Por qué al hacernos adultos vamos perdiéndola y otras claves sobre la creatividad

Por qué al hacernos adultos vamos perdiéndola y otras claves sobre la creatividad

"Todos somos potencialmente creativos y es algo que se puede ejercitar", asegura la neuróloga Mónica Kurtis.

Es posible ejercitar nuestra creatividad.Westend61 via Getty Images/Westend61

Fueron sus pacientes con Parkinson los que despertaron la curiosidad de la doctora Mónica Kurtis, directora de la Unidad de trastornos del movimiento del servicio de neurología de la Clínica Ruber, para —valga la redundancia— estudiar y profundizar sobre la creatividad.

Observó que algunos de ellos experimentaban una explosión creativa, con hobbies o actividades que nunca habían explorado. “Esto nos hizo a los neurólogos indagar en el papel que juega la dopamina en la creatividad y nos dimos cuenta de que nuestros tratamientos afectan de una forma muy positiva y de ahí fui tirando del hilo para adentrarme más en cómo se cuecen esas ideas brillantes en la cabeza y en qué está haciendo nuestro cerebro cuando piensa de forma creativa”, cuenta a El HuffPost.

Como resultado, acaba de publicar Potencia tu creatividad de la mano de la neurociencia (Larousse), un libro divulgativo y práctico en el que hasta propone ejercicios para potenciar esa capacidad, que es “patrimonio de todos”: “No está delimitada a unos elegidos. Todos somos potencialmente creativos y es algo que se puede ejercitar, porque la neurociencia lo demuestra”.

Creatividad y creatividad

En el libro, la doctora habla de dos tipos de creatividad, que distingue escribiendo la palabra con C mayúscula y con c minúscula: “Es mi forma de intentar explicar que la creatividad en neurociencia se define como un proceso cerebral que produce algo nuevo, original, que también es beneficioso, a veces útil, práctico, de valor, para la comunidad”.

Para ella, la creatividad con c minúscula es la individual y pone un ejemplo: “Voy a casa, no sé muy bien qué voy a cenar, tengo un hambre que me muero y cojo lo primero que pillo y resulta que surge un plato espectacular”. Según explica, eso beneficia al individuo pero no es Creatividad “como el Guernika, que ha hecho que progrese la sociedad”. Sin embargo, no es nada desdeñable: “La c minúscula creo que es vital, la creatividad nos ayuda en nuestro día a día a cada uno a resolver problemas”.

La creatividad nos ayuda en nuestro día a día a cada uno a resolver problemas

Por qué al hacernos adultos perdemos creatividad

Es toda una paradoja: a medida que nos vamos haciendo adultos, adquirimos más conocimientos, pero en general perdemos esa creatividad tan desbordante que caracteriza a los niños.

Como define la neuróloga, hay dos redes cerebrales muy importantes en el proceso creativo: “Una es la red ejecutiva, que es la que nos ayuda a organizarnos, planificar el trabajo, es la que llamo ‘de codos’: ponerte, sentarte y trabajar. La otra red, que he denominado ‘eureka’ es la del ensimismamiento, de cuando parece que te estás aburriendo o no pensando en nada”.

“Muchas veces es ahí donde se forman conexiones muy creativas entre dos cosas que, aparentemente, no tienen nada que ver. Y esa parte de ensimismamiento, aburrimiento, de tiempo para estar con nosotros mismos y en nuestro mundo, muchas veces la perdemos de adultos”, añade.

Aburrirse puede llegar a ser bueno

Según apunta, “estamos tan en marcha y tan a todas horas haciendo y recibiendo inputs o ejerciendo algo que esa parte la tenemos un poco olvidada y no cuidada”. Por eso, considera fundamental “darle espacio y tiempo”.

Por ese motivo, aburrirse puede ser muy positivo: “De hecho en un capítulo se pone en la agenda ese tiempo para aburrirse, para mirar por la ventana, para darse un paseo, para no hacer nada y dejar que los pensamientos corran de un lado para otro”.

  La doctora Mónica Kurtis.LAROUSSE

Cómo salir de un bloqueo creativo

En ocasiones, nuestro cerebro nos tiende trampas que nos impiden avanzar. Los motivos pueden ser muchos y algunos de esos saboteadores, como los llama Mónica Kurtis, pueden ser el miedo, la desconfianza, el estado de ánimo, la falta de motivación...

“Creo que una de las claves para salir de esos momentos es volver a la red ejecutiva. Pongo el ejemplo del libro: tienes que crear un capítulo nuevo pero te cuesta arrancar, no sabes cómo darle forma... pues edita el capítulo anterior”, aconseja.

En su opinión, poner a la red ejecutiva a trabajar permite sortear la frustración y que todo vuelva a fluir. “Métete en la obra, ya sea pintura, escultura o un problema de tu empresa... métete en las cosas que ya están relativamente trazadas o que tienes que perfeccionar. Muchas veces, al terminar ese proceso, puedes dar rienda suelta al momento más de imaginación o de crear a algo nuevo”, puntualiza.

Por qué copiar puede fomentar la creatividad

Kurtis cita al escritor Austin Kleon, autor del libro Roba como un artista, para explicar por qué copiar a otros puede suponer una buena estrategia para desarrollar la creatividad propia

Para ello, “primero tienes que encontrar a tus maestros, personas a las que admiras. Copiándoles, intentas meterte en su cerebro. Al copiar su estilo, estás intentando pensar como ellos y te puede ayudar a encontrar tu voz”. Como recalca, “la idea no es que te quedes en la copia”, sino que sirva para iniciar tu propio camino.

La doctora aporta una clave más que puede servir de trampolín para la creatividad: “copiar de aquí, de allí y de allá para hacer tu cóctel propio”.

Recomendaciones para el día a día

En el libro la neuróloga recomienda diferentes técnicas que han demostrado que mejoran la creatividad, como puede ser ponerse en movimiento: “Muchas veces nos dedicamos a pensar en nuestra habitación y resulta que a lo mejor salir y darte un paseo, ver la naturaleza, mientras estás con esas ideas runruneando en la cabeza”.

Además de escribir, escuchar música o realizar tormentas de ideas con otras personas, recalca otro consejo: “Consumir creatividad”. Eso puede lograrse yendo a un museo, al teatro, leyendo “y dejarte interpelar por eso que estás viendo”.

También recomenda tener “un almacén de buenas ideas” en el que guardar todo eso que te llama la atención, ya sea “una puesta de sol” o “una cita de un grafiti que te ha hecho gracia”: “Apuntarlas, fotografiarlas o meterlas en algún sitio donde puedas acudir como fuente de buenas ideas, porque de ahí pueden surgir conexiones interesantes”.

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