¿Qué deberíamos comer para estar sanos y felices?

¿Qué deberíamos comer para estar sanos y felices?

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En mis años trabajando como chef profesional, una de las preguntas más frecuentes que recibía era cómo conseguía mantener la figura estando todo el día rodeada de comida. Pero desde que me especialicé en el mundo de la alimentación saludable, la pregunta es: ¿Eres vegetariana? ¿vegana? ¿sigues alguna dieta específica? Y tristemente para muchos, mi respuesta es no.

Sé que muchos se quedan un tanto decepcionados con mi respuesta. La mayoría esperan la clave, el secreto o la fórmula mágica de una de las cuestiones más de moda en los últimos tiempos: ¿Cuál es la mejor dieta para estar sano y feliz?

Después de estudiar más de 100 dietas diferentes y ver los pros y contras de cada una de ellas, creo con más firmeza que nunca que no existe una dieta única que vaya bien para todo el mundo. Si te fijas en la sección de Salud y Bienestar de cualquier librería o biblioteca podrás observar que todos los libros dedicados a dietas reivindican ser la dieta estrella: la dieta cetogénica, la dieta de los 30 días, Adelgaza sin dieta, la dieta de la longevidad, la dieta alcalina, la dieta que te ayudará a perder esos kilos que no quieres, la que te hará sentir más enérgico...

Viendo esto, no es de extrañar que la mayoría estemos confundidos sobre qué funciona y qué no. Y cierto es que para algunas personas seguir por ejemplo una dieta paleo puede irles a las mil maravillas y logren alcanzar su máximo bienestar, pero para otros puede que esa misma dieta paleo les cause problemas de riñón, bajos niveles de fibra o incluso ansiedad por tener que prescindir de ciertos alimentos.

Bio-individualidad es el término que yo adopto cuando me preguntan sobre la dieta estrella. Todos somos diferentes. Cada uno responde de forma diversa frente a un mismo alimento. Lo que funciona para uno puede no servir para otro.

La clave para estar saludable y sentirte bien es conocerte a ti mismo y para ello nada como la alimentación consciente. Haz pruebas con diferentes alimentos y reflexiona sobre cómo éstos afectan a tu cuerpo y a tus sentimientos. También es importante considerar que las experiencias, circunstancias y vivencias nos hacen cambiar, no somos los mismos que hace 5 años y por eso lo que antes nos sentaba bien puede que ahora no lo haga.

Yo, por ejemplo, soy una persona a la que le encanta comer, disfruto cocinando y me apasiona trabajar con cualquier cosa que esté relacionada con la alimentación. Soy una foodie y tengo la suerte de no sufrir ninguna alergia, intolerancia o enfermedad. Por lo que estoy agradecida y súper feliz de poder comer cualquier cosa que mi cuerpo desee. Con los años he notado que si un día como mucho pan, me sentiré hinchada; si no bebo dos litros de agua al día por la noche tendré calambres en las piernas y que mi momento de hacer ejercicio físico es por las mañanas. No sé cómo me las apaño, pero si lo dejo para la tarde sé que encontraré una excusa u otra para no moverme.

Personalmente no soy partidaria de etiquetas, intento escuchar mi cuerpo y mi mente e intento darle exactamente lo que necesita para que funcione mejor.

Llena tu plato con alimentos altamente nutritivos 80% del tiempo y disfruta de tus antojos preferidos y menos nutritivos el otro 20%.

Mi objetivo como coach no es hacer que mis clientes sigan una dieta, si no que adquieran unos hábitos saludables que se adapten a su estilo de vida. Hay un gran mal entendido y la mayoría piensa que llevar una vida saludable es estar a dieta constantemente y sometidos a privaciones.

Según lo veo yo esto no es así. Una vida saludable va sobre equilibrio, moderación y variedad. Hay que enfocarse en disfrutar de una alimentación nutritiva y sabrosa que se ajuste a tus creencias y estilo de vida.

La proporción 80/20 para mi es muy importante. Llena tu plato con alimentos altamente nutritivos 80% del tiempo y disfruta de tus antojos preferidos y menos nutritivos el otro 20%.

Consume alimentos frescos y de temporada. Verduras, frutas, semillas, frutos secos, cereales integrales y legumbres, acompáñalos con proteína magra. Otro aspecto súper importante es la moderación y la práctica de ejercicio. Disfruta cocinando e intenta reinventar tus antojos favoritos en una versión más saludable y nutritiva.

Mi más valioso consejo para aquellos que quieren sentirse mejor, más felices y vivir una vida más saludable es, cómete el arco-iris y evita los alimentos procesados. Practica la alimentación consciente, disfruta los sabores de la comida natural y sé consecuente de los problemas éticos de tus acciones.

Recuerda que la comida es algo con lo que tienes que disfrutar y que siempre debería hacerte sonreír.