¿Es malo beber café con el estómago vacío?

¿Es malo beber café con el estómago vacío?

No tiene por qué ser malo, pero hay dos tipos de personas que deberían evitarlo.

Morning coffee is my daily routineGetty Images/iStockphoto

Puede que empieces el día arrastrándote hacia la cocina para beberte una taza de café. O puede que practiques ayuno intermitente y tengas la costumbre de beberte una taza de café solo antes de ingerir cualquier otro alimento.

Pero ¿es malo hacerlo? ¿Es un error que sea lo primero que tomes por la mañana sin nada en el estómago? Aunque hay mucha gente que lo hace, otra mucha nota malestar gastrointestinal si no come primero.

“La respuesta varía de una persona a otra. Algunas son especialmente sensibles a la cafeína, y más aún con el estómago vacío”, asegura la nutricionista Alissa Rumsey, autora del libro Unapologetic Eating, a la edición estadounidense del HuffPost.

Los estudios que abordan los efectos del café en ayunas son aún muy limitados, y no se ha podido establecer una relación fuerte entre el consumo de café en ayunas y los problemas gastrointestinales.

Lo importante es comprobar cómo responde cada cuerpo al consumo de café sin haber ingerido previamente ningún alimento, ya que cada persona tolera la comida y la bebida de una manera distinta. Si después de beber café en ayunas no se siente nada raro, se puede seguir haciendo. En caso de malestar, entonces habría que ajustar nuestros hábitos.

“Cuando se trata de asuntos de nutrición, no hay una norma válida para todos”, insiste la dietista Stefani Sassos, del Good Housekeeping Institute. “Nadie conoce tu cuerpo mejor que tú, la tolerancia al café y a cualquier otro alimento es más un asunto individual”.

Distintos expertos recogen las desventajas de beber café con el estómago vacío y señalan qué hacer si se sienten síntomas desagradables.

Si tienes problemas digestivos

El café estimula la producción de ácido en el estómago, lo que pue resultar irritante para algunos, sobre todo los que tienen acidez y reflujo.

Para algunas personas, la sensación puede ser aún mayor si se consume café con el estómago vacío. En un caso así, la dietista Maya Feller recomienda combinar el café con alimentos que calmen la acidez.

“Ahí se incluyen plátanos maduros, avena, huevos, fruta (no cítricos) y tostadas integrales”, apunta. “Y hay que tener en cuenta que los azúcares o cremas que se añaden al café suelen ser desencadenantes de reflujo y de acidez de estómago para algunas personas”.

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El café también aumenta las contracciones de los músculos del colon, lo que hace que algunas personas vayan más al baño. Aunque para algunos es una ventaja, para las personas con problemas gastrointestinales preexistentes como síndrome del intestino irritable o propensión a diarreas puede ser contraproducente.

Se cree que la cafeína, un estimulante, juega algún papel en el efecto laxante del café, aunque es probable que otros compuestos de la bebida también sean responsables. Precisamente por eso, el café descafeinado también provoca ganas de ir al baño.

Es importante saber que comer también estimula el tracto digestivo, de ahí que aunque se coma algo con el café no se eliminen las ganas de ir al baño, según explica un experto en gastroenterología de Health.com.

La situación se puede evitar, y para ello hay que prestar atención a cómo se siente uno después de tomar café en ayunas y también comprobar si las sensaciones desaparecen, o se mantienen, al comer algo. Si el malestar continúa, entonces habría que reconsiderar dejar este hábito.

“Lad dosis importan cuando se trata de alimentos o bebidas y tolerancias gastrointestinales”, señala Sassos. “Puedes tolerar una taza de café pero tres pueden resultar muy incómodas. Escucha a tu cuerpo y haz ajustes según su respuesta”.

Si tienes ansiedad o eres muy nervioso

Los efectos estimulantes de la cafeína pueden intensificar los síntomas comunes de la ansiedad como son nerviosismo, inquietud, dificultad para dormir y frecuencia cardiaca rápida, especialmente si se beben grandes dosis.

Se cree que un adulto sano puede tolerar hasta hasta 400 miligramos de cafeína al día, pero las personas con ansiedad pueden empezar a sentir síntomas de nerviosismo a partir de 200 miligramos. (Sirve como referencia que una taza de café de casa contiene 100 miligramos de cafeína).  ¿Acompañar la primera del día con algo de comida reduciría los nervios?

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Según Marilyn Cornelis, investigadora de cafeína y profesora asociada en el departamento de medicina preventiva de la universidad de Northwestern, hay investigaciones científicas que sugieren que al consumir cafeína pura (no a través del café) con alimentos “se aumenta el tiempo en el que la cafeína alcanza los niveles máximos en sangre y disminuye la concentración de ésta”.

“Teóricamente, al comer se reducen los efectos de la cafeína, pero esto puede variar según la sensibilidad de cada persona”, asegura la especialista, que señala que las dosis de cafeína en estos experimentos son generalmente mayores que la cantidad que hay en una sola taza de café.

Las personas que se sientan más nerviosas después de beber café deberían comprobar si comer algo les ayuda. La bajada de azúcar en sangre que se experimental al llevar tiempo sin comer puede contribuir a aumentar la sensación de ansiedad.

También se podría reducir la cantidad de cafeína que se consume. ”¿Por qué no optar por un descafeinado o al menos reducir el café que se bebe?”, sugiere Cornelis.

Puede que los síntomas no tengan nada que ver con el café

Es importante tomar nota de cualquier malestar que se sienta después de tomar café, habiendo o no habiendo comido antes. Porque, como señala Rumsey, a veces la comida no es responsable del problema.

“Interésate por lo que sientes, puede que tenga que ver con la comida, el café o algo completamente distinto”, apunta el especialista, que hace una sugerencia: “Porque a menudo no tiene nada que ver con la comida y es algo relacionado con lo que pasa en nuestra vida, como el estrés, la falta de descanso o la ansiedad”.

Su consejo es experimentar con diferentes alimentos y observar cómo nos sentimos durante y después de comerlos. “Puede ayudarnos a entender qué es lo mejor para nosotros”.

 

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense del HuffPost y ha sido adaptado del inglés.