Yago Álvarez Barba: "La prensa española está más plegada a los poderes económicos que la extranjera"

Yago Álvarez Barba: "La prensa española está más plegada a los poderes económicos que la extranjera"

Entrevista con el periodista económico, que presenta 'Pescar el salmón', sobre los bulos, las narrativas y el poder en la prensa económica. 

Yago Álvarez Barba, periodista económico.SERGI GONZÁLEZ / EL HUFFPOST

"Este libro es el fruto de mi trabajo como periodista, pero también de mi activismo. Y, cómo no, también es fruto del cabreo". Así de claro y honesto arranca Yago Álvarez Barba, periodista económico, el libro Pescar el salmón (Capitán Swing), una reflexión sobre los "bulos, las narrativas y el poder en la prensa económica". 

Álvarez Barba (O Porriño, 1980) no es un desconocido para quien se maneja por Twitter (ahora X), ni para quien sigue programas políticos en Cuatro, LaSexta, TVE o las autonómicas ETB y TV3. Ahí desglosa sus análisis económicos, habitualmente alejados de los que se suelen escuchar normalmente en los medios de comunicación, tratando de desmontar los numerosos "mantras" sobre la economía que se dan por sentados. 

De eso tiene bastante esta publicación, con la que el periodista busca que la gente que ve la economía como algo alejado e incomprensible, se acerque a ella con un espíritu crítico y que, si hace falta, tenga el libro "en la mesilla de noche" para contar con las claves para lograrlo. 

¿Qué pretendes con este libro?

Precisamente lo que pretendo con este libro es intentar que la ciudadanía, en cierto modo, se empodere. Que le pierda el miedo a esa prensa económica que se ha formado sobre un aura de de ciencia pura y exacta que sólo es apta para los expertos y que sólo la gente que controla mucho debería estar leyendo. Lo que quiero decir con el libro es que esa barrera del lenguaje y esa barrera del poco conocimiento que tiene la ciudadanía lo que hace es que tengamos miedo y que no acabemos leyéndola. Pretendo es que la gente pueda entender mejor la prensa para enfrentarse a ella. Y cuando digo enfrentarse a ella, me refiero a no caer en sus engaños, en sus sesgos, en las narrativas y en los relatos que se crean. Y, sobre todo, no caer también en esas líneas tan ideológicas que tiene la prensa económica, que suelen ser todas de corte liberal.

  Portada del libro 'Pescar el salmón', de Yago Álvarez Barba. Editorial Capitán Swing.CAPITÁN SWING

Hablas de la economía como una teología. ¿Por qué ocurre eso?

Hablo de la economía como una teología, del capitalismo, mejor dicho. Los profesores David Graeber y Ramón Bilbao han estudiado mucho cuál fue esa evolución del pensamiento de lo que decía Adam Smith a lo que ha acabado siendo el capitalismo. El tema es que Adam Smith, que era coetáneo de Newton, igual que él, era una persona muy religiosa. Newton dijo que quería averiguar las leyes que dios había puesto al planeta. Adam Smith hizo exactamente lo mismo con la economía: decía que la economía era un reloj que había sido diseñado por la Divina Providencia y que nosotros, simplemente, tenemos que averiguar la fórmula para que funcionara mejor. Y la fórmula para que funcionara mejor era que el humano no la tocara para nada y que fuera la 'Mano Invisible' la que lo hiciera. Por eso, hago un paralelismo entre la economía capitalista y dios, donde los mercados son dios, donde las leyes de la Divina Providencia son la leyes de la oferta y la demanda, del libre mercado y la no intervención del Estado, y donde los que no comulgan con su ley y con su religión son tratados de pecadores, que en este caso son la gente, los anticapitalistas o los economistas que no siguen las líneas más dominantes. 

Hablas de que los medios se han convertido en departamentos de comunicación de ciertos poderes económicos. ¿Hay prensa libre para hablar de economía con fondos de inversión y bancos en sus consejos de administración?

Yo creo que no. Al final los medios de comunicación, con este proceso de la globalización y la financiarización de los medios, la entrada de los fondos y los grandes bancos en sus juntas directivas, ya no sólo financiar mediante la publicidad, sino formando parte de las tomas de decisiones; han absorbido a estos medios como si fueran departamentos de sus propias empresas. Igual que una empresa no espera encontrar un beneficio de su departamento de comunicación, tampoco necesita que el beneficio directo de un medio de comunicación venga de sus cuentas anuales, sino que es utilizado como una herramienta más a favor del conglomerado. Y esa herramienta funciona creando opinión, posicionando a sus empresas en la opinión pública o generando opinión también negativa contra impuestos, contra legislaciones, etc. O sea, que al final es todo crear relatos y narrativas que influyan de manera positiva a sus beneficios. Me cuesta creer que un medio de comunicación que tiene fondos de inversión en su Junta Directiva sea un medio libre para hablar de economía.

"Me cuesta creer que un medio de comunicación que tiene fondos de inversión en su Junta Directiva sea un medio libre para hablar de economía"

Entonces, ¿hay escapatoria a ese modelo? 

Por un lado, la escapatoria está en las alternativas. En esos medios más pequeños que no están controlados por ese tipo de fondos de inversión o por esos bancos. Uno de los resultados que me gustaría que saliera de este libro es que haya más gente que se conciencie de que también hay que apoyar a otro tipo de prensa más pequeña que no está tan cooptada por esos tipos de poderes.

Pero, ¿no es al final como si una tienda de ultramarinos tratase de luchar contra El Corte Inglés?

Totalmente. Y es verdad. Hay un segundo paso, que tiene que haber una regulación, una legislación mucho más dura. Si no dejamos, por ejemplo, que Orange compre Más Móvil porque entonces tienen una posición dominante de mercado, ¿por qué dejamos que haya dos o tres grupos en este país que controlen tantísima información como controlan? Debería haber controles de oligopolios. Debería haber controles contra la acumulación de propiedad de estos tipos de medios. Esto pasa en otros sectores, pero en la comunicación no. Ahora mismo se está poniendo encima de la mesa en EEUU si no habría que romper Google por el grandísimo poder del mercado que tiene. Hay cinco o seis grupos a nivel mundial de comunicación que tienen muchísimo poder. Ahí habría que meter mano. La ciudadanía se tiene que dar cuenta de en qué manos están los medios para buscar otro tipo de manos que apoyen esta prensa y de comunicación. Y por otro lado, por supuesto, tiene que haber regulación, tiene que haber un control.

  Yago Álvarez Barba, periodista económico.SERGI GONZÁLEZ / EL HUFFPOST

Un poco peliagudo hablar de regulación, ¿no? Te pueden acusar de intentar controlar la prensa desde el Estado.

Siempre, pero claro, fíjate que yo no he hablado de prensa pública, porque creo que la prensa pública tiene muchos problemas también de politización, como tiene la privada. Pero no estoy diciendo nada que no digan los propios liberales de hace décadas. Hablar de que no haya concentración de poder y de que no haya oligopolios es precisamente teoría liberal. Una regulación en ese sentido no debería darles miedo a aquellos que defienden el liberalismo, otra cosa es que defiendas el liberalismo que cara hacia fuera, pero no quieras que el Estado se meta en tu terreno, porque lo controlas completamente.

"Debería haber controles contra la acumulación de propiedad en los medios de comunicación"

¿Se puede cambiar esto desde dentro? 

Creo que en los grandes medios de comunicación existe un grandísimo filtro, sobre el que yo insisto bastante en el libro, que es la precariedad. La situación del sector cada vez es más precario y cambiar algo desde dentro es muy complicado. Porque si tú llegas desde abajo e intentas cambiar algo, posiblemente antes de un año estés en la calle. Y si tú tienes una hipoteca que pagar, pues probablemente no lo vayas a intentar porque no quieres estar en la calle, porque tienes que pagar tu hipoteca. Entonces, la precariedad hace que sea bastante, bastante complicado. Pero vamos, que esto pasa también en el sistema financiero y en muchos sectores donde, si tú eres la voz discordante, no asciendes o directamente se te expulsa del sector. Creo que, en la prensa, poder pensar que vas a cambiar algo de un gran medio desde dentro, me parece algo complicado, la verdad.

Pero pequeños pasos sí se pueden dar, ¿no?

Sí, claro que sí. Se puede luchar. Se puede luchar porque hay una mayor transparencia. Se puede luchar porque haya un mayor debate en cuanto a los medios y los enfoques que se tienen que tratar. Os podéis apuntar a un sindicato dentro de vuestro medio, montarlo y que así se pueda defender más los derechos. Si hay un despido que sea por un tema ideológico, que haya una potencia dentro de la empresa para ello. Pequeñas cosas se pueden cambiar. Pero cambiar esa línea ideológica o cambiar esos intereses que hay detrás de los grandes medios desde abajo, a mí me parece complicado.

¿Le recomendarías a un estudiante de periodismo que se leyese tu libro para que las cosas no siguieran igual?

Claro. Ojalá mi libro se leyera en las universidades de periodismo, no habría nada que me gustara más, la verdad. Yo lo recomendaría muchísimo, porque en el libro no sólo hablo de esas técnicas de manipulación, que puede que sea la parte más entretenida del libro, sino que también hablo de la Historia, de cómo los medios de economía han llegado donde están, de cómo les ha influido el proceso de financiarización y globalización. Y también hablo mucho de la precariedad de la de la profesión. Entonces, para alguien que está estudiando periodismo y, sobre todo, esos y esas que tienen ese sueño todavía del periodismo que has visto en series y películas, de la imparcialidad, de preguntar a muchas fuentes, de investigar, llegar hasta el fondo y ese tipo de cosas; yo creo que puede ser un pequeño baño de realidad que le puede venir bien, en algunos sentidos, de lo que es la prensa y en qué se ha convertido en las últimas décadas.

"La situación del sector cada vez es más precario y cambiar algo desde dentro es muy complicado"

¿Hay nueva generación de periodistas que está combatiendo eso?

Creo que siempre los hay. Siempre ha habido periodistas que han hecho muy bien su trabajo y que se han esforzado por ello. Pero claro, vuelvo a lo que comentaba antes sobre los filtros dentro de las grandes empresas. Pues igual los periodistas que han hecho cosas muy buenas, han acabado, o teniendo que ceder y sólo dedicarse a ciertos temas, pero no metiéndose en más, porque es experto en ese tema; o se ha tenido que ir a proyectos externos como muy pequeños, que los hay, como 5W, que están llenos de periodistas de una calidad increíble. Creo que sí que los hay antes y ahora, pero que sigue siendo como una minoría, que no tenemos ni la fuerza ni el alcance que tienen los grandes medios, que para mí ese es el problema. No es que no haya periodistas buenos, sino que los periodistas malos, entre comillas, tienen las puertas abiertas en todos los lados, y a los buenos se les cierran.

  Yago Álvarez Barba, periodista económico.SERGI GONZÁLEZ / EL HUFFPOST

Al final del libro das una serie de consejos para enfrentarse a las noticias económicas, ¿cuáles son?

Bueno, el capítulo ese, que tiene más preguntas que afirmaciones, es para tenerlo al lado de tu mesita de noche cuando te enfrentas a la prensa salmón. El resumen sería: desconfía. Desconfía y piensa por qué te están intentando introducir ese relato o esa opinión. Pensar que todo artículo va a generar una opinión o va a generar un relato, o va a transmitir una ideología. Preguntarte qué es lo que hay detrás del artículo y por qué le podría convenir a esa persona que ha escrito el artículo, o a ese medio o a ese accionista, que tú lo creas, para mí creo que podría ser la primera pregunta que lo resume casi todo.

"Los periodistas 'malos' tienen las puertas abiertas en todos los lados, y a los buenos se les cierran"

Hay una parte de ese capítulo en que dices "infórmate, aunque suponga un esfuerzo".

Claro. Es que sé que es elitista preguntar, pedir eso. Dudé si meter esta parte porque, claro, yo soy un friki, yo soy periodista y estoy todo el día leyendo cosas. Estoy todo el día informándome e investigando. Pero yo sé que la gente que tiene curros, que trabaja un montón de horas, que no llegan a final de mes, sé que no llegan a casa y quieren ponerse a leer la misma noticia por seis fuentes diferentes para ver cuál se cree. Al final, consumimos información de una manera muy acelerada y de una manera muy precaria y por eso cuesta tanto. Por eso en el libro digo "si puedes permitírtelo, busca". Pero sé que es, en cierto modo, muy difícil.

Ahí radica el éxito del modelo, en que la gente no va a trabajar tanto la información como un periodista.

Efectivamente. Y ahí es donde influye el alcance y la incidencia. Si hay 15 medios pequeños que están haciendo buen periodismo, pero nuestros padres lo que hacen es enchufar la tele cuando llegan. O incluso la diferencia del papel con la web. Todavía hay esa brecha digital de que lo que va a la portada de El País y de El Mundo es lo que marca la agenda del día, porque está en todas las cafeterías y en todas las peluquerías de España. Y la gente no abre el móvil para leer las noticias siempre. Ahí hay un modelo de consumo de información que está muy bien controlado por estos mismos poderes.

En el libro mencionas un estudio que hizo la BBC sobre el poco conocimiento de los periodistas, de mantras económicos que aceptaban los periodistas. Y niegas que haya una despolitización en esto, que fueran meros errores, como concluía la BBC. Tú dices que sí hay politización. 

Claro. La BBC lo que hace es estudiar 11.000 piezas de entre radio, tele y escritas en la propia BBC. Y lo que dice es que hay una parcialidad, pero no es a propósito. O sea, hay veces en las que se dicen cosas que igual no están del todo demostradas o no son del todo parciales, pero que no ha sido a propósito, sino que es una falta de conocimiento por parte de los periodistas. A mí me pareció un poco cobarde, además, porque es echarle la culpa al currante, al plumilla. Yo lo que rebato en el libro es que no es una cuestión de no saber. Las frases que sacaba el informe era que había piezas de la BBC que daban por hecho que bajar de impuestos siempre era bueno y que subir la deuda siempre era malo. 

"Con el Covid, el 'cuentito' del libre mercado y la globalización se está desmoronando a pedazos"

Yo lo que digo es que no es una cuestión de desconocimiento, sino una victoria de la batalla cultural del neoliberalismo en la que llevamos 50 años. O sea, es una victoria de Thatcher-Reagan. Que un chaval o una chavala de la BBC que escribe una pieza de economía en el país de Thatcher diga que bajar los impuestos es bueno y lo dé de esa manera, y lo vea tan interiorizado, y lo diga sin pensar que está siendo ideológica, es precisamente una batalla ideológica. O sea, una victoria ideológica de la batalla cultural. Entonces, no es una cuestión de que el periodista haya dicho, voy a engañar o no voy a engañar, o es que yo no sé si bajar impuestos o subir impuestos porque no tengo ni idea de economía. No es eso, es que la han dicho tantísimas veces que bajar impuestos es bueno, que lo ha dado por bueno, ya está.

¿Ha habido decisiones o medidas de este Gobierno que han desmontado algunos de esos mantras?

Yo creo que ha habido un par bastante poderosas. Para mí, sin duda, ha sido el tope al gas, la intervención del mercado eléctrico. Cómo se tiraron de los pelos los medios de derechas, los sectores liberales, cuando se dijo de intervenir el mercado. Y a mí me parece una intervención bastante flojita. La realidad es que la intervención del mercado consiguió reducir la factura bastante comparado con nuestros vecinos europeos. Encima Bruselas ha empezado a fijarse en el modelo español. Ahí hay ahora mismo una batalla ideológica por estos relatos dentro de España y en Europa sobre la intervención o no intervención, que es bastante interesante. 

Y con el Covid, también. Lo de que bajar impuestos siempre es bueno. Se ha visto en la última encuesta del CIS que la gente que opina que pagamos pocos impuestos ha subido y ha bajado la gente que dice que pagamos muchos. O sea, tú ves un bombardeo de medios, de youtubers, de influencers diciendo que pagamos mucho. Pero luego, saliendo de esa burbuja mediática, la gente que vio lo necesarios que eran los servicios públicos durante la pandemia, se ha concienciado un poco. Ahí han venido el impuesto a las eléctricas, el impuesto a las financieras y el impuesto a las grandes fortunas. Tres medidas que también los medios de comunicación han ido en tromba contra ellas, pero al final han salido. Y creo que la ciudadanía los ve medianamente bien. 

"Necesitamos empezar a pensar otros tipos de sistemas económicos"

¿La prensa española está más ideologizada que la extranjera??

La prensa española no está más ideologizada que la extranjera, porque están prácticamente igual de ideologizada. Lo que sí que veo es que la prensa española está mucho más plegada a los poderes económicos que la extranjera. Te voy a decir un ejemplo que me pareció maravilloso. La greedinflation. El Times, el Financial Times, Bloomberg, incluso The Guardian, que no es económico. Los principales medios económicos del mundo sacaron artículos en los que hablaban de la inflación de la avaricia o la avarinflación o la inflación de la codicia. Aquí, una de las principales cabeceras de economía en España sacó un artículo que lo llamó "la excusaflación". Y hablaban en el subtítulo de "el ingenio de las empresas". Algo que había señalado el Banco Mundial, que señaló que el Banco Central Europeo, que señaló el FMI, que es que en estos dos años de crisis inflacionaria las empresas han aprovechado para subir márgenes y, por lo tanto, están ellos empujando, están siendo avariciosos con la inflación y la están empujando. Que todos los medios internacionales le llamen avaricia y aquí se le llame excusa e ingenio, para mí es una grandísima muestra de que aquí los grandes medios de economía no quieren ni rechistarle a las empresas. O sea, no quieren llamarles avariciosos tal y como está haciendo todos los medios del planeta. ¿Ideológicamente? Son todos liberales. Todos dan por buenos los mismos mantras, los mismos dogmas, las mismas líneas ideológicas y las mismas bases para la economía. Pero creo que la española está muchísimo más plegada a las empresas que lo que está Bloomberg o Financial Times.

  Yago Álvarez Barba, periodista económico.SERGI GONZÁLEZ / EL HUFFPOST

¿Y ha sido más irresponsable la prensa económica en España?

Yo creo que muy parecido. En el libro hablo bastante sobre la generación de las burbujas también. Me baso en Robert Shiller, que es un premio Nobel de Economía por precisamente investigar el hecho de de la influencia de las narrativas y los relatos. Y ha pasado siempre. Pasó en el Crack del 29, la prensa tuvo muchísima culpa. Pasó en los 70, pasó en las puntocom. Entonces, no creo que sea especialmente una cosa de la prensa española el inflar burbujas y el ser parte. Pero es verdad que aquí, como tuvimos una burbuja inmobiliaria y las inmobiliarias y las promotoras ponían muchísimo dinero de publicidad, y era un sector muy poderoso que va cogido de la mano del sector financiero; pues es verdad que aquí también hubo una total irresponsabilidad. Pero no sabría si decirte si la de la prensa española fue más que, por ejemplo, la de la estadounidense durante las puntocom. Pero el caso es que responsabilidad tienen y muchísima. 

"La austeridad es ideología pura"

¿Cuál es el tema económico en el que más se desinforma? 

Una temática que me preocupa muchísimo y que tiene una narrativa que encima se está repitiendo es el del déficit y la deuda, de las reglas fiscales europeas, que va muy ligado a lo que viene después, que es la austeridad y los recortes. Hay una obsesión por el déficit, por decir que el déficit y el control de la deuda debe ser lo principal de la economía. Cuando hay investigadores y economistas que dicen que debería ser el pleno empleo o el Estado del Bienestar, por ejemplo. Esos deberían ser los factores que deberían estar por delante y utilizar el déficit y la deuda como herramientas para conseguir eso. La emisión de moneda como herramienta para conseguir eso, la emisión de deuda como herramienta para el pleno empleo. En cambio, se nos ha metido a fuego una narrativa de que el déficit hay que controlarlo. El rollo este de que "los gobiernos son como los hogares, no pueden gastar más de lo que ingresan". Este tipo de comparativas y relatos que son totalmente falsos y erróneos, que no tienen nada que ver con la realidad, pero se ha acabado interiorizando. Tanto, que en la anterior crisis, cuando nos aplicaron austeridad, mucha gente decía, claro, es que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. O sea, que hubo un auto inculpamiento por parte de la ciudadanía de tanto que nos habían metido aquel relato a fuego en nuestra conciencia. ¿Y qué pasa? Que ahora, con niveles altos de deuda y de déficit por la crisis inflacionaria y por el Covid, durante la campaña, Feijóo repetía mil veces lo de la deuda, la deuda, el déficit, el déficit. Estaban abriendo la antesala para empezar a hacer recortes en cuanto entraran en el Gobierno con la excusa de que Bruselas nos lo pide. Y yo creo que es muy peligroso porque al final esos recortes son recortar lo público para dar más espacio a lo privado. O sea, ideología pura. La austeridad es ideología pura. Hay muchísima desinformación en cuanto a lo que debería ser la economía con esos parámetros macroeconómicos que la gente desconoce pero que ya ha interiorizado.

¿Hay alternativa al actual sistema económico?

¿Como es la frase esta? Es más fácil imaginar el final del mundo que el final del capitalismo. Es muy complicado imaginar sistemas que pudieran convivir en la actualidad. Pero la realidad es que no va a haber más remedio, porque el capitalismo solo funciona en base a crecimiento. O sea, es un sistema que necesita crecer para no morir y el planeta es finito. Y ahora nos vamos a enfrentar a una crisis medioambiental que va a cambiarlo todo. Ya estamos viendo la inflación de algunas cosas producto de la sequía, ya estamos viendo movimientos migratorios muy grandes... Por otro lado, también creo que con el tema del Covid, el cuentito del libre mercado y la globalización se está deshaciendo y se está desmoronando a pedazos. Ahora ya es un tema más de economías de bloque: Europa, Asia y Estados Unidos. Estamos volviendo a medidas proteccionistas, algo que parecía una burrada hace 30 años. Estamos volviendo a prohibir que empresas de otros países funcionen en el tuyo, como está pasando con el tema de Huawe. Las cadenas de valor global se están transformando: ya no produces en el sitio más barato, sino en el país amigo, porque si hay un corte como con el Covid, que te puedan seguir dando. O sea, que está habiendo unos cambios ahora mismo en la economía que me parece que son muy, muy importantes. No sé si hay un sistema como tal que lo pueda sustituir todo, pero lo que está claro es que necesitamos empezar a pensar otros tipos de sistemas.

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