Teresa Ribera: "Es preocupante que la extrema derecha vuelva a campar a sus anchas por Europa"

Teresa Ribera: "Es preocupante que la extrema derecha vuelva a campar a sus anchas por Europa"

En una entrevista con El HuffPost, la candidata del PSOE a las elecciones europeas cree que Europa está en juego en estos comicios: "Si es importante, cuidémosla; no podemos darla por hecho", defiende la todavía vicepresidenta del Gobierno.

La candidata del PSOE a las elecciones europeas, Teresa Ribera, tras su entrevista con El HuffPost.SERGI GONZÁLEZ

Junto con Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y María Jesús Montero, Teresa Ribera es una de las personas que ha estado en el Gobierno de Pedro Sánchez desde que el presidente llegara a La Moncloa en 2018. Ahora, el PSOE quiere que la todavía vicepresidenta del Ejecutivo y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico sea quien defienda al partido en Europa. Es, tras Rosa Díez y Elena Valenciano, la tercera mujer en encabezar la lista socialista al Parlamento Europeo

De este modo, Pedro Sánchez busca colocar la lucha contra el cambio climático en el centro, uno de los asuntos que mayor aversión genera en los votantes de extrema derecha. "Queremos más Europa, más justa y solidaria, más social, verde y feminista", aseguraba Ribera después de que la Comisión Ejecutiva Federal propusiera su nombre.

Hace unos días, el propio Pedro Sánchez presumía de la candidatura de Ribera en un acto con el reciente ganador de las elecciones catalanas, Salvador Illa. De la vicepresidenta, Sánchez quiso destacar que "fue la primera que pidió impuesto a los beneficios caídos del cielo de las energéticas" y quien "dijo a Europa que el mercado eléctrico no funcionaba" para "imponer la llamada solución ibérica que ahorró miles de millones de euros a los ciudadanos de nuestro país en la factura de la luz". Para terminar de ensalzar su figura, Sánchez ironizó sobre lo que la gente se preguntaba cuando le veía con ella en alguna Cumbre del Clima: "¿Quién es ese que va con Teresa Ribera al lado?"

¿Qué opina de las palabras del presidente de Argentina, Javier Milei?

Ha sido una situación extraordinariamente desafortunada y violenta, pero también muy indicativa de qué es lo que estamos enfrentando a nivel mundial. Ha sido extraordinariamente violenta porque no es razonable que un jefe de Gobierno de un país vaya a otro país a insultar a su jefe de Gobierno. Va mucho más allá de la opinión personal y, desde luego, de lo que corresponde desde el punto de vista del respeto institucional. Es también significativo de lo que enfrentamos porque [Milei] es un señor que se suma a los demás participantes en esta especie de aquelarre de la ultraderecha global. No es casualidad que suceda en España, donde se ha ido consolidando un modelo de progreso en estos años que ha estado basado en la combinación correcta de una agenda verde modernizadora de la economía con una agenda social comprometida. En esa estrategia permanente de desinformación, de cuestionamiento de la agenda social, también ha sido muy representativa su expresión diciendo que la justicia social es aberrante. Es decir, está en las antípodas de lo que reclama y de lo que pregona a voz en grito la extrema derecha. Ha habido otro factor que, a mi juicio, ha sido muy doloroso y es el silencio sangrante del Partido Popular. Hablamos de unos insultos absolutamente fuera de lugar contra el jefe del Gobierno elegido democráticamente por parte de los españoles y el Partido Popular, que es un partido que durante mucho tiempo hemos considerado central para el buen funcionamiento del país, cada vez evidencia más cómo se esconde detrás de la extrema derecha, a la que incluso abraza.

¿Qué sensación le produjo la foto de Milei con los empresarios españoles?

La foto me da miedo, no me gusta. No es el tipo de representación política o institucional que nos beneficia, ni la quiero. Obviamente, Milei es un señor que no parece suscitar gran entusiasmo ni entre los demócratas ni entre las mujeres que representamos más del 50% de la sociedad. Diecisiete hombres en una misma foto que además contrasta con el que ha sido el pronunciamiento de las principales empresas alemanas, destacando que, para poder atraer inversión, para poder garantizar la estabilidad de su propia actividad económica, es importante desterrar el fantasma de la ultraderecha. Durante mucho tiempo hemos pensado, y es la preocupación principal, que la extrema derecha y la derecha copiando, abrazando y rindiéndose ante la ultraderecha, generan un problema serio de derechos, libertades civiles y convivencia. Pero es que va más allá: genera un problema serio de sostenibilidad económica, de la actividad de nuestras empresas, de nuestros inversores. La foto del otro día no era una imagen muy atractiva para nadie, principalmente para quienes salen retratados. Pone de manifiesto que todavía hay un camino muy importante que recorrer en igualdad, en participación, en convivencia y pone de manifiesto también como esa foto no ha sido más que un truco utilizado por la extrema derecha que se vuelve en contra de quienes están en ella.

Cas Mudde, un politólogo neerlandés, asegura que estamos viviendo la cuarta ola de la extrema derecha, es decir, la etapa de su normalización. Algunos centros especializados, como el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, pronostican un “viraje muy fuerte hacia la derecha” en las elecciones europeas. ¿Percibe usted este auge? ¿A qué cree que se debe?

Yo me rebelo contra eso. Es enormemente preocupante que haya quien normalice, quien simplifique, quien dé por bueno el que la extrema derecha vuelva a acampar a sus anchas por las calles de Europa, con ese imaginario que hemos vuelto a ver en las calles de Milán y de Roma, con esa violencia verbal que se acaba traduciendo en violencia física, en agresiones, ya sea en Alemania, Eslovaquia o en Ponferrada. Cuando uno alimenta la agresividad, la violencia, ataca a los representantes de las instituciones, acaba convirtiendo su palabra en un incentivo, en un alegato en favor de la normalización de la violencia. Por eso creo que no es perdonable que el Partido Popular, o muy buena parte del Partido Popular, que ha estado en el germen del Pacto Europeo tras la Segunda Guerra Mundial, dé por buena esa normalización. Es lo más preocupante. De hecho, la ha metido en los Gobiernos. Ha normalizado la perversión de las palabras y de las políticas públicas, suprimiendo los centros de atención a mujeres maltratadas, negando la violencia machista, la violencia de género. De hecho, ha acudido a las elecciones catalanas utilizando exactamente el mismo argumentario y las mismas expresiones, con actitudes xenófobas y violentas hacia la migración. Que hayamos tenido siempre grupúsculos populistas de extrema derecha es una mala noticia en cualquier sociedad, pero que la democracia cristiana, que está en el origen del proyecto de convivencia que representa Europa, tenga a una parte de sus líderes normalizando la extrema derecha es enormemente preocupante. Por eso es capital que en estas semanas de campaña seamos conscientes de la importancia que tiene el pensar qué ocurrirá a partir del 10 de junio: si la vamos a dar por normalizada y a ofrecerles en bandeja que deshagan el proyecto de convivencia, o si nos negamos en redondo y ponemos pie en pared para frenar este proceso, que es el germen de la implosión de la convivencia.

La candidata del PSOE a las elecciones europeas, Teresa Ribera.SERGI GONZÁLEZ

Como comenta, la extrema derecha ya está gobernando junto con el Partido Popular en muchas comunidades, donde están sacando adelante leyes como las que hacen llamar “de concordia”. ¿Se podría decir que la excepción española ha terminado?

Yo confío en que no. Ha habido varias cosas que son profundamente cuestionables, desde el punto de vista del respeto al marco de convivencia que representa la Constitución, el multilateralismo, el papel de Naciones Unidas o el Consejo de Derechos Humanos de la ONU... Obviamente eso no es una concordia sino una imposición de la desmemoria. Como Gobierno tendremos que ir al Tribunal Constitucional para cuestionar lo que está ocurriendo, pero creo que la sociedad en su conjunto merece entender plenamente lo que está sucediendo, y pararse a pensar si ese es el tipo de proyecto que queremos construir para los próximos años y para nuestros hijos y nietos.

Una materia que usted conoce bien, como ministra de Transición Ecológica, es la referida a las políticas medioambientales. El centro que antes mencionaba también apunta a que la extrema derecha crece en contraposición a la agenda verde, que pueden ser las más perjudicadas si hay una mayoría de la derecha en Europa. ¿Por qué generan tanto rechazo?

En este asunto hay dos cuestiones. Una, que es en la que debemos trabajar los demócratas y las personas comprometidas con la sociedad, y dos, que son claramente instrumentales para reventar desde dentro el progreso europeo. Como sociedad estamos viviendo un cambio muy profundo e intenso en muy poco tiempo, y evidentemente las pequeñas explotaciones de las familias que viven de la agricultura no tienen medios ni capacidad para abordar los cambios tan importantes que se trasladan desde las instituciones, y no están en las mismas condiciones que una agroindustria, que puede enfrentarlos con mucha más tranquilidad. Se necesita un acompañamiento en ese proceso de cambio. Es normal que haya una cierta preocupación, pero no porque el pequeño agricultor no entienda que la sequía no sea uno de los problemas más grandes que tiene que enfrentar, o que la contaminación de los suelos, desertificación... Le vaya a generar dificultades en la fertilidad de la tierra. Eso lo entienden perfectamente, pero sí necesitan un acompañamiento. Esto merece todo el respeto. Luego hay dos aspectos que me parece que están gestionados con absoluta mala intención. De nuevo, tergiversando y usando el miedo como herramienta de implosión social. Por un lado, porque es un absurdo. ¿Cómo que restaurar la naturaleza nos perjudica? Es absurdo, ¿qué queremos, reivindicar vivir en una naturaleza muerta, en un planeta contaminado, en un suelo que no produce cosechas? Es absolutamente ridículo. Es como decir que quiero respirar aire contaminado todo el día y ya me encargaré de morir de cáncer cuando toque. No tiene sentido, es falso. Puede esconder dos cosas diferentes: primero, el garantizar las posiciones más reticentes al cambio, aquellos sectores de actividad económica que proyectaron unos beneficios con un modelo de consumo que es más contaminante; por otra parte, hay también una especie de guerra de guerrillas, cuanto peor, mejor. Cuanto más caos social, más inestables serán las sociedades europeas, por tanto menos riesgo de que Europa se consolide como proyecto de convivencia y de paz.

Parece que, visto el lanzamiento de los partidos hacia las europeas, que el PP utilizará este aspecto contra usted. Feijóo dijo que el PSOE era la formación “que más ha ninguneado a la agricultura”. ¿Qué contesta a esto?

Que se lo haga mirar, que piense cómo de comprometido ha estado el Partido Popular con los problemas de la agricultura o del mundo rural, hasta dónde se ha tomado en serio las grandes amenazas que representa el cambio climático, cómo las comunidades autónomas en las que gobierna han hecho caso omiso o no ha acompañado a los agricultores o al sector primario, incluso cuando tienen las competencias para hacerlo. No es nada recomendable hacer este tipo de demagogia. Los datos ponen de manifiesto que en estos seis años de Gobierno del presidente Sánchez se ha trasvasado más agua que nunca a través de la infraestructura entre el Tajo y el Segura, frente al trasvase cero de los tiempos de Isabel García Tejerina como ministra de Agricultura y Medio Ambiente; nunca jamás se ha dedicado tanto recurso a la modernización de los regadíos, a la digitalización del ciclo de agua, a las infraestructuras que nos permitan disponer de agua cuando no llueve... Es pura demagogia. El esfuerzo del ministro Planas ha estado presente en casi todos los campos. De hecho, consiguió más financiación en esta ronda de la PAC de lo que esperaba nadie, por encima de lo que se había conseguido en la negociación anterior, una negociación en la que el presidente Rajoy perdió parte de ese dinero de la PAC. Sánchez y Planas consiguen más dinero con un estado contribuyente menos, por la salida del Reino Unido, que el dinero que consiguió Rajoy en un periodo anterior con todavía 28 estados miembros. España tiene mucho que perder si no cuida sus ecosistemas, si no cuida a sus entornos rurales, al sector agrícola, sobre todo a las pequeñas familias. Utilizar discursos falsos hace mucho daño. Lo que hay que hacer es una nueva apelación a la concordia, al consenso. Menos gritos, menos insultos, menos mentiras y más arremangarse para resolver los problemas.

La candidata del PSOE a las elecciones europeas, Teresa Ribera.SERGI GONZÁLEZ

Las europeas llegan en un contexto con la guerra muy presente, tanto en Ucrania como en Palestina, y en un momento en el que muchos líderes europeos hablan de la necesidad de que Europa se rearme. ¿Aumentar el gasto en Defensa es la manera de alcanzar la paz o, al menos, el fin de las guerras?

Para que Europa sea fuerte fuera lo primero es que sea fuerte dentro. Esto requiere una idea clara de cuál es el proyecto en común, de qué forma reducimos vulnerabilidades. Lo hemos visto de forma importante, desde el punto de vista de la seguridad de Europa, en la utilización de los combustibles o la desinformación por parte de Rusia como arma de guerra. Ha puesto de manifiesto hasta qué punto debíamos estar pensando la forma en la que generar alternativas y reducir nuestras dependencias del exterior, pero también el modelo de democracia que proyectamos hacia fuera y de defensa de los valores, libertades, derechos civiles y derechos humanos sea donde sea que ocurra una violación flagrante de estos derechos. En ese sentido, el poder mirar a los ojos de los gazatíes y decir que estamos aplicando la misma vara de medir cuando hablamos de Ucrania que cuando hablamos de Gaza, es importantísimo. Existe además una cuestión de fortalecimiento de la diplomacia, del diálogo, que es capital seguir trabajando en ella. Sentimos también como importante defender nuestras fronteras, nuestros valores. En el caso de Ucrania, con la convicción de que las fronteras y los valores que están siendo cuestionados, no lo son para con Ucrania, es una amenaza directa para Europa. Por lo tanto, fortalecernos dentro es la mejor herramienta para ser fuertes y creíbles fuera.

Dentro de esta necesidad de una Europa más fuerte, ¿existe un temor a lo que pueda suceder en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde puede regresar Donald Trump?

Europa es paz, es democracia, es convivencia y es defensa de los valores con ese papel de diplomacia pragmática y soft power que hemos intentado construir como una referencia de bienestar para el resto del mundo. La eventual llegada de nuevo de Trump a la Casa Blanca no es buena noticia para nadie, empezando por los americanos. Ya vivimos en el pasado qué ocurrió, y cómo quedó debilitada la economía norteamericana, su diplomacia, su posición en el mundo. Tampoco es una buena noticia para Europa. Europa enfrentada a grandes países, a grandes potencias, que no cuentan con una defensa cerrada de valores propios de la democracia y del orden internacional basado en reglas, no es una buena noticia. Lo que no podemos hacer, por tanto, es debilitar a Europa ante ese escenario. Al contrario, Europa debe estar fuerte, unida, solidaria, defender nuestra forma de entender las relaciones en un mundo complejo y no estar haciéndonos pequeñitos y buscando el modo en el que convivir con una forma de entender las relaciones de dominio en el mundo, o sociales, enormemente agresiva y coherente con el principio del sálvese quien pueda.

Esta semana se ha reconocido el Estado palestino. ¿Es el camino para llegar a la paz?

Es una manera extraordinariamente simbólica, importante y decente de volver a recuperar el orden internacional basado en reglas. Es decir, aquí también tenemos ser coherentes, y si entendemos que Palestina debe ser reconocida como Estado, porque es la única manera de poder garantizar un equilibrio en la región y una salida sobre la que después seguir construyendo, debemos hacerlo. ¿Es suficiente por sí mismo? Claro que no. Habrá que reconstruir ese territorio que ha sido bombardeado y que ha sido arrasado por el ejército israelí, pero un primer paso es que pueda contar con toda la legitimidad, la capacidad de acción y reconocimiento por parte de la comunidad internacional.

La candidata del PSOE a las elecciones europeas, Teresa Ribera.SERGI GONZÁLEZ

¿Está contenta con la decisión de irse a Europa o todavía tenía tareas pendientes?

Estoy muy contenta, si no, no habría dado el paso. Y la verdad es que también estoy muy contenta de lo que han sido estos seis años de trabajo en el Ministerio. El país hoy no tiene nada que ver con el país de hace seis años. Esa combinación de agenda social y ambiental ha sido muy positiva para crear más bienestar, pero para modernizar el tejido productivo y ser más eficientes. ¿Esto está acabado? Por supuesto que no, quedan muchísimas cosas por hacer. Si hubiera seguido aquí, ¿habría seguido haciendo cosas? Se me ocurren mil, pero me parece que ha sido un ciclo, está siéndolo todavía, muy interesante. Si echamos la vista atrás, no tiene nada que ver. Llegamos y había impuesto al sol, prohibición de cerrar carbón a pesar de que fuera a pérdidas, cero inversión en agua, una economía mucho más inconsciente. Eso ha cambiado de forma muy importante. Nuestro sistema energético es uno de los factores que explican la capacidad de generar empleo, de ser atractivos desde el punto de vista de la inversión internacional, pero también la capacidad de ofrecer alternativas y oportunidades muy importantes en nuestras ciudades, a nuestros jóvenes, a nuestra industria, a nuestros servicios.

Respecto a la carta de Pedro Sánchez. Si usted se preguntara si merece la pena estar en primera línea política, ¿qué se respondería?

Yo creo que merece la pena, y creo que además en un momento tan sensible, con una amenaza tan obvia... Han normalizado hasta la barbaridad, la agresividad expresada una y otra vez. Todos debemos interpelarnos como personas. Habrá quien, interpelado como persona, llegue a la conclusión de que su mejor contribución o la única es ejercer su derecho de ir a votar y decir ‘no’, que es como los demócratas paramos estas cosas en las urnas, pero también creo que quienes hemos asumido un papel en la vida pública, en la representación durante un tiempo equis en las instituciones, no debemos arrugarnos, debemos estar al frente a pesar de las dificultades, de los insultos y de las mentiras tan profundamente injustas que nos duelen mucho. A nadie le gusta que insulten a sus familiares o sentirse interpelado por mentiras, porque lo son, pero creo que hay que ser fuertes y resistir. Pero no es un fenómeno de España, es una situación muy dura en geografías muy diferentes a la nuestra... Parece que se ha puesto de moda el deporte de reventar al contrario. No de no hacer, sino de cuestionar la legitimidad del adversario y reventarlo. La frase de Abascal es muy fuerte: echarlos a gorrazos. ¿Esto qué significa? O el señor Feijóo diciendo que solo es posible el consenso si se va Pedro Sánchez. ¿Pero qué demócrata es quien dice que solo hay consenso si gobierna él? Eso no es un demócrata, es simplemente alguien que considera que la única manera de entender la sociedad es imponiendo su propio criterio. Eso es malo y hay que hacerle frente, y recuperar la cordura.

El otro día tuvieron la primera reunión de la Comisión de Seguimiento del Gobierno de coalición. En el comunicado dijeron que “gozaba de buena salud”, pero mientras se veían los representantes de PSOE y Sumar, de cara al público discutían sobre el tránsito del buque Borkum. ¿Goza de buena salud? ¿La legislatura será estable?

Tengo la completa convicción de que el Gobierno de coalición goza de excelente salud. Las distintas personas que formamos parte del Gobierno, también los diferentes partidos que están representados, sabemos lo importante que es un Gobierno de coalición progresista como el que hemos venido configurando desde la legislatura pasada. La sintonía en prácticamente todos los temas es grande, obviamente luego cada cual hace el énfasis en unas cosas o en otras, y a veces abordamos la manera de comunicarnos de forma distinta. Aprecio muchísimo a mis compañeros de Gobierno, y de Sumar, con los que trabajo muy estrechamente. La relación no es solo correcta, sino muy buena, y la agenda nos une de manera sincera.

Cada vez que llegan unas europeas, parece que siempre preguntamos por qué no generan tanto interés. ¿No se ha logrado generar ese espíritu europeísta?

Espacio Eco
Un proyecto de Ecoembes

Hasta cierto punto es un síntoma de éxito, pero es peligroso. La gente ha normalizado que Europa está ahí, que es un oasis de paz, de progreso económico, de mejora social. Y a veces se nos olvida que eso depende de quién está en Europa y de cómo cuidamos Europa sus instituciones. Este es uno de los momentos en los que hay que recordarlo. No podemos dar por garantizado que eso va a seguir siendo así. De hecho, tenemos algunas experiencias recientes que demuestran que no es así. Cuando en Europa el enfoque con el que se gobierna es otro, vienen los hombres de negro; cuando en Europa el enfoque con el que se gobierna es el de la unidad y la solidaridad, la respuesta es diferente. Por tanto, sí que es un buen momento para preguntarnos qué Europa queremos. Si Europa es importante, cuidémosla, como ocurre en cualquier otra relación, de amistad, de pareja, de lo que sea. Nunca se da puede dar por hecho, siempre hay que cuidar lo que se aprecia, y cuidar lo que se aprecia se hace votando cuando toca, porque nos va mucho en qué sea quien acabe gobernando.