Cierra el Viejo Caserón del Parque de Atracciones: 25 años de sustos y leyendas

Cierra el Viejo Caserón del Parque de Atracciones: 25 años de sustos y leyendas

RAFAEL GARCÍA DE LA MATA

"Ahora van a caminar por un espectáculo poco iluminado. No se pueden encender objetos luminosos, tomar fotografías ni grabar. Tienen que ir siempre formando un solo grupo, sin correr, sin parar y sin retroceder, salvo que les digan lo contrario. Y, sobre todo, no toquen nada ni a nadie. No utilicen teléfonos. Y respeten cualquier indicación que les digan en el interior. Al final de esa escalera hay una puerta con una aldaba. Usted se va a encargar de golpearla tres veces y tendrá que esperar hasta que abran"

Si esto te suena, aunque no te tocara llamar a la puerta, es que has entrado alguna vez en el Viejo Caserón del Parque de Atracciones de Madrid. Abrió en 1989 y, desde entonces, sus inquilinos han estado asustando a cientos de personas cada día. Pero este jueves 31 de julio todo va a cambiar. Porque, tras 25 años abierto, hoy cierra sus puertas para reinventarse de cara al próximo Halloween.

"Ha llegado el momento de innovar, de actualizar el espectáculo. Hay que tener en cuenta que tiene muchos años", explica Abel Perales, gerente de todos los pasajes del Parque desde hace dos años y actor del Caserón desde hace 15. "Nadie se espera que vayamos a hacer un proyecto de esta envergadura. Podría haber implicado alguien famoso americano", sostiene, con una sonrisa.

Según Pablo Pérez, uno de los actores más veteranos con 15 años asustando a sus espaldas, el pasaje no ha cambiado mucho desde que trabaja en él y es hora de renovarse: "Cuando abrió era una novedad y la gente no tenía ni idea de lo que le esperaba. Hoy, casi todo el mundo lo sabe. En los 90 había también otra mentalidad, éramos más ingenuos".

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El nuevo proyecto se inaugurará después del verano y todavía se mantiene como un misterio. Sólo se puede decir que no se tirará la fachada y que habrá partes en exterior e interior, cuenta Alberto Fernández, portavoz del Parque. "Creemos que va a ser un bombazo, un nuevo tipo de espectáculo que no se ha visto nunca en Europa", indica Carlos Ayuga, que lleva 10 años en el pasaje.

DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS

Al camerino del Viejo Caserón se baja por unas oscuras y estrechas escaleras grises. Nadie enciende la luz, si esta existe. Al llegar abajo, hay una habitación alargada con una mesa central y una puerta cerrada al fondo. En un lado hay taquillas y un armario en forma de ataúd. La otra pared está cubierta de espejos, donde todos se maquillan a ritmo heavy.

Los chicos lucen tatuajes y piercings. Todos llevan zapatos cómodos porque estarán asustando hasta la medianoche. "Aquí hay mucho desgaste físico. El Motosierra recorre un tramo de seis metros tantas veces que se hace cinco kilómetros diarios", comenta Pérez.

Los actores son jóvenes, excepto uno. Juan Luis Menor lleva trabajando desde que abrió en 1989 y ha hecho ya de todo. "Empecé como el cura de El Exorcista, pero lo quitaron porque la gente se quedaba parada. Así que me pusieron de monje, hasta que un locutor de radio dijo que yo tenía la cara perfecta para hacer de Drácula. Y a partir de ahí... 23 años de Drácula", relata. El Conde transilvano ya no está en el Caserón, pero Menor ha interpretado casi todos los roles actuales, ya que los actores se turnan los papeles desde hace dos años.

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LOS ARREPENTIDOS, LAS ANÉCDOTAS, LOS BULOS...

"Todos los días ves por aquí gente desencajada por el miedo. Todos los días hay alguien que sale por la puerta de arrepentidos", asegura Pérez. Cuando llegan grupos de adolescentes, especialmente en junio y julio, es cuando más trabajan. "Vienen con la adrenalina hasta arriba. Salen como churros por la puerta de arrepentidos. ¡Grupos enteros!", continúa el actor. Los arrepentidos suelen ser chicas adolescentes. "También algún niño con sus madres. A veces salen chicos u hombres, pero no es habitual. Yo creo que por vergüenza, porque los ves dentro pasándolo realmente mal".

A pesar de las historias que corren sobre violaciones y agresiones en el Caserón, no han tenido muchos problemas. "Algunos se ponen agresivos por lo mal que lo están pasando y no son consecuentes con lo que han hecho. ¡Han entrado para que los asustes! Una señora se lio una vez a bolsazos conmigo. Tuve que decirle que, o se calmaba, o la echaba a la calle. Era como si fuéramos reales, como si estuviera defendiéndose de unos monstruos de verdad", recuerda Pérez.

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El Infectado.

La leyenda más famosa del Caserón no es cierta. "A la chica de El Exorcista no la violaron ni la atacaron unos nazis. Es impensable una violación aquí. Tenemos cámaras de seguridad, estamos conectados por walkie, nos guiamos por los ruidos para actuar... Cuando oyes algo que no es lo normal, enseguida te das cuenta", asegura Perales, el encargado.

Pérez reconoce que, hace años, un joven abofeteó a la Poseída y se le prohibió el acceso al Parque, pero fue una excepción: normalmente, el que está fuera suele detectar a los grupos conflictivos antes de que entren. Otro bulo que menciona Perales es la existencia de enanos que te agarran de los pies. "¡Imagínate tener una plantilla de enanos sólo para cogerle los pies a la gente!", exclama.

Sí suelen ser verdad las historias sobre objetos extraviados. "Aquí se ha perdido de todo, hasta objetos muy valiosos. El año pasado se perdieron unas gafas de sol Carrera de 200 euros o así. Una vez se perdió un anillo con un diamante del tamaño de un garbanzo. Otro día me llegó un señor árabe muy grande con las muñecas llenas de pulseras de oro. Había perdido el reloj y, ya casi en la salida, lo encontré: de oro macizo, con la cara de Gadafi en la esfera", describe Pérez.

¿Qué personajes les tocará hacer en la nueva atracción? Si pudieran elegir, Menor escogería el malo de Saw. "Solamente la máscara ya da miedo". Pero, sobre todo, le gustaría volver a hacer teatro. "A mí me encantaría hacer de Loco. Puedes hacer lo que quieras, todo vale", opina Laura Ibáñez, el fichaje más reciente del pasaje. Ayuga, en cambio, optaría por encarnar a Alien.