Alfonso Rueda, el candidato que no se creía presidente

Alfonso Rueda, el candidato que no se creía presidente

Alfonso Rueda revalida como presidente de la Xunta al superar la absoluta con 40 escaños

El presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la reelección, Alfonso Rueda, en un acto de campañaEuropa Press via Getty Images

Hasta febrero de 2022, Alfonso Rueda (Pontevedra, 1968) era casi un total desconocido para la sociedad gallega. Vicepresidente del entonces ungido líder del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo, asumió de manera natural la presidencia de la Xunta de Galicia tras trece años a la sombra de este.

Entonces quedaban dos años para potenciar a un candidato que se ha jugado todo este 18 de febrero. O la permanencia en la Xunta con una mayoría absoluta – aunque con una bajada de escaños – o una victoria de la izquierda con un BNG en alza consecuencia de un PSdeG en declive y una Pontón recogiendo frutos sembrados tras años de férrea oposición. Finalmente, el PP ha ganado las elecciones con 40 escaños tras semanas en dudas con la mayoría absoluta.

Es un tipo excelente, cercano, accesible, con mucha más retranca de la que se puedan creer de puertas para fuera y, sobre todo, no tiene ninguna fachada, lo que ves es lo que hay”, indicaban fuentes cercanas a Rueda sin ocultar la preocupación ante lo ajustado que se preveía a tenor de las -erráticas- encuestas sobre el resultado electoral.

“Su mayor defecto es que él aún no se termina de creer que puede ganar y es una lástima que no se crea ganador igual que hace Pontón, porque Rueda es muchísimo mejor que Feijóo. Alberto era alguien menos cercano, altivo, con un toque a veces de clasismo, pero tenía un aura creada por su equipo que le hacían parecer alguien con gancho o carisma”, explicaban las mismas fuentes sobre las dificultades que se han encontrado a lo largo de la campaña para venderle como candidato presidenciable. “Por eso la oposición y la figura de Ana pontón parece más sólida, porque aún él no termina de creerse posible vencedor”, lamentaban sobre las debilidades de su candidatura.

Pese a las dificultades, todas y cada una de las personas que accedían a hablar del presidente de la Xunta bien dando su nombre o quedándose en el anonimato inistían en su capacidad de trabajo.

“Es tremendamente exigente, Alfonso es alguien que se pasa el día, literalmente, buscando la mejor medida. No es algo baladí, es una realidad, se come la cabeza de formas insospechadas para que una idea base llegue a ser un proyecto increíble”, comentaba su núcleo duro.

“Como jefe es alguien que sabe lo que quiere y que exige compromiso, entrega y que las cosas estén bien hechas. No le valen las cosas a medias y él va a buscar la forma de que se mejore todo lo posible cualquier cosa que le presenten. Sabe estar y sabe exigir“, comentaba María Martínez Allegue, ‘número 3’ de Rueda y ya diputada electa del Parlamento de Galicia.

Una cuestión que comparten los que le siguen día a día. Mauro Bastón, periodista en la delegación gallega de la agencia Europa Press, explicaba que tras su llega a la presidencia el aumento de agenda fue exponencial. En parte, por su necesidad de darse a conocer ya que en 2021 solo el 45% de los gallegos conocía al que iba a ser su presidente y que hoy han ungido con su primera absoluta.

“Los periodistas más acostumbrados a seguir su agenda diaria al dedillo notaron un cambio brutal cuando se produjo el relevo”, contaba Bastón en un hueco de la maratoniana campaña electoral. “Las agendas institucionales maratonianas, en las que no es raro observar cuatro o cinco actos como presidente de la Xunta en una sola jornada, fueron otro ejemplo de la necesidad de darse a conocer en poco menos de dos años”, añadía explicando que “Rueda decidió quedarse para presidencia las competencias en Turismo que ya tenía en su vicepresidencia con Feijóo”. No es baladí, cualquier cuestión que ha dependido del turismo durante la anterior legislatura le permitían tener más visibilidad ante los medios de comunicación.

Entre los suyos, la idoneidad para seguir al frente de la Xunta era y es unánime. “Rueda es el mejor candidato que podíamos tener para estas elecciones. Todos lo conocemos y conocemos su experiencia, es una persona de fiar y en la que uno puede confiar. Lo ha demostrado no solo en la Xunta de Galicia, sino también a nivel interno en el partido”, indicaba Guille Juncal, concelleiro del PP en Pontevedra que definía al candidato como una persona con “experiencia, de fiar y en la que uno puede confiar”.

¿Le afecta la sombra de Feijóo?

Su equipo reconocía en privado preocupación por si la 'losa' de trece años de Feijóo pesaba. Una cuestión despejada este domingo en las urnas a tenor de los resultados electorales.

“Rueda es Rueda, no Feijóo”, insistían. “La gente que no le conoce siempre lo comenta. Es una persona normal y corriente como tú y yo, un tío además muy gracioso, con un sentido del humor bastante a la gallega y con el que da gusto tomarse unas cañas o estar un rato sin hablar de trabajo”, comentaba Juncal sobre su lado más personal.

“A nivel de rendimiento electoral, Alfonso Rueda es todavía una incógnita. Su principal defecto, que también puede ser una virtud, se resume en una frase: no es Alberto Núñez Feijóo. Rueda es más natural en el trato cercano e incluso frente a las cámaras. Y es que, pese a su dilatada experiencia en lo más alto de la política gallega, hasta que asumió la presidencia de la Xunta su grado de conocimiento era limitado y su vida prácticamente sigue siendo la de un 'tipo' de la calle que se va de cañas con los amigos y todos los fines de semana coge la bici o la moto”, contextualizaba al respecto Mauro Bastón.

“La sombra de Feijóo le puede pesar de tal manera que el afán de continuismo, de aparentar que aquí nada se ha movido y casi calcar los discursos de campañas anteriores del PpdeG – como el de rechazo al “barullo” de un “multipartito” de izquierdas y de la política estatal – no le permitan explotar sus mayores virtudes como candidato”, explicaba el periodista sobre el presidente.

“La sombra de Feijóo es algo absolutamente ficticio. No existía y no existe porque es algo que crearon. Feijóo, a diferencia de Rueda, no es cercano, no le gusta la calle. Una vez Rueda gane su absoluta, se demostrará que es mucho mejor que Feijóo. Hay que construirlo”, explicaban fuentes cercanas a Rueda hace justo una semana sobre el diamante en bruto que esperan terminar de pulir los próximos cuatro años.

María Martínez Allegue señalaba que tanto Feijóo como Rueda son personas distintas con "formas de hacer distintas". "Feijóo ha sido presidente durante más de una década y pronto lo será del gobierno central, pero Alfonso no tiene ninguna sombra sobre él. Tiene una personalidad propia muy marcada que no deja lugar a sombras", explicaba.

“Los cambios siempre dan vértigo, pero Rueda ha sido capaz de darle al PPdeG y al gobierno si estilo propio, el Estilo Rueda, que creo que ha dado un impulso todavía mayor al proyecto que el propio Feijóo junto a Rueda empezaron en el año 2009”, elogiaba al respecto Juncal, que no le veía mayor recorrido al debate dado que cuando Feijóo sucedió a Manuel Fraga se produjo una circunstancia similar.

“Lo está dando todo, a veces se le nota agotado, pero está dando el bazo por demostrar que él puede.”, explicaban sobre los últimos días de campaña en su núcleo duro antes incluso de que Alberto Núñez Feijóo reventara la campaña filtrando a periodistas un cambio de opinión con respecto al procés. “Afronta la campaña como lo hacemos todos; con ilusión, con energía, sin parar un solo segundo. En su caso recorriendo Galicia y en el mío, la provincia de Pontevedra. Es una cuenta atrás que puede agotar, pero merece la pena el último empujón para poder mantener una Galicia que funciona”, explicaba Martínez Allegue.

A nivel municipal, el presidente ha conseguido generar ilusión entre los suyos a diferencia de otras fuerzas políticas que se presentan a las elecciones. “Estos días estoy percibiendo todo el cariño y confianza que le tienen y estoy seguro de que se va a traducir en un apoyo muy contundente el próximo 18 de febrero”, comentaba Guille Juncal sobre el sensor de la calle. “Los pontevedreses saben quién es, cómo es y lo que pueden esperar de él como presidente”, añadía.

Un "fontanero" del PP gallego que estrena perfil presidenciable

Donde no era un desconocido era en el PP de Galicia. Desde sus inicios en Nuevas Generaciones de Pontevedra, allá por los años 90, consiguió el visto bueno de varias figuras destacadas del fraguismo. Tras llegar Feijóo a la presidencia, fue rescatado por Feijóo para ocupar su vicepresidencia y encargarse de la "fontanería del partido".

“En la secretaría general del PpdeG fue relevado por el ahora portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado. La sucesión de Feijóo en el partido fue, al menos de puertas hacia afuera, tranquila y sin sobresaltos, que fue precisamente la única condición que puso Feijóo, que evitó señalar candidatos. Para formalizar su candidatura a dirigir el partido, lo cual posteriormente le abriría la presidencia de la Xunta, Rueda apenas contó con oposición dentro del partido dado que era el relevo natural”, comenta Mauro Bastón sobre sus ascensos a la presidencia en un partido necesitado de unidad para vender buena imagen ante las autonómicas, generales y municipales que se iban a celebrar próximamente.

Una vez acomodado en el Palacio de Rajoy, suyo es el tanto de poner fin al Baltarismo. Una “salida negociada”, como indican varias fuentes. En 2012, Manuel Baltar heredó de su padre la presidencia del PP y de la Diputación de Ourense. “Manuel Baltar, ahora senador por designación autonómica, había quedado tocado en las municipales de 2023 no solo por haberse quedado de nuevo sin mayoría absoluta en la Diputación, sino también por haber sido cazado conduciendo un coche oficial a 215 kilómetros por hora”, contextualiza Bastón.

Una campaña, que varias fuentes señalan como "difícil" y con varios errores de fondo como el de Feijóo el fin de semana pasado. Alfonso Rueda tiene ahora cuatro años para demostrar, de nuevo, que Rueda es Rueda y no su antecesor. Chegar e encher.