Esto es lo que dice la ley sobre conducir un patinete eléctrico con sandalias

Esto es lo que dice la ley sobre conducir un patinete eléctrico con sandalias

En caso de accidente, el no llevar calzado cerrado puede ser un agravante al restar estabilidad a la conducción

Imagen de archivo de una mujer sobre un patinete eléctrico.
Imagen de archivo de una mujer en un patinete eléctrico.Getty Images

Los patinetes eléctricos son vehículos a motor y la normativa normalmente permite alcanzar con ellos los 25 kilómetros por hora. ¿Conducirías una moto o incluso un coche con chanclas o sandalias que no te agarran el pie? Quizás lo has hecho por alguna zona de playa o para ir a la piscina, cosa nada recomendable porque sólo necesitas un segundo para que el calzado se te resbale del pie o para que se te atasque en un pedal para tener un accidente.

En el caso de la patinetes eléctricos, por alguna razón, hay personas que no actúan al conducirlos como lo que son, vehículos a motor que van muy rápido, sino como si fueran un patinete infantil. Y si en el caso de los motos, la chapa que para el golpe es tu cuerpo, no digamos en el del patinete eléctrico. De hecho, los motoristas expertos, no nos referimos a los profesionales, sino a los que saben cómo se debe conducir una moto, bien se cuidan de ir protegidos adecuadamente de los pies a la cabeza. Eso hace que disfruten de la conducción y que no corran más riesgo de los necesario en el caso de que surja algún percance.

Hablando de los pies a la cabeza, uno de los grandes errores que cometen muchas personas que cogen un patinete eléctrico para desplazarse es no llevar el calzado adecuado. Es verdad que la ley no obliga a ello de forma expresa, pero, en caso de accidente, especialmente si es grave, sí puede considerarse un motivo sí se puede considerar un agravante y se le imponga al conductor algún tipo de sanción.

La regulaciones sobre el uso de patinetes eléctricos como medio de transporte son cada vez más precisas y varían según el país y cada localidad. Por eso también conviene informarse sobre ellas cuando se viaja. Aunque, en general, hay una serie de reglas que suelen ser comunes, como tener al menos 16 años para poder usarlos, no circular a mayor velocidad de la permitida (25 km/h, normalmente), también el uso de casco es obligatorio en algunas ciudades, así como la prohibición de circular por las aceras.

En el caso de llevar calzado inadecuado, con chanclas o sandalias que no sujetan completamente el pie, en el momento de un accidentes también en otros lugares se tiene en cuenta el hecho de que puede hacer causado la inestabilidad del conducir y la pérdida de control del vehículos. ¿De cuánto pueden ser las multas? La mayor pena es el accidente en sí que te puede costar, como mínimo, una buena lesión, y ni que decir si hay otros vehículos implicados.

Respecto a las penas materiales, dado que la legislación ya recoge multas para la usuarios de estos patinetes que van desde los 200 euros (en el caso, por ejemplo, de conducir con auriculares, hablando por el móvil o sin la iluminación nocturna estipulada) a los 1.000 euros (en el de dar positivo en un control de alcohol y drogas), las cuantías si lo que se ha provocado es un accidente por no llevar un calzado cerrado que facilite una conducción estable del vehículo dependerán del legislador, pero pueden llegar a ser mucho más elevadas, dependiendo del daño causado.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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