La peor pesadilla del gas vuelve a Europa

La peor pesadilla del gas vuelve a Europa

Los mercados globales, nerviosos ante la posibilidad de que en invierno se produzcan problemas en el suministro.

Instalación receptora del gasoducto Nord Stream en Lubmin, Alemania.Stefan Sauer

La volatilidad se ha instalado en el mercado europeo del gas, algo que los expertos interpretan como un anticipo de lo que puede suceder el próximo otoño e invierno. 

El nerviosismo en los mercados se ha traducido en aumentos significativos del precio del Gas Natural Licuado (GNL) en Asia y Europa, en un solo día se disparado hasta un 40%. Además, la posibilidad de que se convoquen huelgas en instalaciones clave de Australia ha provocado una reacción en cadena en los mercados globales del gas que, según El Economistatemen problemas de abastecimiento durante los meses más fríos.

La dependencia de Europa respecto a las importaciones de GNL y la idea de que el suministro desde instalaciones australianas se paralice (representan aproximadamente al 10% de las exportaciones globales) ponen de manifiesto la vulnerabilidad europea ante las fluctuaciones en el suministro global de gas. El año pasado, las reservas acumuladas durante el verano ayudaron a evitar la temida crisis energética. Un fantasma que vuelve en pleno agosto ante el temor de que no se pueda mantener un suministro constante durante los meses más fríos del año.

Las alarmas se han encendido en Alemania. La principal economía de Europa, que todavía se recupera del recorte en el suministro de gas desde Rusia, se enfrenta ahora a una nueva amenaza. Aunque las reservas actuales se encuentran casi al 90%, el abastecimiento podría peligrar en otoño o invierno si son más fríos de lo habitual. 

La Asociación Alemana de Operadores de Sistemas de Almacenamiento (INES) va más allá y apunta que la amenaza de la escasez se mantendrá hasta 2027 si no se refuerzan las infraestructuras. La entidad considera que Alemania necesita más plantas de GNL, que estas tengan mayor capacidad de almacenamiento y que, además, estén conectadas a más gasoductos para garantizar un suministro constante en invierno.

"Incluso si las reservas de gas se llenan nuevamente por completo antes del invierno, es probable que la demanda de gas no se satisfaga por completo con las temperaturas extremadamente frías y los patrones de consumo actuales", ha explicado Sebastian Bleschke, presidente de INES.