60 años de Oxfam Intermón: agradecimientos, retos y compromisos

60 años de Oxfam Intermón: agradecimientos, retos y compromisos

Este octubre, Oxfam Intermón ha cumplido 60 años. Me gustaría compartir con las personas que seguís este blog tres agradecimientos, tres retos y tres compromisos que para mí marcan, o deberían marcar, este momento de nuestra historia.

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Foto: Oxfam Intermón.

Este octubre Oxfam Intermón ha cumplido 60 años. Me gustaría compartir con las personas que seguís este blog tres agradecimientos, tres retos y tres compromisos que para mí marcan, o deberían marcar, este momento de nuestra historia.

Me gustaría comenzar dando las gracias a quienes son parte de Oxfam Intermón y de su historia. Cuando me fui hace años, lo hice con la camiseta de Oxfam Intermón pegada a la piel. Una camiseta hecha con ilusiones y cuidados. Sois un trozo de ella. Habéis estado al lado de las comunidades centroamericanas cuando luchaban por su liberación. De la población de Ruanda y Burundi en los terribles 90. De quienes sufrieron el tsunami de Asia. Habéis sostenido grupos productores de café y de cacao. Habéis estado al lado de las mujeres víctimas del conflicto colombiano. Vuestro aliento se ha sentido en la defensa de la cancelación de la deuda externa, del acceso a medicamentos esenciales, del bloqueo a los diamantes de sangre. Estabais en la calle clamando por el 0,7 porque la pobreza os hiere y sabéis que se debe acabar con ella. Sois activistas, lo lleváis en la sangre.

Por eso merece la pena agradecer a quienes son y han sido parte de la organización y de su historia, desde miembros del Patronato que han velado por los valores y empujado la misión, a equipos directivos, profesionales y voluntarios de ayer y de hoy. A los amigos jesuitas que dieron el impulso inicial, décadas inspirando con tanta inteligencia y pasión. Cada persona con su historia, os habéis dejado la piel en las causas que defendemos. Sería imposible todo esto sin vuestras energías y profesionalidad. El alma de esta organización sería otra, no sería alma sin vosotros.

También agradezco a socios, mujeres y hombres que nos apoyáis. Instituciones, aliados, amigos, políticos. Muchos lleváis muchos años con nosotros. Sé que Intermón es parte de vuestra vida cotidiana, en el mejor sentido. El compromiso solidario es natural en vuestras casas. Y vuestra contribución económica es esencial. Además, muchos compartís el gusto por la belleza de los productos de comercio justo en las tiendas Oxfam. Apoyáis las campañas. Habláis con nosotros y con vuestra gente sobre los retos del mundo para acabar con la pobreza.

No son tiempos fáciles, tiempos de alzar muros, en las fronteras, en las comunidades, dentro de cada uno. Valores que parecían firmes se tambalean. Hay voces duras, agresivas frente al otro aunque sufra.

Es vital sentir vuestro aliento, saber que estáis ahí. No son tiempos fáciles, tiempos de alzar muros, en las fronteras, en las comunidades, dentro de cada uno. Valores que parecían firmes se tambalean. Hay voces duras, agresivas frente al otro aunque sufra. Sois más de 300.000 personas los que pensáis y sentís de forma diferente, resulta estimulante. Nos sentimos empujados por cada una de vosotras a seguir en la frontera.

Y gracias a las personas con las que trabajamos, en Africa, América Latina y ahora también en España. Conocí Intermón mientras vivía cerca de las comunidades campesinas a las que apoyábamos en Cuzco. Cuando me fui me llevé la profunda mirada de jóvenes quechuas, orgullosos, en mutuo agradecimiento por tener en común algo más que un proyecto.

Compartimos afanes con millones de personas que cada día se levantan en la esperanza de una vida digna. Que en medio de las crisis humanitarias más duras hoy en Alepo y en Mosul, en Bangui y en Juba, luchan por su vida y quieren vivir en paz, seguros. Que no están dispuestos a aceptar que se vulneren sus derechos, que esto va de poder, de personas y colectivos que no aceptan la injusticia. Que se forman, que sacan adelante un medio para vivir y defienden su tierra como su vida.

Me emocionan los testimonios de las personas con las que trabajamos. Es un privilegio que nos dejen compartir sus vidas y sus esperanzas. Humildemente seguiremos a su lado.

Los retos

Ser fieles a nuestro mandato humanitario. Las crisis humanitarias crecen en intensidad y en duración. Cada ser humano tiene derecho a la vida y la seguridad, a solicitar asilo y refugio, a la protección cuando se mueve de su casa. Nada puede ponerse por delante: ninguna valla llena de cuchillas, ninguna política injusta de cortas miras, como la que nos aqueja.

La acción humanitaria seguirá siendo central en la identidad de Oxfam Intermón, en las respuestas concretas, en el extremo del sufrimiento humano, asegurando agua, alimento y protección. Yendo a la raíz de conflictos y del cambio climático, que fuerzan a las personas a huir de sus casas. Y exigiendo seguridad en las rutas, cuando las personas son más vulnerables. Responder con rapidez y calidad es uno de los mayores desafíos que nos planteamos.

Enfrentar la desigualdad extrema. El 1 % de la población tiene lo mismo que el 99 % restante. La concentración de la riqueza es obscena, impide luchar contra la pobreza, frena el desarrollo sostenible y merma la democracia. El poder también se concentra. El paradigma de la cohesión social se está rompiendo. ¿Con qué fuerza vamos a defender la legalidad internacional desde Europa y su cooperación, si la vulneramos aquí? Para nosotros es exigible una mayor igualdad de género, de acceso a la tierra y al agua, de contribución fiscal. Reducir las brechas demenciales en los salarios, en las oportunidades, en el consumo de un planeta que se acaba. Y esto vale para Guatemala, para Europa, para Burkina Faso...

La vulnerabilidad refuerza el miedo y la necesidad de seguridad por encima de todo. Se siente el mordisco de la exclusión, también aquí.

La vulnerabilidad refuerza el miedo y la necesidad de seguridad por encima de todo. Se siente el mordisco de la exclusión, también aquí. Sin embargo se culpa al otro débil. Al trabajador lejano, que sufre condiciones de explotación. Al refugiado que huye, al migrante que busca una vida digna. No podemos aceptar un conflicto entre vulnerables para ver quien se lleva el empleo más precario, la sanidad menor, la educación a la baja. Es un desafío conectar con este sentir, aportando propuestas y reforzando el valor de la solidaridad profunda, esa que cambia personas y sociedades.

Adaptarnos a un mundo en cambio en el cual la Ayuda al Desarrollo no es ni será una política vertical, Norte Sur, de quien tiene y marca, a quien no. El mundo es otro. Estamos dando pasos decididos, apoyando afiliados plenos de Oxfam en India, México, Sudáfrica. Y en el futuro Brasil, Colombia, Turquía. Desde Oxfam Intermón no solo estamos dispuestos sino que estamos ilusionados por ceder y distribuir capacidad y poder de decisión hacia donde las cosas pasan.

Tres compromisos

Hace un tiempo leía una carta de una socia que se había quedado en el paro. Tenía que reducir su cuota pero quería mantener al menos la mitad, incluso en esas circunstancias.

Nuestro primer compromiso es uno que ya sentimos en este equipo: una inmensa responsabilidad por la confianza que nos depositan. No se trata solo de gestionar bien y de que lleguen los recursos donde deben. Se trata de asegurar el valor, el mayor impacto de los programas que empujamos con ellos. Asegurar que, junto con nuestros aliados, logramos transformaciones duraderas, convirtiendo nuestra experiencia en conocimiento replicable, innovador y abierto. Que influimos en las causas, en las barreras que están detrás. Que conectamos lo público, lo privado, entre países, quien sea que debe estar sentado en la mesa para asegurar el cambio.

Seguir cerca de las personas. Nuestras investigaciones y programas, las campañas, las ideas y valores que promovemos, tendrán su raíz en las personas que sufren la vulneración de sus derechos. Una a una. Con las mujeres en el centro. La pobreza y la desigualdad se ceban en las mujeres. La brutal violencia machista de forma especial. Son las mujeres quienes defienden los derechos humanos con más valentía, arriesgando su vida, como Berta Cáceres. Son las mujeres quienes lideran comunidades y grupos campesinos. Es su liderazgo el que apoyaremos, por justicia y por impacto.

Mantener la voz y la pasión. Nunca aceptaremos que un gobierno blinde las fronteras de forma ilegal, incumpla su responsabilidad de asilo y refugio, recorte hasta el hueso la cooperación y la ayuda humanitaria y pretenda hacer lo mismo con la europea, si ésta no sirve para alzar muros más altos. Es inhumano, es ilegal y lo diremos.

Un desafío que enfrentamos las organizaciones sociales es el cierre de espacios para la voz ciudadana en muchos países. Especialmente si ésta es crítica, en defensa de las más vulnerables y si son ellas quienes hablan. Nos comprometemos a no callar. Con respeto e independencia hacia cualquier gobierno o partido político, con inteligencia y rigor, haciendo propuestas. Pero con toda la contundencia que la denuncia requiere cuando la injusticia se planta. No pretendemos ser incómodos por el hecho de serlo, nos mueve una pasión honda que nace de la vocación que cada uno sentimos. Y que se multiplica al saber y al estar cerca de las personas. Somos parciales, somos parte. Nos comprometemos a que nuestra voz siga al lado de las víctimas, de las defensoras, de las activistas.

Gracias por compartir las emociones de este intenso cumpleaños con nosotros y gracias por formar parte del futuro que queremos: un futuro sin pobreza.