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Cientos de mineros ilegales permanecen meses bajo tierra por miedo de ser arrestados: "Han empezado a comerse unos a otros"

Cientos de mineros ilegales permanecen meses bajo tierra por miedo de ser arrestados: "Han empezado a comerse unos a otros"

Varios de los que han conseguido escapar han relatado los horrores de un drama que tiene en shock al país.

Un trabajador, en una de las minas en Buffelsfontein, en una imagen de archivo hace añosNAASHON ZALK vía Getty Images

Sudáfrica se enfrenta a un drama en la mina Buffelsfontein, en la zona noreste del país, desde hace meses. Este punto, histórico refugio clandestino de miles de mineros en busca de una mínima veta de oro ahora se ha convertido en un escenario catastrófico.

Esta mina, cerrada hace años a los trabajos legales, alberga desde hace meses a cientos de trabajadores ilegales, que permanecen atrapados a varios kilómetros de la superficie de terrestre. 

Como informa la prensa internacional no es porque no puedan salir, sino porque no se atreven, ya que las autoridades han respondido que "no se les debe ayudar, sino que se les debe enjuiciar". "No enviaremos ayuda a los delincuentes", añaden miembros del Ejecutivo, que habrían cortado el suministro de alimentos, según denuncian varias oenegés.

Como informan medios nacionales, estos mineros ilegales se enfrentan a penas de prisión de hasta seis meses, una condena que se llevaría a la deportación del país en el caso de los inmigrantes sin papeles, muchos de países vecinos como Lesotho y Mozambique, que se buscan la vida en la mina.

Por ello, dentro de la mina están sucediendo episodios trágicos, con acusaciones de crímenes contra los derechos humanos y presunto canibalismo entre los trabajadores bajo tierra, de los cuales al menos nueve han fallecido.

Desde noviembre, las autoridades han bloqueado la comida y bebida que los voluntarios y las ONG han luchado por enviar a los mineros en apuros, recoge el medio danés Nyheder. El mismo recoge la publicación hecha por la cabecera sudafricana Daily Maverick, que detalla cómo tres mineros ilegales escaparon de la mina Buffelsfontein. A su regreso a tierra, confirmaron las sospechas.

Setsoto Mashiane, uno de ellos, ha llegado a redactar un documento judicial firmado en el que detalla que la gente está tan desesperada que han empezado a comer cucarachas y carne humana, algo que ha espoleado a varias oenegés para exigir a las autoridades que rescaten a los trabajadores.