Las Bajas Pasiones: "Un movimiento de maricones raperos sería guay"

Las Bajas Pasiones: "Un movimiento de maricones raperos sería guay"

El grupo, que aúna la electrónica, el rap y las reivindicaciones del colectivo LGTBI, presenta su nuevo EP 'Belleza'.

Dani, Edu y Toni, de Las Bajas Pasiones, en una imagen promocional.Inti Gajardo

Las Bajas Pasiones es de esos conjuntos a los que para definir el concepto de su sonido basta con referirse a su nombre. Como si se estuviera dentro de una cinta de Almodóvar, pero con la banda sonora de una rave, sus canciones tienen letras personales, pasionales y con reivindicación social y del colectivo LGTBIQ, pero desde un prisma muy íntimo que precisamente ha sido lo que ha retrasado que publicaran material nuevo. 

Su reciente EP, Belleza, llega dos años después del último álbum del trío compuesto por Dani Vera 'Trusty', Edu Libra y Toni Bello 'Taboo', Neocancaneo. "Las hemos cocinado a fuego lento, a unos seis meses por canción", bromeaban en su directo del 7 de junio en el madrileño Café Berlín. Aunque su esencia aseguran que sigue siendo la misma, sí que han pasado, según cuentan ellos mismos a El HuffPost, a una "nueva etapa".

"Estuvimos como un tiempo paradas, la verdad que nos dedicamos a colaborar con otra gente que nos ofrecían otros proyectos, pero no teníamos ese motor. Íbamos haciendo cosillas, pero muy lentamente, pero no estábamos superinspiradas", explica Libra, quien admite que en el proyecto hubo una "pequeña crisis".

"Empezamos como a darle un nuevo sentido a las canciones, a la idea del proyecto y a tomarnos las cosas más ligera, no profundizar tanto. Pasar de lo exterior y dedicarnos a la música, sobre todo, que era el origen", detalla. 

Esa idea de "hacer las cosas más simples", como dicen en una canción de este nuevo trabajo, los ha llevado también a salir de la "rueda de la industria". "Inconscientemente se te empiezan a meter como clicks ahí de, tengo que vivir de esto o tengo que hacer no sé qué. Entras en un lugar que dejas lo de disfrutar un poco en otro lado y de repente solo haces entrevistas, redes, etc. En el que dices que no le estoy dedicando tiempo a lo que realmente nos apetece que es la música", recuerda Vera. 

El ponerle "corazón" y estar bien entre ellas es básico para su proyecto: "No es cualquier proyecto que llegas ahí, tocas y adeu, sino que hay que trabajarnos también nuestra relación y nuestro vínculo para poder estar ahí porque no vamos a estar si estamos nosotras raras, lo personal va de la mano".

En esta temporada de transición, han estado componiendo más de estas seis de Belleza, pero las han dejado en una carpeta porque "les falta algo". El quitarse esa presión de la aprobación externa, la recepción que pudiera tener y centrarse en la creación artística les ha servido para que con temas como Poesía y popper se les abriera de nuevo la vía de composición. 

"Estábamos tocando aquí y no fue pensado y salió el tema superrápido, fue como un juego muy orgánico diciendo una frase cada uno. En dos horas lo teníamos compuesto, grabado y todo. No teníamos pensado que saliera en ningún lado y fue como mucho más libre", recuerda Libra, quien asegura que a raíz de este tema fueron surgiendo otros muchos. "Hemos pillado la carrerilla y el sacar el EP y ver que la gente lo recibe bien nos hace hacer otros", apunta Vera.

Lejos de tener la presión de la propia discográfica o su propio grupo, para 'Trusty' la presión es "más bien mirando alrededor a la industria, te metes en la aplicación y ves que otro saca un tema cada mes, que no sacas tema y te bajan las visualizaciones, te obsesionas con el termómetro este de Spotify de los seguidores que tienes". 

Deshacerse de la "idea romántica de vivir de la música", tal y como cuenta Libra, también les ha ayudado a deshacerse de esa presión. "Tenemos trabajo y sí que es profesional y vamos con un equipo de gente que vive de eso, pero no focalizas tus ingresos en la música, porque es la sensación de esperar algo que no llega. Ya no tenemos que sacar este caché porque ya no llegas a fin de mes o no llevar a un técnico de iluminación porque cobras menos", explica Libra.

"Estamos en la lucha continua entre no contaminarse entre esa idea de producción capitalista de tener sacar y trabajar y no irse del todo al disfrute, estás continuamente en ese vaivén", detalla Vera. Dentro de esos vaivenes, el grupo también intenta tener muy presente la salud mental, tanto de ellos mismos, como a nivel social, tal y como plasman en canciones como Jóvenes.

  Libra y Vera, de Las Bajas Pasiones, en una imagen promocional.Jero Cerezo

Libra asegura que "solo las salidas colectivas pueden hacer frente a esto" debido a que se trata de un problema también colectivo. "Es algo muy global que viene de la idea capitalista esta de que tú puedes con todo y tú eres un ser humano. Viene desde la adolescencia, que te lo insertan ahí", detalla y apunta hacia grupos de amigos, de apoyo y redes comunitarias y de cuidado.

Para ellos, buscar las herramientas para luchar contra la vorágine que supone vivir en Barcelona y dedicarse a la música, además de a otros trabajos, con el ritmo de estrés que supone, es la clave para este autocuidado. "Me siento en la búsqueda todo el rato de poder estar bien, no en cosas tan evidentes, sino también en 'venga, voy a dejar de ver las redes este mes a ver si no tengo ansiedad', 'voy a trabajar menos este mes, aunque tendré menos dinero'... Siempre como en esa búsqueda porque no tengo nada claro qué puede ser y qué es lo que hay mal ahí", revela Vera.

"Sé que es el ritmo frenético que tenemos, pero también mirar hacia dentro porque llevamos toda la vida yendo sin parar y cuando paras, te das cuenta de que no puedes parar porque hay cosas que se mueven ahí que no te habías parado nunca a mirar", añade Vera.

Un grupo marica, ¿rara avis en lo urbano?

Bajo la reapropiación del insulto e identificándose como maricas, Dani, Edu y Toni son de los pocos conjuntos "maricas" dentro de lo urbano y de la industria en general. Pese a que el escenario dentro del rap o de esta etiqueta urbana se va abriendo, especialmente hacia las mujeres pero también al colectivo LGTBI, son pocos los ejemplos que como ellos reivindican políticamente las preocupaciones y la realidad de las personas queer.

"Lo urbano es un cajón desastre de un millón de cosas", señala Vera sobre esta etiqueta, "estamos en lo urbano, pero también fuera de ahí como una banda con instrumentos y tal, sobre todo ahora que estamos yendo más hacia allí o ampliar al formato banda, ya que nos hemos planteado tener batería".

"El entorno sigue siendo el que es, hay con cuentagotas excepciones de, por ejemplo, grupos maricas o de peña trans, no hay. Sí que nos sentimos ahí rodeadas de machirulos, pero sí que es verdad que las tías están haciendo un movimiento ahí superguay, pero un movimiento de maricones raperos sería guay".

"Cuando entras a Grindr no es eso, no es lo que vemos en las redes, es pura batalla y hay poco cuidado"

Las letras de Las Bajas Pasiones también están llenas de crudeza para dentro del colectivo y la defensa de los cuidados en cualquier tipo de relación así como de la desjerarquización de las relaciones. De hecho, su público en sus directos queda muy lejos de la normatividad y clichés del colectivo que se ven en algunas celebraciones del Orgullo. 

De hecho, señalan que en muchos ambientes LGTBI o específicamente gais, la violencia hacia ciertas personas sigue existiendo, al igual que en otros entornos normativos. "Una persona seropositiva vive momentos de mierda en el momento que hace público eso en redes o ligando o cuando va a follar con alguien, va recibiendo violencia porque no hay una conciencia de eso", explica Vera, quien critica también el edadismo que sufren las personas mayores del colectivo. "Los cuerpos normativos y la gente gorda siguen sufriendo esto, se pone ahora sobre la mesa, pero sigue siendo así", explica.

"Creo que el movimiento LGTBIQ está dando pasos adelante en esto y va siempre por delante, pero la gran mayoría, cuando entras a Grindr no es eso, no es lo que vemos en las redes, es pura batalla y hay poco cuidado", apunta Libra.

Sin embargo, para ellos aspectos como la jerarquización de las relaciones no son siempre fáciles. "Hay algo tan aprendido, que tenemos tan dentro, todas queremos no jerarquizar el amor, pero de repente a mi pareja, sin querer porque he visto tanto Disney y anuncios de monogamia, voy hacia allí. Es una lucha ética a lo que moralmente creo y a lo que me parece", ejemplifica Vera, quien reivindica el "sentirse bien" y tratar de luchar con lo que se tiene "aprendido".

El Orgullo como "reclamo"

En este mes de junio y hasta que finalice el MADO el próximo mes de julio en Madrid, numerosas empresas tendrán el logo con la bandera del colectivo, eslóganes como ese "love is love" tan criticado por buena parte de las personas LGTBI y habrá todo tipo de colecciones especiales en marcas de ropa para el Orgullo. 

"Al final ponen como cuatro cositas y poniéndoles ahí como una reivindicación, cuando es un reclamo comercial de sus negocios, igual que en San Valentín, etc", se queja Libra, quien apunta que esto hace que "pierda todo el sentido". "En algunos lugares sí que pueden aportar visibilidad, pero en ciudades como Madrid y Barcelona no aportan nada, es un reclamo para que venga gente y solo se hablan de cifras como dinero para la ciudad", añade y se queja de que otras prioridades del colectivo como la salud mental, la salud sexual o la soledad no deseada para las personas mayores del colectivo. 

"Estamos superdesarticulados en un montón de cosas que nos afectan al estrés, a la ansiedad y a nuestro día a día y, por otro lado, está este circo, que está superajeno a lo que se vive en realidad", añade Libra, quien no quita que la fiesta sea necesaria para reivindicar y conectar personas dentro del colectivo.

Sin embargo, sobre la cancelación de eventos como el Orgullo de Vallekas, uno de los espacios más reivindicativos del colectivo y que se plantea de forma crítica al MADO, apunta a que "no les interesa" a las instituciones. "Lo que quieren es los macroeventos que en realidad lo que hacen es desarticular cualquier evento colectivo y social, cuando de verdad hay colectivo no lo apoyan, que sería lo fácil dar las herramientas y que se organicen", añade. 

"No sé si deberíamos hablar de miedo, pero sí tener conciencia de que al final los discursos de odio que están llegando en las calles, generan discursos de odio en los partidos, leyes, la educación, de perder derechos y volver a lo que había antes..."
Edu Libra, guitarra y cantante de Las Bajas Pasiones

Ya no hay miedo como respuesta a la ultraderecha

En 2020, poco antes del confinamiento, publicaban su trabajo Bichx rarx e incluían el tema Ya no hay miedo, junto al grupo valenciano Zoo, en el que hablaban de una respuesta antifascista a lo que entonces parecía algo aislado: la entrada de la ultraderecha de Vox. Este mes de junio, tras los resultados de las elecciones europeas y un escenario en buena parte de la UE donde esta ultraderecha ha triunfado, animan a seguir reflexionando.

"Nadie creía que fuese a pasar algo así y es verdad que van ganando terreno. No sé si deberíamos hablar de miedo, pero sí tener conciencia de que al final los discursos de odio que están llegando en las calles, generan discursos de odio en los partidos, leyes, la educación, de perder derechos y volver a lo que había antes...", reflexiona Libra.

"También animar a hacer política desde otros lugares, igual que en nuestra banda reivindicamos ciertas cosas, al final cada granito va generando un movimiento en esos aspectos", añade Vera.

Su activismo, tal y como ellos mismos recalcan, está alejado de cualquier sigla. Así lo han querido dejar claro durante una época de su carrera. "Durante un tiempo no hemos tocado con partidos políticos aunque seamos superafines. Siempre hemos dicho que no por el tema de que no nos asocien a un partido político", señala Libra. 

Vera bromea con que "no pagan tanto", ya que "todos nos acabamos vendiendo de cierta manera, dentro de la precariedad, vamos sobreviviendo". "En principio no lo hemos hecho hasta ahora", recuerda. Donde sí se han dejado ver es en varias actuaciones con motivo del Orgullo. "Como proyecto de música también tienes que vivir y que te paguen de cosas así", señala Libra. 

Cuando sucede, lo hablan desde esa colectividad que hacen suya en sus propias reivindicaciones. "Son conversaciones que hay que tener cuando ocurren", recuerda Vera.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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