Huelgas, grandes aperturas y beneficios récord: el primer año de Marta Ortega al frente de Inditex

Huelgas, grandes aperturas y beneficios récord: el primer año de Marta Ortega al frente de Inditex

La hija de Amancio Ortega cumple un año como presidenta del grupo textil con la reconversión de Zara en el horizonte. 

Marta Ortega, en una junta de accionistas en 2022Europa Press via Getty Images

Fue uno de los grandes movimientos empresariales de 2022 y parece haber salido redondo. Marta Ortega asumió hace un año la presidencia de Inditex en sustitución de Pablo Isla formando un tándem con Óscar García Maceiras, nuevo CEO del grupo textil, que ha conseguido que la compañía fundada por Amancio Ortega batiera récords de ingresos y beneficios en el último año.

La nueva presidenta tomó las riendas del grupo con varios retos por delante entre los que destacaban la digitalización o la reconversión verde de la compañía, pero también se ha topado con las reivindicaciones salariales de las trabajadoras de tienda, que reclamaban equiparar sus condiciones a las de otros departamentos.

A pocos días de cumplirse un año desde que asumiera la presidencia, el suplemento de estilo del Financial Times publicó una entrevista con Ortega en la que aseguraba que no le gustaban los números, que el producto era el centro de su gestión y que toma gran parte de sus decisiones basándose en su intuición. “De manera resumida, mi objetivo es mantener y seguir aumentado la calidad, calidad, calidad en todos los aspectos de la compañía”, declaró sobre su estrategia, que ha podido verse clara a lo último de los últimos doce meses.

Manifestaciones, huelgas y pacto para una subida salarial

El primer año de Ortega al frente de Inditex ha estado marcado por las reivindicaciones salariales y el reclamo de una mejora en las condiciones de las trabajadoras de tiendas de Zara y otras marcas del grupo. Las protestas comenzaron en noviembre en A Coruña, donde está la sede central de la compañía, a escasos días del Black Friday, y continuaron en Madrid, donde el sindicato CGT convocó varias jornadas de huelga a principios de enero, coincidiendo con las rebajas de invierno.

“Todo el mundo tiene la sensación de que cobra menos de lo que debe cobrar y estamos viendo una situación con esta inflación en la que la gente no llega a final de mes con los salarios de tienda”, explicaba a El HuffPost Beatriz, trabajadora de Zara en Madrid y miembro del comité de empresa, en enero, a las puertas de la mesa de negociación entre el grupo y los sindicatos CCOO y UGT. En la mesa no participaba CGT.

Finalmente los sindicatos e Inditex llegaron a un acuerdo en febrero y pactaron una subida salarial y la mejora de condiciones para todo el personal de tienda. El grupo accedió a elaborar una tabla salarial que va desde los 18.000 euros brutos hasta los 24.000 para todas las trabajadoras de tienda en función de su antigüedad. Hasta ahora la empresa se regía a partir de los convenios provinciales del sector, por lo que las diferencias entre algunas provincias eran notables y, con esta tabla, se estandarizan. En algunas zonas el aumento es de casi 6.000 euros al año con este cambio.

Además del salario bruto, las dependientas reciben incentivos, comisiones e ingresos variables que se seguirán manteniendo. El domingo y los festivos también pasan a considerarse fuera de la jornada ordinaria con este acuerdo, por lo que se cobrará más por cada hora de trabajo. Los sindicatos e Inditex también pactaron revalorizar estas cantidades en 2024 y 2025 en función del IPC del año anterior.

Grandes aperturas

Ortega empezó su presidencia por todo lo alto: inaugurando la tienda de Zara más grande del mundo en la Plaza de España de Madrid. El establecimiento es todo lo que quiere Inditex para el futuro de su buque insignia: digitalización, procesos autónomos y diseño.

Desde hace varios años, el grupo está optando por tener menos tiendas físicas pero que estas sean más grandes y estén en localizaciones estratégicas. Además de la de Zara, a lo largo de este año Inditex también ha abierto el Lefties más grande de España en una localización clave: la Gran Vía de Madrid. Muchos vieron en esta decisión un movimiento clave para competir con Primark, que cuenta con un gran establecimiento en la avenida madrileña.

La estrategia se hizo todavía más evidente hace unas semanas, cuando se confirmó que el grupo textil abriría un nuevo establecimiento de Pull&Bear prácticamente contiguo a la marca irlandesa, en el número 32 de Gran Vía.

Adiós a Rusia

Además de sonadas aperturas los últimos doce meses también han estado marcados por algunos cierres, en concreto los de las 500 tiendas que Inditex poseía en Rusia. Tras suspender su actividad a principios de marzo, unas semanas antes de que Ortega asumiera su nuevo cargo, el grupo anunció en octubre que había llegado a un acuerdo con el grupo inmobiliario emiratí Daher para deshacerse de todas las tiendas, que ocupaba en régimen de alquiler.

Además de Zara, Inditex operaba en Rusia con las marcas Bershka, Pull&Bear, Stradivarius, Oysho, Massimo Dutti y Zara Home. Hasta el estallido de la guerra de Ucrania, cuando la compañía decidió cesar su actividad, el mercado ruso suponía el 8,5% de la explotación de Inditex. Durante el tiempo que permanecieron cerradas las tiendas, los costes de mantenimiento y las nóminas de los trabajadores supusieron para el grupo 20 millones de euros al mes.

La reconversión de Zara

Desde hace un tiempo, Zara, que antaño basaba toda su estrategia en ofrecer las últimas tendencias a precios asequibles, ha ido haciendo cambios para convertirse en una marca de prestigio que no vistan únicamente las personas que no pueden permitirse prendas de lujo. La firma emblema de Inditex ha cimentado su nuevo rumbo en primer lugar a través de la imagen. Fotógrafos de prestigio Steven Meisel, Craig McDean, David Sims o Mario Sorrenti son habituales en las campañas de Zara, que en los últimos meses han protagonizado supermodelos como Kate Moss, Vittoria Ceretti, Adut Akech, Rianne Van Rompaey, Marisa Berenson o Natalia Vodianova.

Además, la marca también ha lanzado colaboraciones de lujo con grandes nombres como el diseñador Narciso Rodríguez —que ha conquistado hasta a la reina Letizia— y ha puesto en marcha líneas premium como Studio o SRLPS, una de las favoritas de Marta Ortega. Las conexiones de la nueva presidenta, a la que el Financial Times coloca como una de las mujeres más poderosas de la industria de la moda han hecho que la imagen de Zara empiece a cambiar.

“Zara no es una marca de lujo, pero sí de prestigio, con notoriedad”, explicaba Neus Soler, experta en tendencias de consumo y profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, a El HuffPost hace unos meses. La profesora también señalaba que, desde que cambiaron su logo en 2019 —desterrando la tendencia minimalista que impera en la actualidad—, la firma ha querido resaltar que son ellos los que marcan las tendencias, al contrario de lo que sucedía hasta ahora.

Parte de esa reconversión pasa por ser una marca más sostenible, algo que buscan extender a todas las firmas del grupo. “Están haciendo bastantes cosas a nivel de sostenibilidad, mejorando el sistema de embalajes, instalando sistemas de ahorro y reutilización de energía en las tiendas y en Arteixo, en el restaurante donde comen los empleados compran productos de proximidad. Son acciones que podrían comunicar pero no lo hacen, y cuando te enteras dices ‘pues muy bien’, mientras que otras marcas lo hacen por postureo”, señala Neus Soler.

A pesar de estos avances, las voces más críticas recuerdan que ser sostenible no es compatible con ser una marca de moda rápida y producir ropa en cantidades ingentes en países con condiciones precarias para las trabajadoras. “No nos reconocemos en eso que llaman moda rápida. Eso trae a la mente cantidad de artículos sin vender y ropa de mala calidad enfocada a un precio muy barato. Eso no puede estar más lejos de lo que hacemos ", declaró al respecto Ortega al Financial Times.

Beneficios millonarios de récord

El primer año con Ortega y García Maceiras al frente del grupo se cerró con beneficios récord de 4.130 millones de euros, un 27% más que en 2021, tal y como muestran los datos del último ejercicio fiscal de Inditex, cerrado en febrero de este año. Además, la facturación creció hasta los 32.569 millones, un 17,5% más que el año anterior.

Estas cifras hacen del último año fiscal de Inditex el mejor de su historia y la recuperación definitiva después de la caída en las ventas provocada por la pandemia. En el ejercicio de 2022 las ventas subieron en todas las áreas geográficas, tanto en tienda física como online.

Los buenos resultados permitieron a Marta Ortega cobrar 834.000 euros en su primer año como presidenta, mientras que Óscar García Maceiras se embolsó 8,37 por su trabajo como CEO del grupo textil.