Imanol Pradales (PNV): "Si hay estabilidad en Euskadi habrá estabilidad en el Gobierno"

Imanol Pradales (PNV):  "Si hay estabilidad en Euskadi habrá estabilidad en el Gobierno"

El candidato a lehendakari explica las propuestas del PNV a una semana de las elecciones.

Imanol Pradales (PNV)PNV

El golpe de timón del PNV dando paso a una nueva generación de políticos puso hace unos meses a Imanol Pradales en el mapa. ¿Su reto? Cumplir la misión que le ha encomendado su partido y retener para el PNV la Lehendakaritza y asumir el relevo de Íñigo Urkullu.

No lo tiene fácil. Con un EH Bildu al alza, el partido puede perder su hegemonía en las elecciones y poner en riesgo el gobierno vasco. Por ello, los mítines, las propuestas y los mensajes llevan semanas atrapando su vida. Hablamos con Imanol Pradales a escasa semana de las elecciones.

Son unas elecciones en la que la práctica totalidad de las caras son son nuevas. ¿Quién es Imanol Pradales para quien no le conozca?

Soy una persona de 48 años que nació en Santurtzi, en la margen izquierda, una zona obrera industrial de Vizcaya y de Euskadi. De una familia humilde, trabajadora y fundamentalmente una persona que se ha hecho a sí misma.

Usted ha dicho en los últimos días que no se fía de Pedro Sánchez. ¿Qué consecuencias tendría que que el Partido Socialista de Euskadi no le apoyara la investidura? ¿Supondría algo a nivel, a nivel nacional, en el Congreso?

Las elecciones de Euskadi son muy importantes también desde el punto de vista de la estabilidad de Euskadi, obviamente, y en el conjunto del Estado. A veces el foco se pone en las elecciones catalanas y lo relevantes que van a ser los resultados de Cataluña, pero no se debe olvidar que antes de Cataluña va Euskadi el 21 de abril.

Nosotros tenemos un un acuerdo de investidura con con el señor Pedro Sánchez, que es el que posibilitó que fuera presidente, gobernamos con el Partido Socialista de Euskadi en los ayuntamientos, diputaciones forales y estamos satisfechos con el gobierno de coalición que hemos tenido también estos años. Lo que en todo momento estoy intentando transmitir es que lo importante es que en Euskadi también exista estabilidad para que Euskadi contribuya a la estabilidad del Estado y que no perdamos eso de vista.

También he querido transmitir estos últimos días que, conocidos los cambios de opinión que a veces tiene el presidente Sánchez, pues que nosotros todavía no podemos dar por hecho que vaya a existir un acuerdo con el Partido Socialista y estamos haciendo una llamada a la participación y la movilización de la ciudadanía en Euskadi, porque creemos que la mejor manera de evitar tentaciones por parte del Partido Socialista en Euskadi es que el PNV tenga una profunda victoria electoral.

No es poco lo que estamos intentando transmitir estos días.

En este cambio de opinión del que habla insistía también hace unos días en una entrevista con El HuffPost el candidato del PP, Javier de Andrés, que señalaba la buena sintonía que tienen ustedes con Bildu. ¿Podría haber un cambio de opinión del PNV para preferir socio?

Nosotros siempre hemos dicho que como Partido Nacionalista Vasco hemos tenido la capacidad de acordar con todas las fuerzas políticas del arco parlamentario vasco. Históricamente nosotros siempre hemos estado dispuestos a acordar con cualquiera de los de los partidos políticos en Euskadi aquellos temas que sean importantes para el país, pero en relación con Bildu, creo que es clara nuestra apuesta.

Siempre hemos dicho que es importante el para qué y en el para qué creo que tenemos modelos absolutamente contradictorios. Por ejemplo, la política económica industrial, desde el punto de vista de las políticas sociales, desde el punto de vista de materias que para nosotros son muy sensibles. De hecho, yo creo que hay un ejemplo que es bastante paradigmático de cuál es la la situación con Bildu. Hubo un pacto educativo en Euskadi hace año y medio en el que PSE, el PNV, Podemos y Bildu pactamos las bases de una nueva ley de Educación, pero en el último momento a Bildu le temblaron las piernas y en la votación parlamentaria la Ley de Educación salió adelante gracias a la mayoría parlamentaria del Partido Nacionalista y el Partido Socialista.

Bildu no tiene en estos momentos fiabilidad desde el punto de vista de los acuerdos para la gobernabilidad en Euskadi.

¿Y por qué cree usted que que según según indican las encuestas ha subido tanto? ¿Se debe más a una izquierda a la izquierda del PSOE más desnortada o por su mensaje?

Lo que está habiendo es una recomposición en el ámbito de la izquierda. Hay una descomposición de lo que era Podemos, después Podemos y Sumar. De alguna forma están engordando a Bildu en el sentido de que pues muchas personas que pudieran votar a Podemos y Sumar están en esto momento, según las encuestas, que su opción podría ser EH Bildu. A ver qué pasa el 21 de abril.

Lo que no hay que perder de vista es que Bildu no ha ganado nunca unas elecciones en clave vasca, en clave exclusivamente vasca y que en las últimas elecciones, las forales y locales, el PNV volvió a ganar. Yo creo que el 21 de abril vamos a volver a ganar las elecciones, pero vamos a ver cómo se recompone ese mundo y hasta qué punto la descomposición de Podemos y Sumar van engordando a Bildu.

Creo que es el elemento fundamental de por qué se puede dar este aumento de la fuerza que pueda tener Bildu en unas elecciones. Nuestro reto como Partido Nacionalista Vasco es otro, es el de la movilización, el de lograr que la gente que se ha podido abstener en las últimas elecciones locales vuelva a confiar en la marca del Partido Nacionalista Vasco y que sobre todo, la sociedad vasca sepa que hay dos modelos en juego.

Los ciudadanos van a elegir si se puede ir a un futuro mejor desde el punto de vista de la experiencia contrastada en gestión o en la capacidad de gobernar un país que atesora el PNV o si la sociedad vasca prefiere ir a peor y entrar en una vía de incertidumbre con una agenda oculta, que es lo que en estos momentos puede representar Bildu.

¿Cómo se consigue que el PNV pueda ganar las elecciones y convencer a los indecisos?

Nosotros lo que hemos puesto encima de la mesa es una agenda de futuro que fundamentalmente lo que busca es crecer en bienestar en Euskadi. Yo estoy poniendo mucho énfasis en medidas muy concretas que tienen que ver con cómo conseguimos seguir mejorando el bienestar de la sociedad vasca en Euskadi. Tenemos un alto índice de calidad de vida en Euskadi. Se vive relativamente bien, aunque tenemos problemas que hay que atajarlos y mejorarlos. Por eso hemos puesto dentro de las prioridades una mejora de la joya de la corona autogobierno vasco, como es el sistema de salud Osakidetza.

Estamos hablando también de medidas concretas en política de vivienda, especialmente para los jóvenes, para que puedan optar por el alquiler o por la vía de la compra con una política de avales públicos para comprar vivienda, con más ayudas directas para el alquiler de vivienda protegida o vivienda pública. Son un conjunto de iniciativas que tienen que ver con la política de vivienda para la gente joven.

También estamos hablando continuamente de la creación de empleo de calidad y de la creación de nuevas industrias en el ámbito de la digitalización, de la transición energética, de la economía circular... Son medidas que tienen que ver con la triple agenda de futuro del bienestar, también con una Euskadi más global en el sentido de que nos va a costar mucho más nuestra presencia en la agenda internacional.

Lo que ocurre en el mundo nos incide directamente y es necesario que Euskadi de un salto de presencia a las instituciones europeas comunitarias y también combatiendo las nuevas injusticias y desigualdades sociales que están surgiendo en la sociedad. Tienen que ver con la igualdad entre hombres y mujeres, que es un tema más clásico, pero donde todavía tenemos que seguir avanzando en términos de revolución feminista, pero también con la creciente brecha que se está produciendo entre la esfera pública y la esfera privada, entre los buenos y los malos empleos, entre las personas que están conectadas o desconectadas desde el ámbito de lo digital, en una transición ecológica que tiene que ser justa y que no puede dejar a nadie atrás ni debe poner en riesgo los empleos industriales de las que dependen muchas empresas en Euskadi como es el sector de la energía, que se tiene que descarbonizar, pero sin poner en riesgo el empleo industrial de esas personas.

Son un conjunto de elementos que tienen que ver con la justicia social y con la brecha de desigualdad de espacios que tenemos Euskadi.

Hablaba de Sanidad. Las listas de espera han subido de 39.000 personas a casi 70.000 en un año. ¿Qué medidas se pueden aplicar para para bajar estas cifras?

Desde el punto de vista de las listas de espera quirúrgicas, en Euskadi estamos rondando los dos meses de media. Esto, comparativamente con otras comunidades, implica estar relativamente bien, pero es verdad que las cifras de prepandemia eran inferiores incluso. Nos hemos marcado como objetivo bajar las listas de espera media quirúrgicas a 50 días y es un compromiso que hemos adquirido ahora en precampaña y que va en el programa electoral del PNV.

Hemos adquirido el compromiso también de una accesibilidad mucho más rápida al ambulatorio para ser recibido por un médico o una médica de atención primaria. Y en ese sentido nos hemos marcado como objetivo las 48 horas máximas para ser atendido en el ambulatorio. El impacto de la pandemia en todos los sistemas de salud, también en Osakidetza, fue brutal. Se tensionó mucho el sistema y el sistema lo estamos recomponiendo y eso exige de tiempo.

Luego hay otra cuestión que es más de fondo. Quizás este no es visible, pero es importante para el sistema vasco salud, que siempre ha sido de referencia en el Estado y también en Europa. Es un sistema que surge a finales de los 80 y comienzos de los 90 del pasado siglo, que tiene eh unas bases pensadas para una sociedad que era más joven, pero la sociedad vasca ha envejecido muchísimo.

La presión asistencial sobre el sistema ha aumentado mucho y tenemos que darle una vuelta la organización actual del sistema y a la estructuración del sistema. Ahí vamos a tener que trabajar con una doble agenda, un plan de choque a corto plazo para atender esas cuestiones que tienen que ver con las listas de espera y con la atención en el ambulatorio, con la atención primaria.

La segunda que tiene que ver con una modificación más del sistema y de su organización, que nos va a llevar más tiempo para prepararlo para una sociedad que ha envejecido y que tiene unas demandas distintas a las que podía tener hace 20 años.

¿Y en materia de vivienda, porque? Porque ustedes han recurrido la Ley de Vivienda estatal.

La Ley de Vivienda española, que contó con con nuestro voto en contra, y que además la ha recurrido el Gobierno vasco porque entendíamos que existía una invasión competencial. Hay una ley de vivienda específica en Euskadi, propia y previa a la que se aprobó. Creo que hay que también analizarla desde el punto de vista de sus resultados.

Los resultados de vivienda están siendo menos vivienda en alquiler en el mercado y más cara. Por lo tanto, no se está logrando los objetivos. Nosotros estamos de acuerdo con topar el precio de los alquileres y con la identificación de zonas tensionadas. No lo discutimos. Lo que decimos es que la ley lo que ha traído de momento ha sido menos vivienda en alquiler en Euskadi y además más cara.

Por lo tanto, no está cumpliendo el objetivo que nos habíamos marcado. Para eso nosotros lo que proponemos son distintas iniciativas desde la propia capacidad legislativa que tenemos en Euskadi. Lo que proponemos es, por ejemplo, no limitar el acceso a una vivienda para una familia joven solo por la vía del alquiler social. Creemos que también hay que incentivar el peso a la vivienda en propiedad y de hecho lo que hemos propuesto es una línea de avales público, porque los bancos solo ofrecen un 80% del préstamo hipotecario, y queremos pues acompañar ese 20% con una línea de avales pública.

También en Euskadi tenemos una trayectoria importante en la promoción de vivienda pública y protegida y lo que proponemos es generar nuevas viviendas en la siguiente legislatura de alquiler social o de protección social. Hemos propuesto también ampliar los límites de renta que hoy tenemos en Euskadi establecidos para que las familias jóvenes puedan acceder a diferentes programas que tienen que ver con ayudar a la parte de los costes de la renta o a otras cuestiones como la renta de emancipación, que hemos puesto en marcha ahora en febrero porque tenemos los límites de renta un poquito bajos en nuestra opinión por el SMI y la inflación.

Por lo tanto hemos previsto ampliar esos límites de renta a 30.000 euros por persona para que se puedan acceder a ese conjunto de ayudas. Hemos puesto un conjunto de batería de medidas para promover el acceso a la vivienda pública, protegida o privada. No hay que limitar el acceso a cualesquiera de los tipos. También creemos que hay que seguir trabajando en términos de que la iniciativa privada, pues pueda promover también vivienda. Hay que aumentar el parque de viviendas en Euskadi.

Usted dijo que que se siente únicamente vasco y que está de acuerdo con la con la independencia de Euskadi. Solo un 23% de los vascos está de acuerdo con su mismo posicionamiento. ¿A qué cree que se debe ese ese porcentaje y ese ese retroceso?

Históricamente se ha hecho esa pregunta del sentimiento identitario preguntando sobre si alguien se siente español, solo vasco, más español que vasco o más vasco que español. Si uno analiza los porcentajes, lo que ocurre en Euskadi es que hay un sentimiento muy amplio entre las personas y en general nos sentimos vascos o fundamentalmente más vascos que españoles. Es una constante en la sociedad vasca en las últimas décadas y además en las elecciones autonómicas.

¿Lo que tenemos es que las opciones nacionalistas, que son las mayoritarias, obtienen el refrendo popular? Sí, en estos momentos. Estamos en el entorno del 60% de la representación en el Parlamento vasco y se estima que pueda ser superior incluso en estas elecciones del 21 de abril.

El camino del autogobierno por el que empezamos a transitar desde el año 1979 con el Estatuto de Autonomía de Guernica, que fue una apuesta clara del PNV, pues es un camino que la sociedad vasca lo ha abrazado y lo comparte. El autogobierno es sinónimo de bienestar. Y en ese sentido, yo apuesto por seguir el camino del autogobierno, mejorándolo, ampliándolo, que es la apuesta que hizo el PNV hace más de cuatro décadas y ahora lo que es que lo que queremos hacer es cerrar la la carpeta del Estatuto de Gernika y su cumplimiento íntegro, porque casi 40 años después sigue sin ser cumplido en su totalidad para poder abordar una nueva fase de de autogobierno en nuestro país.

Hace unos días, el CIS preelectoral indicaba que solo el 0,2% de los vascos creen que ETA es un problema. Sin embargo, si salimos de Euskadi y vamos, por ejemplo a Madrid, se convierte en un tema habitual. ¿Teme que ese ruido de Madrid pueda afectar de alguna forma a la política vasca o enfangar lo que resta de campaña?

Jugar con esa cuestión en Euskadi hoy solo permite engordar a Bildu. Es una cuestión que es difícil de explicar fuera de Euskadi, pero la sociedad vasca de alguna manera ha pasado página a ese drama y el sabor de la violencia, del terrorismo de ETA, que lo único que causó fue daño, dolor y zozobra en la sociedad vasca. Pero afortunadamente, pues aquello acabó. Es algo que hoy en la sociedad vasca no está presente. En todo caso, Bildu sigue teniendo pendiente la asignatura de la condena a aquella violencia, la del reconocimiento del daño causado, de que fue injusto y que nunca debió suceder.

Pero la sociedad vasca en general no está en esa clave. Cuando desde los partidos políticos españoles se intenta trasladar esa cuestión a Euskadi, lo único que se genera en Euskadi es una utilización victimista por parte de Bildu de esa cuestión.

Estas formaciones son PP y Vox, ¿cree que tienen un problema para comprender a la sociedad vasca?

Tienen la representación parlamentaria que la sociedad vasca entiende que les corresponde, que es muy minoritaria. En estos momentos tienen siete parlamentarios de 75. Yo creo que deberían hacer una reflexión.

Si fueran realmente partidos políticos que reflexionaran sobre por qué su peso político en el Parlamento Vasco es el que es, llegarían a la conclusión de que tienen que cambiar de estrategia de discurso. Pero bueno, eso le corresponde a otros partidos políticos.

Al final, la representación que existe hoy en el Parlamento Vasco, tanto del PP como de Vox, es muy minoritario y muy significativo de esto de lo que hago referencia.

Quedan unas pocas semanas para que Iñigo Urkullu deje de ser lehendakari. ¿Cuál cree que ha sido el mejor legado que ha dejado y cuáles han sido las tareas pendientes que usted aspira a continuar?

Deja una Euskadi mejor. Si uno analiza sus 12 años, y además analiza lo que le ha tocado en tres legislaturas con la crisis financiera -que ya parece que se nos ha olvidado que fue tan brutal en sus consecuencias posteriormente-, la pandemia, el Brexit, la crisis energética y de inflación, las guerras que todavía desgraciadamente persisten en Ucrania, el conflicto en Gaza... Están siendo años muy complicados en el entorno internacional que han tenido incidencia directa.

Luego, las políticas públicas. Si uno analiza cuál ha sido la evolución de Euskadi, tenemos una tasa de desempleo que se acerca al pleno empleo, con récord de cotizantes trabajando, con tasas de inversión en I´D+i que son récord en el largo recorrido de las últimas cuatro décadas de Euskadi.

Deja un país mejor, más cohesionado y más próspero. A partir de ahí, el reto es claro: estamos ante una transformación muy profunda de de la sociedad vasca que tiene que hacer frente a una transformación social con el gran reto demográfico del envejecimiento poblacional y las tasas de natalidad que tenemos en estos momentos tan bajitas. Ahí tenemos una gran cuestión que atender.

También con la transformación de la industria vasca, que va a venir muy condicionada por la transición ecológica y energética que afecta directamente a una industria que hay que descarbonizar. Tenemos el reto del impacto de la transición digital en todos los órdenes de la vida, también en el ámbito económico y las nuevas oportunidades que surgen en el ámbito de la digitalización.

Uno de estos temas es el TAV, el tren de alta velocidad en Euskadi. Es una obra muy compleja por la orografía del terreno y que requiere muchas obras de ingeniería. ¿Si se convierte en lehendakari va a presionar de alguna manera a Óscar Puente para que las obras se aceleren lo máximo posible y llegue cuanto antes?

Lo que hace falta es que el Estado cumpla de una santa vez con con TAV. Son ya demasiados años de retraso, de demoras injustificadas. Es el momento de que se cierre ya la carpeta de la alta velocidad en Euskadi, porque al final nos está aislando del desarrollo y nos está privando de poder crecer, como país en términos económicos y en términos de proyección internacional y de desarrollo social.

Es una cuestión que se tiene que abordar de manera definitiva. Ya llevamos demasiados años de retraso. Se habla del impulso a la construcción del TAV y se encomendó al Gobierno Vasco que hiciera parte de las obras. Todo lo que se pedía al Gobierno Vasco está hecho y finalizado y seguimos estando pendientes de finalicen las obras que le corresponden al Estado. También las conexiones, la conexión hacia Madrid vía Burgos y también la conexión hacia París en Hendaya con con el Estado francés, que es otra asignatura fundamental, porque al final lo que buscamos es tener un corredor ferroviario en alta velocidad, no solo para personas sino también para mercancías, que es un tema fundamental desde el punto de vista logístico y de desarrollo económico de Euskadi.

Después de las elecciones vascas vienen las las catalanas. Se está hablando mucho de un concierto económico en Cataluña similar al vasco. No sé cómo lo ve usted y si lo si lo vería solidario.

A mí me parece legítimo que Cataluña aspire a tener un modelo de financiación específico y singular al estilo del Concierto Económico Vasco. Pero lo que me parece injusto es que para reclamar el concierto económico catalán se diga que va a ser como el vasco, pero solidario. Yo creo que el presidente Aragonès y la consejera de Economía, cuando hicieron la presentación de esa iniciativa y tacharon de insolidario al Concierto Económico Vasco es mostrar un desconocimiento del modelo y solo voy a dar los datos.

Nosotros participamos con el 6,24% de las cargas del Estado siendo el 4,6% de la población del Estado y el 5,9% del PIB del Estado. Por lo tanto estamos aportando el 6,24% a financiar esas cargas del Estado, siendo poblacionalmente menos. También siendo menos con el PIB. También aportamos siendo menos en el Fondo de Solidaridad y no recibimos nada a cambio porque es un fondo que luego no revierte en Euskadi.

Y además, que a nadie se le olvide: el modelo de concierto implica riesgo unilateral. Dicho de otra manera, nosotros no lo guisamos y nos lo comemos. Si a nosotros nos va bien la recaudación, tendremos dineros para desarrollar políticas públicas. Si nos va mal, no viene el Estado a poner el dinero que nos falta. Por lo tanto, el riesgo es unilateral y eso sí que es un modelo en el que uno se lo guisa y uno se lo come para bien y para mal.

Última pregunta, aunque imagino cuál va a ser la respuesta. No sé si usted puede contar qué es lo que le ofreció Feijoó al PNV para apoyara la investidura

(Risas) Pues obviamente no, porque yo no estaba en aquellas negociaciones.