El complicado trabajo de pedagogía que le queda al PSOE con la amnistía

El complicado trabajo de pedagogía que le queda al PSOE con la amnistía

Según la última encuesta de 40dB para la SER y El País muestra que la mayoría considera un privilegio e injusta esta medida pactada con los independentistas.

Pedro Sánchez, este miércoles, durante la sesión de investidura.ISABEL INFANTES

"Con esta decisión trascendente de la democracia española, se van a ver beneficiados hasta incluso aquellos que se movilizan en contra, porque van a vivir en un país más cohesionado, con más convivencia y más unido que nunca". Pocos días después de ser investido presidente del Gobierno, ante los suyos en un abarrotado recinto ferial de Ifema, Pedro Sánchez pronunciaba estas palabras sobre la ley de amnistía. 

La polémica norma, que le sirvió para desbloquear el acuerdo con los independentistas catalanes y garantizarse la mayoría suficiente para ser proclamado jefe del Ejecutivo, está suponiendo un indudable quebradero de cabeza para el PSOE a la hora de explicárselo a la ciudadanía. 

Lo indica la última encuesta de 40dB que han publicado El País y la Cadena SER, de la que se desprende un dato demoledor: el 60% de los españoles la considera un privilegio para quienes se benefician y una injusticia. Apenas un 38% relaciona esta medida con la convivencia, mientras que un 33% lo hace con la integración. 

Salvo en Cataluña, donde es mayoritario el sentir de quienes la ven como una medida de integración y de convivencia, y en Euskadi, donde también el porcentaje de quienes piensan así es elevado; en el resto del territorio la opinión es negativa. Particularmente en la Comunidad de Madrid y en Castilla y León. 

Por supuesto, entre los votantes de partidos de derechas se dispara el porcentaje de quienes lo consideran una injusticia y un privilegio, situándose entre el 80% y el 90%, en ambos casos. 

Del lado opuesto, los votantes de las formaciones independentistas lo ven como un gesto de integración y convivencia en un 70%. Similar en el caso de los votantes de Sumar, que se muestran favorables a la ley. 

¿Y los del PSOE? Ahí se abre un hueco de cierta esperanza para los socialistas, ya que la mayoría parece convencida de su utilidad. Según el sondeo, realizado entre 2.000 personas, aunque un 58% de los votantes socialistas lo ven como un privilegio, hay un 57% que consideran esta medida como una vía de facilitar la convivencia, y un 50% como un factor de integración. Un 47% habla de injusticia. 

Lo que no hay duda es que la mayoría de los encuestados considera que el primer motivo para llevar a cabo esta ley es "poder gobernar" (85%) y que el segundo es "evitar que la extrema derecha llegue al Gobierno" (70%). Las opciones defendidas por Sánchez: que mejora la convivencia dentro de Cataluña y la de Cataluña con el resto de España, apenas reciben un 37% de apoyo. Es más, la mayoría de los encuestados sólo ve consecuencias negativas de esta norma y apenas un 30% cree que mejorará la convivencia entre las comunidades autónomas, que fortalecerá la democracia o que recuperará el consenso de la Transición. 

Sánchez, en persona a explicarlo

Es decir, el discurso con el que Sánchez pretende convencer a la ciudadanía está, todavía, lejos de calar: al PSOE le queda todavía mucha pedagogía que aplicar. 

Por eso el jefe del Ejecutivo se afana en los últimos días en hacerlo con varias entrevistas en las que ha reconocido que, efectivamente, la amnistía no era "el paso siguiente" que él quería tomar, pero que las circunstancias del resultado electoral del pasado 23 de julio son los que son y que, en todo caso, "es un paso coherente y consecuente con la política de normalización y estabilización en Cataluña" que, afirma, ha llevado a cabo su Gobierno. 

Así lo expresó hace unos días en TVE, donde vaticinó que quienes hoy protestan, en unos años "acabarán recordando estos días con ese viejo dicho de 'si te he visto, no me acuerdo'". 

Este lunes, en la SER, ha vuelto a defender la amnistía como una forma de normalizar la situación política y de restaurar la convivencia en Cataluña. Un paso que "se iba a tener que dar antes o después", ha explicado y que, en ese esfuerzo por hacer pedagogía sobre la decisión, "supone poner el contador a cero, pero no poner la memoria a cero". 

Lo que más le ha costado explicar al jefe del Ejecutivo son los detalles de la reunión con Junts en Ginebra: tanto el hecho de que se haya celebrado en este emplazamiento como si Puigdemont debería ser juzgado por la justicia. Ante esto, Sánchez ha recordado que esto se trata de una negociación de partidos y que hubo un Gobierno, el de José María Aznar, que negoció en Suiza precisamente con la banda terrorista ETA. 

El PP lo aprovecha

Toda esta situación la aprovecha el Partido Popular que, según el mismo sondeo de 40dB, lograría ahora sí una mayoría absoluta sumando los votos de la extrema derecha en caso de celebrarse elecciones. 

Los populares aumentan apenas tres décimas su intención de voto respecto al sondeo del mes de noviembre, pero los socialistas caen siete décimas, lo que hace que la distancia entre ambos partidos se sitúe en 4,5 puntos. 

De este modo, Feijóo contaría con diez escaños más de los que obtuvo en julio (147 por 137 de las elecciones) y podría lograr mayoría con los 30 que le da el sondeo a Vox. Los socialistas pierden, sí, pero tan sólo dos asientos. Es Sumar la formación de izquierdas que más castigada se ve, con la pérdida de seis escaños. 

Para contrarrestar el desgaste y tratar de aparcar el asunto de la amnistía, el Gobierno quiere protagonizar la agenda política activando medidas de potente contenido social. 

Según informó este domingo La Vanguardia, el Ejecutivo de coalición prepara un decreto ónmibus con distintas medidas económicas que irían desde la ampliación de ayudas y bonificaciones actualmente en vigor, hasta pensiones, pasando por medidas relacionadas con la vivienda. 

Convencer y normalizar, esa es la estrategia con la que Sánchez y los suyos quieren que el asunto de la amnistía, todavía espinoso, se diluya en la vida política como algo natural a la espera de su más que previsible llegada al Constitucional. Mientras tanto, el trabajo estará en la pedagogía. 

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Jefe de Política de El HuffPost