Un preso se declara en huelga de hambre por tercera vez: "Llegaré hasta el final"

Un preso se declara en huelga de hambre por tercera vez: "Llegaré hasta el final"

David Villafañe asegura, con voz apagada, que va a llegar “hasta el final”. Preso desde 1998 en el Centro Penitenciario de Nanclares de Oca (Álava) tras ser condenado por la Sección Primera de la Audiencia de Vizcaya a 19 años y medio por el asesinato de su pareja, Marta Couceiro, Villafañe inició el miércoles su tercera huelga de hambre desde que está en la cárcel.

Esta vez va muy en serio, dice. Y es consciente de que cuando habla a El Huffington Post de “hasta el final” es eso, el final. A sus 38 años ha rechazado el tercer grado porque supondría, desde su punto de vista, asumir el asesinato por asfixia de su novia que, sostiene, nunca cometió. Su condena termina en enero de 2017.

La sentencia, que luego confirmó el Supremo, determinó que Villafañe mató a Marta Couceiro para cobrar los 50 millones de pesetas de tres seguros de vida que la víctima había suscrito. Fue condenado a 17 años de prisión por asesinato y a dos años y seis meses por estafa en grado de tentativa.

COBRO DE TRES SEGUROS

Los hechos se remontan al 23 de octubre de 1995, cuando Villafañe se trasladó con su novia al piso que los padres de Couceiro tenían en Górliz (Vizcaya) y que utilizaban como residencia de verano. Según la sentencia, fue allí donde Villafañe le obturó los orificios respiratorios hasta provocarle la muerte por asfixia. "Primero enamoró perdidamente a una joven, después la engañó para que se hiciera varios seguros de vida y, por último, la asesinó para cobrar las pólizas de tres seguros por 50 millones de pesetas de los que él era único beneficiario", contaba la noticia publicada en El País el 29 de julio de 1998. En ella se define a Villafañe como "un embaucador que ya intentó engañar a una aseguradora antes de ser despedido en abril de 1995 por 'irregularidades con el dinero'".

Tras el fallecimiento de su pareja, Villafañe inició los trámites para cobrar las pólizas, hasta un total de 50 millones de pesetas, unos 300.000 euros. Fue un fracaso absoluto: no consiguió el dinero y levantó las sospechas de la policía.

Pese a la condena, el preso siempre ha defendido su inocencia. Esta tercera huelga de hambre extrema la inicia en protesta contra la decisión del presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, de rechazar la querella por prevaricación presentada por Villafañe contra tres magistrados de la Sala 61 del Alto Tribunal —Juan Saavedra, Luciano Varela y Juan Ramón Berdugo—, quienes no admitieron dos informes forenses que apuntaban a que la muerte de la víctima se debió a causas naturales. Los magistrados concluyeron que las nuevas pruebas "no evidencian la inocencia del condenado" y arguyeron que los forenses que elaboraron el informe en el que se basó el auto condenatorio estuvieron "en contacto directo con las pruebas".

“Desestimaron mi recurso a sabiendas de que la autopsia que me incrimina está repleta de errores y no quisieron hacer caso de los dos informes forenses que presenté en los que se demuestra que su fallecimiento se produjo por causas naturales”, lamenta Villafañe.

“MUERTE SÚBITA”

El condenado esgrime las conclusiones de los doctores forenses Vicente Herrero y Luis Frontela, quienes aseguraron en sendos informes presentados al Supremo que la muerte de Couceiro se produjo por causa “secundaria a una miocarditis infecciosa posiblemente de origen vírico, que originó una arritmia cardiaca y la llamada muerte natural en una persona joven”.

Según el informe del doctor Herrero, el fallecimiento se produjo en el marco del “20% de muertes súbitas entre personas jóvenes que a veces nos encontramos los forenses”.

“Las pruebas científicas acreditan la inocencia. Lesmes y los querellados no respetan la ciencia científica. No respetan la verdad, saben que tienen que contrastar la nueva prueba científica con un forense y no lo hacen porque saben que tendrán que dar la razón a Herrero y Frontela. Se sabe que la nueva prueba científica impide condenar y obliga a absolver porque un hecho natural es inimputable, ajeno al hombre”, explica Villafañe en un escrito dirigido al presidente del Supremo fechado el pasado 20 de agosto.

En otra misiva dirigida al presidente de EEUU, Barack Obama, le reclama "un gesto, por mínimo que sea" para reparar la injusticia de la que se siente objeto. “Lesmes está haciendo el ridículo”, añade.

Carta a Carlos Lesmes y Barack Obama by El Huffington Post

“ESTOY CANSADO”

La cruzada de Villafañe tiene tres jalones. La huelga de hambre que acaba de iniciar está precedida por otras dos: una, en 2003, cuando estaba en el penal de El Dueso, y que fue interrumpida por orden judicial. La segunda, un año después, se alargó 47 días. Perdió más de 20 kilos y tuvo que estar dos meses hospitalizado.

Desde el pasado miércoles sólo bebe “agua con azúcar” y teme que le trasladen a otro módulo de la prisión “para tenerme controlado”. “Estoy cansado”, repite, “cansado de que no se haga justicia de una vez”. Las huelgas de hambre precedentes le permiten saber a lo que se enfrenta: “Es como una autotortura, un tremendo castigo”. David Villafañe pesaba el pasado jueves 115 kilos y 30 gramos.

Pero ahora, dice, es diferente. Las dos pruebas científicas le hacen ser concluyente. “Llegaré hasta el final”.