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La prensa británica se hace eco así del problema que azota a la par a España y Portugal

La prensa británica se hace eco así del problema que azota a la par a España y Portugal

"Deberíamos ser una especie de red social. Y esa red social no existe".

Una imagen de edificios de la ciudad de MadridGetty Images

Ya ha habido a lo largo de los últimos meses protestas a lo largo de todo el país por este motivo. Y, a nivel nacional, la prensa ha reportado las reclamaciones de la ciudadanía para poder acceder a una vivienda por un precio asequible. Ahora, también lo han hecho en el ámbito internacional. The Guardian ha entrevistado a varios residentes de distintas zonas masificadas por el turismo, tanto en España como en Portugal, que echan de menos tener vecinos

El reportaje empieza con el caso de María, una mujer residente en Lisboa. Ella ha relatado al diario británico que el día que su marido, de 71 años y enfermo, se cayó en su piso no tenía a ningún vecino al que recurrir para pedir ayuda, dado que los inmuebles de su alrededor son pisos turísticos. Por eso, contactó con los vecinos. 

La mujer ha confesado que, en otra época o en otro edificio, cree que eso no le hubiera ocurrido. "Lo extraño mucho. Deberíamos ser una especie de red social. Y esa red social no existe", dijo la portuguesa al rotativo británico. Una idea similar ha compartido Alex, residente también en Lisboa: "Es como si viviera en un lugar fantasma. Hay mucha gente, pero no conozco a nadie".

Además, el joven ha defendido seguido en la misma línea que María. "Si necesito azúcar o tengo una emergencia, no hay ninguna puerta a la que pueda llamar", ha dicho, antes de explicar que está sopesando la idea de mudarse. "Ya no puedo soportar no tener una comunidad", ha sentenciado. 

The Guardian también ha conversado con Esther, una mujer jubilada que vive en Barcelona. Desde hace una década, hay dos pisos turísticos por encima del suyo. Ella protesta por las fiestas hasta la madrugada y la suciedad que estas mismas motivan en el que ella considera su hogar. 

Del total de declaraciones que ha recogido el rotativo, el medio ha extraído que las preocupaciones son "bastante similares" y las ha resumido en tres grandes grupos. Por un lado, el ruido. A veces, motivado por esas fiestas que subrayaba Esther, pero también por los portazos o las conversaciones hasta bien entrada la madrugada. 

Otra de esas quejas viene impulsada por el desgaste de los ascensores en las comunidades de vecinos. El periódico inglés ha esgrimido que los residentes aseguran que "a menudo se rompen por el constante transporte de maletas y carros de limpieza". Y la última de estas protestas tiene que ver con "un flujo incesante de extraños desfilando por las áreas comunes del edificio"

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Aitana Villegas es redactora de LIFE en El HuffPost. Se graduó en Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid y ha pasado por las redacciones de Público y Diario AS. Puedes contactar con ella escribiendo a: avillegas@huffpost.es