Estos son los primeros ciudadanos movilizados en caso de de que España entre en guerra

Estos son los primeros ciudadanos movilizados en caso de de que España entre en guerra

La invasión de Ucrania ha hecho reaccionar a los países de la UE sobre cómo sería intervenir en el conflicto ante Rusia.

Un soldado ucraniano en un vehículo blindado capturado con el símbolo Z del ejército ruso en Járkov, Ucrania. - CELESTINO ARCE LAVIN / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

La invasión de Ucrania, iniciada hace más de dos años, sacudió una Europa comprometida con la paz y el bienestar de sus ciudadanos. Desde la guerra de Bosnia en los años 90, los europeos consideraban los conflictos armados como algo lejano. Sin embargo, el avance de Vladímir Putin en Ucrania ha encendido las alarmas, y las naciones han incrementado sus presupuestos de defensa, reconociendo la necesidad de estar militarmente preparados.

En España, el debate sobre la defensa es complejo. El Gobierno oscila entre apoyar a sus aliados de la UE y la OTAN y el antimilitarismo de parte de su Ejecutivo y socios parlamentarios. Desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, el gasto militar ha aumentado significativamente, acercándose al 2% del PIB comprometido con la Alianza Atlántica. Sin embargo, el país aún no habla de la guerra con la misma claridad que algunos de sus vecinos.

La Constitución española es clara en su artículo 30: "Los españoles tienen el derecho y deber de defender a España". Desde 2001, cuando el Gobierno de José María Aznar abolió el servicio militar obligatorio, España cuenta con un ejército profesional de aproximadamente 120,000 efectivos. En situaciones de crisis, la ley de la carrera militar de 2007 permite la incorporación de reservistas: especiales, voluntarios y obligatorios.

El Consejo de Ministros puede llamar a filas a los reservistas voluntarios y especiales, un grupo de unos 8,000 exmilitares y civiles adscritos a las Fuerzas Armadas. Si esto no es suficiente, el Gobierno debe solicitar al Congreso la convocatoria de los reservistas obligatorios, civiles de 19 a 25 años. Estos jóvenes recibirían un cuestionario sobre su estado de salud y preferencias en el Ejército, seguido de reconocimientos médicos y pruebas físicas y psicológicas antes de su incorporación.

La objeción de conciencia permite a quienes no quieran servir en las Fuerzas Armadas realizar servicios en entidades de interés general. La Ley de Seguridad Nacional contempla medidas extraordinarias en situaciones de emergencia, incluyendo la movilización de la población civil y expropiaciones. Aunque una propuesta de reforma cayó con la disolución de las Cortes Generales, el Gobierno planea retomarla.

Alemania ha reforzado su seguridad reactivando la formación de reservistas con ejercicios militares. En Reino Unido, aunque no hay reclutamiento forzoso, los soldados pueden objetar por motivos morales o religiosos. Italia, cuya Constitución prohíbe la guerra ofensiva, contempla el servicio militar obligatorio solo en casos extremos. Francia, con un ejército de más de 270,000 efectivos, no contempla el reclutamiento civil, y su presidente tiene amplios poderes para enviar tropas al extranjero.

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La situación geopolítica actual ha obligado a Europa a reconsiderar su postura sobre la defensa y la preparación militar. La guerra en Ucrania ha dejado claro que la paz no puede darse por sentada y que la seguridad requiere constante vigilancia y preparación.