Los errores de comunicación de Ayuso que eternizan el caso de su novio

Los errores de comunicación de Ayuso que eternizan el caso de su novio

La presidenta ha reducido sus apariciones en las que los medios de comunicación pueden preguntar y su equipo se encomienda a la Semana Santa para que acabe el goteo de informaciones

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene en el acto de celebración del flamenco como Bien de Interés Cultural.EFE

Mientras buena parte de España mira al cielo con la esperanza de que no llueva esta Semana Santa, en la Puerta del Sol lo hacen con el deseo de que pase el temporal. Han pasado ocho días desde que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se viera envuelta en la polémica por el presunto fraude fiscal de su pareja a la Hacienda Pública, así como del cobro de comisiones durante la pandemia por la venta de mascarillas o la intentona de vender vacunas multiplicando su precio para aumentar el margen de beneficios.

Una crisis, la enésima en Sol, que era rápidamente respondida por la presidenta de la Comunidad de Madrid. Primero en una breve comunicación a la prensa en Castelldefels (Barcelona) y un día después en la rueda posterior al Consejo de Gobierno que celebraba en Móstoles. Parece que ha pasado más tiempo, pero hace tan solo una semana que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, explicara ante los medios de comunicación que su pareja es víctima de una “inspección fiscal salvaje y sacada de quicio” y que “asediado” por “todos los poderes del Estado”. Unas palabras que vinieron acompañadas por dos afirmaciones que todavía persiguen a Ayuso: que es Hacienda quien debe 600.000 euros a su pareja y que no había realizado fraude fiscal alguno.

"No se está gestionando de manera correcta. Tendríamos que haberlo cortado antes y no entrar para que a los minutos nos desmientan. Hemos tenido patinazos, pero todo el PP está con la presidenta y va a salir fortalecida, como siempre. En unos días, cuando la gente se vaya de vacaciones será una anécdota más", resume una fuente cercana a la presidenta a El HuffPost.

Desde entonces, el resto es difuso. Ayuso no ha vuelto a coincidir con la prensa desde el pasado jueves, cuando salió de la sesión de control al Gobierno de la Comunidad de Madrid. Según personas que se encontraban en la cámara de Vallecas, tampoco hubo demasiado contacto con los periodistas a diferencia de otras ocasiones en las que habla informalmente con la prensa comentando la actualidad tras las preguntas que le lanza la oposición.

Viernes, sábado y domingo, la agenda de Ayuso aparecía despejada. Ni siquiera acudió a la entrega de las llaves de 140 viviendas del Plan Vive en Alcorcón, pese a que es habitual que la presidenta acuda e incluso las entregue con el consejero del ramo.

A la par que Ayuso defendía la inocencia de su novio, eldiario.es publicaba que era él mismo el que había reconocido los delitos fiscales para ir a ver a juicio. El entorno de la presidenta, tal y como indicó el diputado del PP Jaime de los Santos este fin de semana en laSexta, sostiene que Ayuso se enteró de esa información por la prensa.

Este lunes la cosa cambiaba. Ayuso acudía hasta Arganda del Rey a visitar una empresa y al acto se sumaban afiliados y simpatizantes que intervenían como un periodista más en la rueda de prensa. Mientras que Ayuso respondía a periodistas incluso cuestionando el sentido de las preguntas, la Comunidad de Madrid dificultaba la labor de la prensa, que tenía que soportar risas, comentarios e, incluso, aplausos cuando Ayuso cargaba contra la prensa.

Se producía a la par del segundo patinazo que daba la Comunidad de Madrid, el primero protagonizado por el jefe de gabinete de la presidenta, Miguel Ángel Rodríguez, al destaparse que había amenazado a Esther Palomera, periodista de eldiario.es con "destruir" y "cerrar" el medio. El mismo lunes, y después de que Miguel Ángel Rodríguez filtrara a la prensa extractos de la conversación, se publicó la conversación íntegra en la que aparecían más insultos y frases machistas.

Una polémica que parecía bajar y que un bulo difundido por la Comunidad de Madrid reavivaba. Este martes por la noche, de nuevo Miguel Ángel Rodríguez, envió a varios medios de comunicación una información falsa en la que hacía referencia a periodistas de El País y eldiario.es, que habían acudido a las inmediaciones del domicilio de la presidenta para tratar de contrastar varias informaciones que afectan a la supuesta legalidad de las obras que se realizaron en el domicilio en el que reside con su pareja.

Aparte de difundir imágenes e identificarlos con nombres y apellidos, una cuestión prohibida, se les acusaba falsamente de un delito de acoso a menores y aseguraba que increpaban a vecinos, menores de edad incluidos. Incluso, se deslizaba que habían intentado acceder "encapuchados" a la vivienda.

“Todos los miembros de este Gobierno respetamos al máximo el trabajo de los informadores, pero también pedimos que no se traspasen líneas rojas y que, por tanto, se preserve la intimidad y el derecho a disfrutar de nuestro entorno familiar en condiciones de anonimato y privacidad”, se ha limitado a decir el portavoz del Ejecutivo autonómico este miércoles minutos antes de que Miguel Ángel Rodríguez reconociera el bulo.

“Han estado acosando a los vecinos de la presidenta, incluido niñas menores de edad, en un acoso habitual en dictaduras. Todo se ha denunciado a la Policía Nacional, pero el delegado del Gobierno amparará estas actuaciones. El delegado del Gobierno no quiere poner vigilancia permanente 24 horas en la casa de la presidenta, lo que supone una anomalía. Además, empleados de eldiario.es encapuchados intentaron acceder a la casa de la presidenta. Nunca se ha visto este amedrentamiento en democracia”, enviaba Miguel Ángel Rodríguez este martes por la noche a varios medios afines que, sin contrastar, publicaron la información falsa. El País ha confirmado que dos periodistas del medio acudieron a las inmediaciones a preguntar por las obras, una cuestión normal en la labor del ejercicio periodístico, y que fueron identificados cuando se marchaban por un policía de paisano.

Aparte de los profesionales de El País, ha admitido también haber sido quien comentó que otros dos periodistas de eldiario.es habrían intentado acceder "encapuchados" a la vivienda de la líder del PP.

A preguntas de El País, Rodríguez ha confirmado los mensajes y ha excusado al Gobierno regional asegurando que "es una conversación personal" y "no es una cuenta de la Comunidad de Madrid".

Preocupación en el PP

Mientras el equipo de la presidenta madrileña, con Ayuso a la cabeza, dan explicaciones inconexas y hablan de una conspiración del Estado, en Génova temen las repercusiones que pueda tener.

Este martes, este diario señalaba varias informaciones que apuntaban a que la dirección nacional del PP cree que el círculo más próximo a la presidenta de la Comunidad de Madrid no está articulando una buena estrategia para responder a esta crisis y que se han cometido graves errores de comunicación. "Nos espera un comienzo de semana complicado", admiten fuentes populares a El HuffPost.

Concretamente, miembros importantes del PP no entienden que, el pasado miércoles, Ayuso se implicara tanto en defender a su pareja ante un presunto fraude que, posteriormente, se supo que él mismo había admitido en un escrito dirigido a la Fiscalía. "Es Hacienda quien le debe dinero a él", llegó a decir la presidenta madrileña.

Este lunes, sin embargo, la líder regional decidió dar un paso atrás en su nuevo aparición pública y centró su mensaje en afirmar que ella tan solo responde por la Comunidad de Madrid, que “no tiene nada que ver con esta historia”. Un giro sustancial en su discurso, tanto en el fondo como en la forma al alejarse de cualquier cosa que haya podido hacer su pareja, que se ha entendido mucho mejor dentro del PP.

Algunos barones del partido también admiten que las declaraciones públicas y privadas de Miguel Ángel Rodríguez atacando a determinados periodistas por publicar estas informaciones "no tienen un pase" y manchan la gestión de esta polémica. "En circunstancias normales, lo normal sería que dimitiera", asegura uno de estos líderes a El HuffPost.

"A ver si llega la Semana Santa y pasa el tema", resume una fuente a este medio.