La Policía Local de Málaga multa el coche del alcalde De la Torre y se lo lleva con la grúa

La Policía Local de Málaga multa el coche del alcalde De la Torre y se lo lleva con la grúa

El regidor entregó unos premios y luego fue a un cóctel, pero al salir no tenía coche. Un agente lo empapeló porque acaba de cambiar de modelo y no sabía que era el suyo.

Francisco de la Torre, en la pasada Semana Santa de Málaga. SOPA Images via Getty Images

Los alcaldes van y vienen, acto arriba y acto abajo, y es sabido que aparcan donde lo necesitan. Sus actividades tienen bula... siempre que la policía identifique su coche. No ha pasado así en Málaga, donde los agentes han multado el vehículo del popular Francisco de la Torre, y se lo han llevado con la grúa, dejándolo si servicio al finalizar un evento. Nada retorcido: el modelo de coche oficial ha cambiado y no se dieron cuenta de que estaban ante el coche del regidor.

Lo ha contado El Español: el lunes de la semana pasada, el alcalde acudió a la entrega de los III Premios de Turismo Ciudad de Málaga, en el teatro Echegaray, y después participó en un cóctel, en el hotel Málaga Palacio, a cinco minutos de distancia. Su vehículo se quedó junto a este edificio, por motivos de seguridad. La zona, en navidad y sin navidad, es de las más complicadas para encontrar aparcamiento en toda Málaga. Al salir de este último compromiso, De la Torre y su equipo se dieron cuenta de que su coche oficial no estaba, se lo habían llevado al depósito municipal.

La Policía Local ha indicado al citado diario que un agente vio el vehículo, mal aparcado, y procedió a hacer lo que suele hacer cuando eso pasa: multa y grúa. El despiste estaba justificado; “El Toyota Prius que tenía fue sustituido recientemente por un Renault Arkana y el agente no lo conocía dado que es de renting, no figura como vehículo municipal y no tiene ningún distintivo”, indican los uniformados.

El regidor llevaba unos dos meses con el nuevo coche, un Arkana Intens E-Tech híbrido de 145 caballos de vapor y un valor de 34.700 euros.

Una anécdota que ha acabado sin mayores consecuencias, más allá del “cachondeo” que, constata la información, ha tenido que aguantar el agente equivocado. Multar al jefe es lo que tiene.