

Es cierto que Meloni, primera ministra italiana y líder de los Fratelli d’Italia, ha moderado su actitud desde que está en el poder en su país, en coalición con otra formación de extrema derecha, la Liga de Salvini, y con Forza Italia, el partido de derecha dura que creó el desaparecido Berlusconi. Sin embargo, aunque resulta legítimo evolucionar en política, los cambios bruscos resultan inevitablemente sospechosos, y esto es lo que ha sucedido con Meloni, a quien traicionan las hemerotecas recientes.

Los cambios bruscos resultan inevitablemente sospechosos, y esto es lo que ha sucedido con Meloni, a quien traicionan las hemerotecas recientes

El 14 de junio de 2022, en vísperas de las elecciones andaluzas de aquel año, "la presidenta del partido neofascista Fratelli d'Italia participó en un mitin de Vox celebrado en Marbella reivindicando la "familia natural" y alzando la voz contra los inmigrantes, homosexuales y contra las políticas de igualdad de género y los lobbies LGTBI+" (cita textual de La Vanguardia). Así relata el cronista del prestigioso diario catalán el espectáculo: "Con voz en grito, la política, admiradora del republicano Donald Trump y discípula de Gianfranco Fini, propulsor del Movimiento Social Italiano que se nutría de la ideología de Mussolini, no dudó en atentar contra los inmigrantes, el aborto, la libertad sexual, las políticas de género y contra Europa. Sin dudarlo, Abascal y Olona se pusieron en pie para aplaudir su discurso ante miles de congregados, un espectáculo donde quisieron hacer tambalear los cimientos de la sociedad, basados en la libertad, el derecho a decidir y la igualdad".

Esta misma Meloni, energúmena que se manifiesta heredera de los cómplices del Holocausto, es la que ahora aparece con piel de cordero para no perder el poder y la influencia que ha conseguido en una Italia desorientada y vacilante.

Si Von der Leyen y sus amigos del PPE creen que los europeos vamos a olvidar quién es quién en esta olla de grillos, están muy equivocados. Meloni, como todos quienes sienten nostalgia por los viejos tiempos del nazismo y el fascismo, están inhabilitados para ocupar cualquier cargo representativo en la Unión Europea. En Alemania, sin ir más lejos, el Estado acaba de poner coto a intolerables excesos del neonazi Alternativa para Alemania, formación puntera de los ultras europeos. Y existe un perceptible movimiento de rebelión democrática frente a la naturalización de la extrema derecha que llevan a cabo partidos conservadores como el PP español.

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

La izquierda no permanecerá pasiva ante estos intentos: En una reciente entrevista en El País, Sánchez dijo que no apoyaría a Von der Leyen para presidir la Comisión si pactaba con la extrema derecha. “Yo tengo una extraordinaria relación con ella y la reconozco como una mujer que ha hecho mucho por Europa durante su mandato”, dijo, pero añadió acto seguido con rotundidad: “No va a contar con el apoyo de la delegación socialista española si plantea un acuerdo con la ultraderecha europea”.