La AEMET revela un traspiés de récord en el tiempo del fin de semana

La AEMET revela un traspiés de récord en el tiempo del fin de semana

No es una buena noticia.

Los paraguas se quedarán en casa durante este fin de semana en la mayoría de la Península EFE/Lavandeira jr

Llega el tercer fin de semana de diciembre, y pese a que el calendario nos dice que en esta época del año los días deberían estar marcados por la lluvia en gran parte de la Península, la realidad es que las próximas 72 horas estarán protagonizadas por un anticiclón de récord.

Es poco habitual que tenga lugar un anticiclón tan potente en estas fechas. Las presiones máximas se situarán alrededor de los 1040 hectopascales (hPa) en zonas de la Península y Baleares.

La previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) indica que se avecina un cambio de tiempo de cara al fin de semana. Las precipitaciones que han estado presentes durante los últimos días en el Cantábrico y Pirineos se marcharán progresivamente para dejar paso a la estabilidad meteorológica.

En consecuencia, la predicción oficial del organismo apunta a que este viernes por la mañana “la lluvia será residual en el Cantábrico” y a que el capítulo de precipitaciones se completará con “nevadas débiles en el Pirineo”. En el resto de la Península, el ambiente será soleado.

Con el paso de las horas, en líneas generales, “se impondrá el anticiclón, con tiempo seco y soleado y aparecerán nieblas”. Además, “amainará el viento, tenderán a remitir las precipitaciones y habrá ascenso térmico”, señala la Agencia Estatal de Meteorología.

De cara al fin de semana, la AEMET prevé que ese anticiclón de récord cause “tiempo soleado y la formación de nieblas en los valles”. De hecho, en los mapas de símbolos del organismo para el sábado y el domingo no se observa ni una sola gota de lluvia.

Un anticiclón de esta magnitud es una mala noticia, ya que se produce en un periodo en el que las precipitaciones deberían repartirse por la Península y en un contexto de sequía en el que varias zonas españolas, como Cataluña o el suroeste de Andalucía, están extremamente necesitadas de agua.