Modifican el espacio aéreo de Barajas para despegues y aterrizajes

Modifican el espacio aéreo de Barajas para despegues y aterrizajes

Según Enaire, esta decisión supondrá una mejora de la eficiencia de las operaciones aéreas "y una mejora de la calidad de servicio, de consumo de combustible y de emisiones".

Torre de control de la Terminal 3 del Aeropuerto de Madrid-Barajas.Oscar J. Barroso / Europa Press

Enaire ha implantado, desde el pasado jueves, el Proyecto Ambar en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, lo que supone la modificación del espacio aéreo. Este proyecto posibilita, entre otras mejoras, el modo de operación mediante aproximaciones independientes en las pistas paralelas actuales.

Según el gestor nacional de navegación aérea español, esta decisión supondrá una mejora de la eficiencia de las operaciones aéreas "y una mejora de la calidad de servicio, de consumo de combustible y de emisiones".

Desde Enaire han justificado esta modificación —que también se llevará a cabo en otros aeropuertos de su red con pistas paralelas— en la necesidad de “satisfacer los requisitos normativos que están actualmente dispuestos para los años 2024 y 2030 en el Reglamento Europeo de Ejecución (EU) 2018/1048, respecto a la necesidad de disponer de unas rutas de salida y llegada instrumental, así como unas aproximaciones diseñadas con tecnología avanzadas”, según ha informado Flynews

Los aviones que aterrizan en este aeropuertos, hasta ahora —y según explica el mismo medio—, son dirigidos a unos puntos fijos desde los que se inicia la aproximación para el aterrizaje. Un controlador aéreo, así, debe ajustar las alturas y velocidades de los aviones para colocarlos en secuencia manteniendo una distancia mínima de 1,5 millas (2,8 km) diagonal entre dos aviones en aproximación a cada una de las pistas. 

Con el nuevo espacio aérea, ahora la aproximación será guiada por dos controladores. Uno para cada pista hasta poner en comunicación a la tripulación con el controlador de torre correspondiente. Con esto se pretende reducir la separación entre aviones a diferentes pistas, lo que permite, por ejemplo, aterrizajes en paralelo. Esto permite aumentar el número de operaciones sin afectar a la seguridad.

Para ello, se ha establecido un plan de transición que se aplicará durante las primeras semanas mientras controladores y pilotos se adaptan a los nuevos procedimientos. Desde Enaire destacan que los nuevos procedimientos “no tendrán afección ni en las huellas de ruido ni en los horarios”.