¿Cuchillos en Génova? El incierto futuro que se cierne sobre Feijóo
Politólogos y expertos en comunicación política creen que la continuidad del gallego al frente del PP está garantizada a corto plazo, pero avisan: se ha quedado sin relato
Tormenta de verano en Génova. El resultado de las elecciones generales del 23-J ha caído como un aguacero en la sede nacional del PP. Después de alimentar durante meses, bajo el auspicio de múltiples encuestas, la oportunidad de un cambio de gobierno en España, la voluntad de las urnas ha dibujado un panorama muy diferente al esperado entre los populares.
Alberto Núñez Feijóo consiguió el pasado domingo elevar al PP a la primera fuerza política del país, con un subida de 48 escaños y tres millones de votos más que en las anteriores elecciones. Un resultado espectacular si no fuera porque la hazaña es insuficiente para abrir la puerta de la Moncloa. Este revés ha sido durísimo para un partido que, durante la campaña, había puesto el suelo en unos 150 escaños y soñaba incluso con la posibilidad de lograr por sí solo la mayoría absoluta. "Complicada, pero no imposible", se atrevió a decir Feijóo en ABC.
La realidad ha sido muy diferente. "Nos quedamos de piedra", reconocieron a El HuffPost barones territoriales del partido al ver que el escrutinio se alejaba mucho de sus expectativas. La noche del pasado domingo en Génova 13 fue muy difícil de digerir y la salida al balcón de Feijóo para celebrar la victoria más amarga se vio empañada por los gritos de "¡Ayuso, Ayuso!" que los partidarios del PP proclamaban desde la calle.
La formación trató de vender alegría, con sonrisas impostadas y confeti reservado para un gran festejo, pero el terremoto electoral que se esperaba en Ferraz, donde todo era fiesta y jolgorio, cambió de localización y comenzó a sentirse de forma severa en la sede nacional de los populares.
Po si fuera poco, la resaca electoral ha sido totalmente aciaga para Feijóo. El líder popular anunció el día después de las elecciones ante la Ejecutiva Nacional que había comenzado a mantener contactos con otros partidos para armar su imposible mayoría en el Congreso. Escasos minutos después, el PNV descartaba su apoyo y Coalición Canaria se ponía de perfil. La histeria por intentar aupar al líder del PP hasta la Moncloa ha llevado al propio Feijóo a querer hablar con el PSOE para intentar un pacto entre los dos “partidos de Estado”. En Cataluña, Alejandro Fernández proponía a Sánchez su apoyo a hacer 'president' a Illa en la siguiente convocatoria electoral en la región si, a cambio, dejaba gobernar a Feijóo. Y Vox, por su parte, se abría a favorecer la investidura del popular si era capaz de encontrar a "algunos socialistas buenos" que votaran a su favor.
En este sainete de pactos imposibles no está sólo en juego el gobierno de España, sino la propia supervivencia de Feijóo como líder del PP. "Si no puede gobernar, se marcha”, aseguraba los días previos al 23J uno de los dirigentes gallegos que forman parte del círculo más próximo al líder popular. Según contaba la periodista Pilar Portero, en su entorno nunca ha habido duda de que Feijóo no estaba dispuesto a pasarse la próxima legislatura como jefe de la oposición.
De forma pública, los dos principales 'barones' territoriales se han posicionado a favor de Feijóo. El presidente de Andalucía, Moreno Bonilla, destacó que el líder lo ha "dado todo" durante los 15 meses que lleva al frente de un partido al que cogió tras una "fuerte crisis". "Vamos a trabajar todos con Alberto en esta situación compleja que ha quedado después del 23 de julio, donde lo sencillo sería que el preferido de los españoles fuera el que presidiera", señaló este mismo miércoles.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que en su día dijo que Feijóo tenía "una única oportunidad" de echar a Sánchez, salió al paso de las voces que la veían como sucesora y reiteró que Feijóo era "el candidato idóneo". "No puede ser que el jueves estuviéramos en un mitin con el presidente Feijóo, aplaudiéndole, dándole nuestro apoyo, y el martes tirándolo por un puente. Nosotros no somos un partido que funciona así. No somos podemitas", advirtió la dirigente madrileña, sin recordar muy bien por qué puente tiraron a Pablo Casado hace año y medio.
"El PP se ha aislado junto a Vox en un rincón del tablero"
Con la imposibilidad de sumar votos para su investidura, Feijóo espera ahora paciente a la resolución del puzzle que deja este 23-J: ¿habrá gobierno progresista con el apoyo de JxCat o se convocarán nuevas elecciones en diciembre y enero?
Los dos escenarios son igualmente de complicados para Feijóo. Varios politólogos y expertos en comunicación política consultados por El HuffPost creen que el PP arrastra ahora algo peor que la frustración de no haber conseguido su objetivo: quedarse sin relato. "Los resultados de este 23-J evidencian la muerte cerebral de su principal recurso electoral: derogar el sanchismo. La hipertrofia de ese argumento les ha hecho descuidar el programa y las propuestas", señala Pedro Portas-Breda, consultor en comunicación política. Según él, el PP deberá armar un nuevo discurso si quiere movilizar al electorado de cara a esa hipotética nueva convocatoria electoral.
Una idea muy similar a la que arroja el politólogo Manuel López Funes. "El 'que te vote Txapote' no es eterno y los marcos se agotan. Funcionaron en las elecciones autonómicas y municipales del pasado mayo, pero luego no. Ese mensaje necesitaba completarse con propuestas que nunca se han formulado", asegura el experto. Según él, "el PP se ha aislado con su discurso en un rincón del tablero junto a Vox", un déficit que tiene que cambiar la derecha a nivel estructural. "España es plural y los parlamentos son plurales. Necesitas entender esto para poder armar una mayoría que te haga presidente", asegura.
Daniel Valdivia, politólogo y profesor en la Universidad Pablo de Olavide, cree que el desastre de Feijóo ya pudo haberse presagiado tras su fatal campaña. "Se ha creído que la opinión publicada era la opinión pública y que las elecciones estaban tan ganadas que hasta se podía permitir el lujo de no acudir a un debate. Ha confundido el deseo con la realidad, situando a Michavila como un actor político y creyendo que las tertulias de Ana Rosa o Pablo Motos representaban a España", asegura.
¿Ayuso o Moreno Bonilla?
Y tras el varapalo, ¿qué futuro político le espera a Feijóo? Valdivia sostiene que "la militancia del PP y determinados actores mediáticos están invitando a poner en duda su liderazgo", pero cree complicado que haya un relevo a corto plazo "porque la estructura interna le va a apoyar". "Otra cosa es si finalmente no hay elecciones y echa a andar la legislatura. En ese caso, mi apuesta es que el presidente podría ser Juanma Moreno, una opción moderada para poner orden en el partido ante la amenaza que representa Ayuso. Él tiene un perfil centrista y más dialogante que el de la presidenta madrileña. Y, por tanto, es más peligroso para la izquierda", analiza.
Portas-Breda tampoco cree que Feijóo "corra peligro" por el momento. "Si le quitan sería peor el remedio que la enfermedad. Además, la opción de Ayuso no cuajaría en muchas de las CC.AA. porque Madrid es un mundo sociológico muy diferente y Moreno Bonilla saldría muy bien parado de Andalucía o Murcia, pero también lo tendría complicado en otros territorios. Lo que el PP no entiende es que España hay dos grandes zonas que deciden las elecciones: el pueblo vasco o y el catalán. Mientras no encuentren un candidato que funcione bien en estos sitios, lo van a tener complicado", explica.
López Funes, sin embargo, es claro: "Feijóo está muerto". Y cree que el futuro del PP pasa por Moreno Bonilla. "Si son inteligentes, será así", añade. Comparando ambos perfiles, el politólogo niega que existan paralelismos en la forma de hacer político del gallego y el andaluz. "A Feijóo nos lo han vendido como un moderado, pero el discurso que ha tenido no ha sido ese. Ha puesto la sombra de la duda en Correos y en RTVE, ha llamado ilegítimo al gobierno, ha apoyado el 'que te vote Txapote', no se ha presentado a los debates y le han pillado mintiendo. En estas elecciones, hubo una parte del electorado que ha estado dudando entre PP y PSOE o PP y abstención. Pero esta gente no compra cualquier discurso, y menos uno radical. Ahora, hay un sector huérfano y Moreno Bonilla podría ser una buena opción para el PP", concluye.