Cotino

Cotino

El asunto es que a lo largo de los años uno lleva en la mochila eso de: “algo habrá hecho”. Osea, te arruinan la vida.

El ex director general de la Policía Juan Cotino.EFE

                                En mi cincuenta aniversario

                                Sólo o mientras se oía

                                El piano de Theolonious Monk mojado por la lluvia

                                Tuve dolor costal y fuertes calenturas

                                Coloqué como pude un pétalo en el ojo

                                Izquierdo

                                Saqué brillo al derecho y fuerzas de miseria

                                Y en posición marcial saludé a las modestas   

                                señales del futuro   

                                                       (José Angel Valente) 

Con este texto realicé la felicitación de Navidad, siendo Juan Cotino director general de la Policía nombrado por Aznar, y es que me dieron un golpe fuerte. Lo explico muy brevemente. Siendo jefe de la Comisaría de Policía de Usera-Villaverde, ordené la libertad de unos detenidos por manifestarse delante de la Junta Municipal pidiendo una vivienda digna, y como ni la concejal del distrito, Ruiz de Arana, del PP, ni Cotino, eran precisamente de las teorías de Ferrajoli, me metieron diez días de suspensión de empleo y sueldo con traslado forzoso.

La diputada Enedina Álvarez, del PSOE, llevó a la Comisión de Interior del Congreso el tema, y aunque luego gané el recurso en la justicia (no siempre es así) el asunto es que a lo largo de los años uno lleva en la mochila eso de: “algo habrá hecho”. Osea, te arruinan la vida. Espero que Isa Serra se recupere del palo, seguro que en el recurso se pondrán las cosas en su sitio. También a los vecinos, detenidos y líderes del movimiento vecinal, a los que les querían hacer diligencias por resistencia y desobediencia. Es muy típico. Yo lo evité con un coste personal del que me siento orgulloso. 

Sí, orgulloso y feliz al remover mis recuerdos y encontrarme con una carta que Lourdes Ibáñez, dirigente de una asociación de esas que hacen mucho por el amor al prójimo, mandó a Juan Cotino el mismo día que me cesaron y que publicó el diario El País:     

“Como responsable de la Asociación Semilla, de Villaverde Alto, y en nombre de los educadores y jóvenes, quiero hacer una referencia a la persona de don Félix Alonso, excomisario de la Comisaría de Usera. Queremos, agradecerle una nueva forma de intervención policial. Trabajamos con jóvenes que rompen las normas sociales como consecuencia de que nosotros, todo el sistema, hemos roto con las normas morales.

Don Félix Alonso comprendió, asumió y se implicó para que los jóvenes que rompían la norma tuvieran la oportunidad de darse cuenta de sus posibilidades como personas.

En cuanto un joven o una joven de la asociación era detenido, llamaba al tutor, y con él veía que era más importante que siguiera en el proyecto educativo de la asociación.

Se sabía los nombres de los jóvenes, se interesaba por sus procesos y situación y apoyaba nuestra labor. Por ejercer su autoridad a favor de la justicia, ha sido derivado a otra comisaría. La asociación ve que donde tendría que haber habido un reconocimiento desde instancias superiores ha habido un descuento a su profesionalidad y a su persona.

Su labor era, antes que condenar, escuchar, y pudo comprobar que fue una buena dinámica, porque muchos jóvenes que estuvieron en comisaría y tuvieron la posibilidad de no pasar a la cárcel son hoy jóvenes que están apostando por la vida.

También queremos agradecer la labor de muchos policías que día a día exponen su vida desde ese talante de ponerse a favor de las personas.

En nombre de los jóvenes y educadores de la Asociación Semilla, decimos: ¡gracias, don Félix Alonso, por su paso por el barrio, y ojalá cree escuela!

No pude crear escuela, me arruinaron la vida, pero al ver, pasado el tiempo, a jóvenes que defendían con tanto compromiso los desahucios, hay que darles las gracias muy sinceras. La carta de Lourdes la titulaba Un hombre de bien. No sé si lo soy, es muy difícil alcanzar ese calificativo, me gustaría ser buena persona. A pesar de ser ateo, el día que murió que Cotino, que representaba como nadie una derecha que quisiéramos superar, leí un padrenuestro por él y su familia.

Indulgentiam Omnipotente  y absolutionem,   et remissionem peccatorum   nostrorum   tribuat nobis omnipotens  et  misericors.