'Resident Evil 3': la pandemia zombie llega a su fin
No dura mucho, pero a cambio ofrece la posibilidad de jugarlo varias veces con nuevos retos y niveles de dificultad.
Hace poco más de un año, cuando aterrizó Resident Evil 2 Remake en las tiendas, planteábamos en un artículo la siguiente cuestión: ”¿Veremos en nuestras pantallas también el remake de Resident Evil 3: Némesis el juego que le sucedió allá por 1999?”. Ya tenemos respuesta y es sí.
El pasado 10 de diciembre, en el evento online State of Play de PlayStation, se anunciaba lo que era un secreto a voces. Las filtraciones de semanas antes con unas supuestas imágenes de Resident Evil 3 resultaron ser ciertas. La presentación del tráiler confirmaba que sí que hubo un desarrollo en paralelo con el segundo remake, aunque por parte de otro equipo de la desarrolladora de videojuegos Capcom.
Tras este anuncio, los aficionados han tenido que esperar casi cuatro meses para tener en sus manos una de las propuestas más interesantes de este segundo trimestre de 2020. Este viernes 3 de abril ha llegado el esperado lavado de cara de la tercera entrega numerada de esta famosa franquicia zombie, que cierra, casi dos décadas después, el ciclo de remakes tras Resident Evil —en 2002— y su mencionada continuación del año pasado.
Un argumento que coge las bases del original pero que brilla con personalidad propia y que ayuda a actualizar el nuevo canon visto en la saga. En esta ocasión, el jugador vuelve a meterse en la piel de Jill Valentine, una agente de la unidad especial ficticia S.T.A.R.S. —acrónimo de Special Tactics And Rescue Service– que sobrevivió a los acontecimientos vividos meses antes en la mansión Spencer, donde se desarrolla la primera entrega de la serie.
Ahora la acción se sitúa en la ciudad imaginaria Raccon City, antes, durante y después de lo que vimos en Resident Evil 2, con la urbe de estética estadounidense y noventera sumida en un caos absoluto cuando su población se convierte en una orda de zombies hambrientos. Aunque los ciudadanos no son el único peligro de la función, pues una titánica bestia de nombre Némesis perseguirá a Jill por toda la ciudad con la intención de acabar con ella.
Esta tercera entrega ofrece una dosis de acción muy superior respecto a lo vivido en el videojuego del año pasado, pero sin dejar de lado las mecánicas marca de la casa: la exploración, la planificación, los rompecabezas, la gestión de lo que lleva en la mochila Jill y el uso de baúles para almacenar, como ya ocurrió en el original de la primera PlayStation.
Sus creadores vuelven a jugar con la nostalgia y muestran con todo lujo de detalles situaciones que no pudimos ver en aquellos televisores de tubo de la época, como el asalto de Némesis al apartamento de Jill en los primeros compases del juego. Sencillamente espectacular.
Esto también ocurre gracias al excelente apartado visual del título, que en ocasiones dejará boquiabierto al respetable con el diseño y modelado de todos los personajes que aparecen en la obra. De película.
En su aspecto sonoro, tanto en los gemidos de las bestias como el del entorno, logra envolver a la ficción de una tensión constante durante toda la aventura. Además, cuenta con un doblaje excepcional, capitaneado por Neri Hualde —que ya pudimos escucharla como Fragile en el videojuego Death Stranding o, para los más seriéfilos, en Juego de Tronos en el papel de Sansa Stark— en la piel de Jill Valentine. Por otra parte, su duración está un poco lejos de satisfacer a los más exigentes, pero ofrece la posibilidad de jugarlo varias veces con nuevos retos y niveles de dificultad, que pondrán en aprietos a más de un usuario.
Y si la campaña se quedara corta, el juego aporta una modalidad para jugar con otros usuarios denominada Resistance. Un modo multijugador asimétrico donde cinco personas buscan la forma de escapar de una serie de escenarios a modo de Escape Room. Cuatro deben cumplir los objetivos y/o encontrar una serie de llaves mientras que el quinto jugador les observa a través de cámaras de seguridad y les envía ordas de enemigos o activa trampas electrónicas para impedírselo.
Resident Evil 3 quizás lleva la carga de no sorprender como ya hizo la novedosa segunda entrega rehecha en 2019, pero sí tiene el honor de cerrar esta puesta al día de la mítica trilogía que la editora Capcom lanzó hace más de 20 años.
Podemos acabar este artículo pensando en voz alta si volveremos a ver otro remake de la saga. Ahora sería el turno de Resident Evil Code Verónica o directamente el superdistinto Resident Evil 4. Acertamos hace un año, pero sólo el tiempo dirá si seremos lo suficientemente afortunados para disfrutar de un nuevo revisionado a este nivel y dentro de la franquicia. Mientras tanto, esperaremos con ganas la octava entrega numerada, un videojuego totalmente nuevo que tal vez sea lo que más cerca está de caer en nuestras manos.