Feijóo, a punto de chiste

Feijóo, a punto de chiste

Él sigue a lo suyo sin escarmentar de los frecuentísimos traspiés que lo convierten en un hazmerreir, hasta con efecto retroactivo.

Alberto Núñez Feijóo, líder del PPEuropa Press via Getty Images

La gran esperanza del PP no para de meterse en charcos. Aconsejaba Einstein que “se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo”. A la política de la derecha nacional le ha venido sobrando, desde el aznarato, sencillez. La sencillez de las buenas intenciones. Esa transparencia elemental que consiste en que las palabras luego se conviertan en hechos.

Mariano Rajoy era, en lenguaje de Romanones, “confuso, profuso y difuso”, y se le notaba demasiado que su lectura preferida eran los diarios deportivos. Lo que voy a decir parece una maldad pero no es lo es; me ha aflorado de repente. Es una famosa frase del presidente de EEUU Ronald Reagan, el actor y luego político republicano que apretó el acelerador de las desregulaciones que cebaron las crisis posteriores del capitalismo de amiguetes. “He dado órdenes para que se me despierte en cualquier ocasión de emergencia nacional, incluso si estoy en una reunión con mi gabinete”.

Alberto Núñez Feijóo parece empeñado en no salir del terreno de juego del ridículo. El problema no es que sea ya carne de memes; lo grave es que sea musa de chistes de barra de bar, primero, y de asambleas de vecinos y charlas de casino después. Y que acabe como invitado especial de chirigotas y murgas en los carnavales.

Frente al tono insultón, quinceañero, altisonante, justiciero de oxímorones de su antecesor, Pablo Casado, la élite conservadora hizo caso a la élite empresarial que comenzaba a temer una deriva hacia el radicalismo, que ya había despertado los celos del monstruito que llevaba dentro y al lado Isabel Díaz Ayuso. Lo único que faltaba para que se pasara del todo el arroz. Y claro, había que frenar en seco y pensaron en un señor de provincias, con fama de serio, que enlazaba mayorías absolutas en la Xunta de Galicia.

En Bruselas me consta que sean de derechas o izquierdas o medio pensionistas están desconcertados con las inconsistentes trolas de los populares. Hasta sus propios aliados, que en privado, y a veces en público, no pueden ocultar su rubor por el descaro

Pero no es lo mismo respirar los humos del botafumeiro de la vecina y omnipresente Catedral de Santiago con sus ritos y sus rezos y rezarle todos los años al menos una vez al venerado Apóstol que la selva madrileña. El ‘gallego impasible’, que llevaba años dejándose caer, fomentando una imagen de buen gestor, que la propia gestión desmiente, da el paso. Desde las nieblas gallegas llega, pues, la moderación, el centro perdido, la retransición, el verdadero constitucionalismo….

Mientras, Pedro Sánchez, despejados los efectos de la desinformación, colocaba a España en el núcleo decisorio de la UE. Este efecto, desgraciada casualidad para el nuevo viejo PP, aumentó su potencia justo cuando se entronizaba al nuevo jefe de Génova 13. Y claro: la altura no se gana con calzas en o con declaraciones a la contra. Porque a veces el adversario puede tener razón y es mejor callarse y permanecer en la zona de confort hasta estar seguros.

Hay que leer más; pero con provecho, no con la displicencia del sabiondo pueblerino. Ya lo decía Baltasar Gracián: “hay también achaques de la prosapia, del Estado, del empleo y de la edad, que si coinciden todos en un sujeto y con la atención no de previenen, hacen un monstruo intolerable”. No lo digo yo. “Al varón sabio más le aprovechan sus enemigos que al necio sus amigos”. Y a esto se une otra advertencia: “No tenga espíritu de contradicción (….) Conjurarse contra él es cordura. Bien puede ser ingenioso el dificultar en todo, pero no se escapa de necio lo porfiado”. Este librito El arte de la prudencia, hizo furor en las capitales del ciberespacio y del dinero. “Ponerse bien en las materias y tomar el pulso luego a los negocios. Vanse muchos o por las ramas de un inútil discurrir, o por las hojas de una cansada verbosidad, sin topar con la sustancia del caso”.

Esa es clave importante: la sustancia y no solo la circunstancia del día a día. En el salvaje y azaroso mundo de la política se muere más por la boca que por los imponderables, dientes de sierra de éxitos y fracasos. La única profesión que tiene a sueldo a los que tienen la función de criticar al gobierno, a los poderes y hasta al poderoso sursum corda a quien invocan incluso las religiones si se pone a tiro. 

Los tiempos muertos en Madrid, o en aviones, los mato releyendo, tras visitar la librería de los bajos del Círculo de Bellas Artes, libritos olvidados. Este de Gracián es uno de ellos, y las Meditaciones de Marco Aurelio, otro reciente. “Nada es más digno de lástima que el que anda siempre en círculos y dice que investiga las profundidades de la tierra, que elabora conjeturas sobre el alma de sus allegados, pero no se da cuenta de que basta con estar junto al dios que lleva en su interior y servirlo con sinceridad”. Amén.

Cada vez que el Gobierno de coalición tiene un problema, Feijóo sale en su auxilio con una astracanada; y cada vez que descalifica una iniciativa de Sánchez, fuera la copian y aplauden

Falsear sucesivas realidades lleva a los terrenos de la esquizofrenia. En Bruselas me consta que sean de derechas o izquierdas o medio pensionistas están desconcertados con las inconsistentes trolas de los populares. Hasta sus propios aliados, que en privado, y a veces en público, no pueden ocultar su rubor por el descaro. Porque en Bruselas no es una exageración afirmar que “lo saben todo”. Todo, todo, todo, todo. Arias Cañete nos explicaba a un grupo de periodistas, en su época de Comisario de Energía, las dificultades para instalar depósitos estratégicos de gas natural licuado en Canarias, mencionando con nombre y apellidos al presidente nacionalista del Gobierno regional y al ecologista alcalde de la pequeña localidad de Agüimes. Antes, cuando las negociaciones con la OTAN, desde su sede en Mons, se comentaban las declaraciones de políticos locales que rizaban el rizo de su calvicie geoestratégica.

Vamos a ver: en Bruselas, la UE y la OTAN, tienen toda la documentación, todos los dosieres, que diariamente se les envía desde Madrid. Allí y allá saben perfectamente quién ha bloqueado y por qué durante casi cinco años la obligada renovación del Consejo General del Poder Judicial. Tienen todos los datos, en papel y en digital, de las declaraciones motu proprio y de las entrevistas en prensa. Y ‘a confesión de parte, ausencia de pruebas’, que dice un viejo aforismo jurídico muy manoseado en comisarías y juzgados. Las conclusiones son obvias y preocupantes, aunque la diplomacia las intente disimular, por la acumulación tectónica de los desprecios a la Ley Fundamental: se burlan además con altanería de la Constitución y además del Rey cada día de prórroga ilegal e ilegítima de los caducados del CGPJ. Y enredan al Jefe del Estado en sus querellas con Sánchez.

La última ha sido sonada. El PP contraprograma la asistencia del presidente del Gobierno a la cumbre iberoamericana, para empañar su protagonismo, y le acusa, en su acto en Madrid, de estar al servicio de narco-dictadores, autócratas, tiranos, liberticidas y demás… y cuando se les recuerda que quien presidía la delegación, como siempre, era S.M. el Rey, pues el candidato impaciente acusa al PSOE de embarullar y mentir porque él nunca se refirió a la cumbre… aunque era de aplicación lo de blanco, líquido y en botella (antes del envase de cartón) es leche… pero sí su fiel escudero que ha cambiado de fielato como tantos otros Esteban González Pons, consumado peregrino de embustes en Europa, que le acompañaba en un aquelarre populista en el que incluso participó una pastora evangelista. 

Las iglesias evangélicas, que vienen a ser el equivalente cristiano de las doctrinas integristas musulmanas ancladas en los 1400, han sido decisivas, hay que advertir, en la expansión de la extrema derecha en EEUU y en Iberoamérica. ‘Trastornados del mundo, uníos’.

No sé lo que dirá la Conferencia Episcopal tan atenta a los movimientos y dimes y diretes socialistas que tengan que ver, por activa, pasiva o perifrástica con la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. “Cosas veredes que farán fablar las piedras”, lo dijera quien lo dijera, que eso está en veremos.

Pues Feijóo sigue a lo suyo sin escarmentar de los frecuentísimos traspiés que lo convierten en un hazmerreir, hasta con efecto retroactivo: cada vez que el Gobierno de coalición tiene un problema, él sale en su auxilio con una astracanada; y cada vez que descalifica una iniciativa de Sánchez, fuera la copian y aplauden. Y para colmo de males la economía de datos y las estadísticas de hechos van bien pese a los malos augurios y a las rogativas para que las cosas vayan mal. Pero mucho me temo que la ayuda de una pastora fanática y soñadora no es la solución.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Empezó dirigiendo una revista escolar en la década de los 60 y terminó su carrera profesional como director del periódico La Provincia. Pasó por todos los peldaños de la redacción: colaborador, redactor, jefe de sección, redactor jefe, subdirector, director adjunto, director... En su mochila cuenta con variadas experiencias; también ha colaborado en programas de radio y ha sido un habitual de tertulias radiofónicas y debates de televisión. Conferenciante habitual, especializado en temas de urbanismo y paisaje, defensa y seguridad y relaciones internacionales, ha publicado ocho libros. Tiene la Encomienda de la Orden del Mérito Civil.