España, camarera de Europa

España, camarera de Europa

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El cortoplacismo de las políticas neoliberales del PP ve exitoso nuestro modelo turístico. Y lo ha sido, en efecto. Un éxito, pero únicamente para las grandes cadenas hoteleras. El modelo turístico de sol y playa tiene un lado oscuro. Una dimensión que nos habla de camareros que cobran 2 euros la hora, de camareras o limpiadoras de hotel que trabajan bajo condiciones de verdadera explotación, nos habla de externalizaciones de servicios para rebajar unas condiciones de trabajo de por sí ya devaluadas. Un modelo que no protege ni preserva nuestro medio natural, un modelo que no ofrece futuro a nuestros jóvenes, que se ven abocados a la estacionalidad y la temporalidad, con jornadas de trabajo de muchas más horas de las que se reconoce en su contrato, en el feliz caso de que lo haya.... Las grandes cifras del sector no deben engañarnos: las cifras récord del turismo en España se alimentan de la precariedad laboral del sector.

Un modelo depredador, muy poco respetuoso con el medio ambiente, que usa los recursos de un medio finito como si nunca fueran a agotarse, que destruye ecosistemas e invade zonas que deberían preservarse .

Las cifras del turismo en España se alimentan de la precariedad laboral del sector, pero el PP y la señora Bonig manejan una visión de la realidad recortada a su medida, que deja fuera de su campo visual a las personas. El turismo competitivo a costa de la precariedad laboral, la temporalidad y el modelo depredador de burbuja insostenible que las políticas del PP defienden y en las que vienen profundizando desde 2011, es la visión autocomplaciente del "pan para hoy y hambre para mañana".

En efecto, el turístico es uno de los sectores que mejor ha aguantado la crisis, pero a la vez es, en proporción al volumen de negocio que genera, el sector en el que hay menos personas contratadas y en peores condiciones. Además, este empleo sólo sirve para engordar las estadísticas. Es un empleo tan mal remunerado, que apenas contribuye a engrosar la caja de las pensiones ni la caja del IRPF, porque la mayor parte de los contratados cobra menos de 12.000 euros al año y no tributan.

El actual modelo turístico no sólo fomenta las desigualdades y la segmentación laboral, sino que además resulta medioambientalmente insostenible.

Y es que hablar de crecimiento no implica necesariamente hablar de desarrollo.

Del empleo creado, el 72,86% de los contratos han sido temporales -y, de ellos, la mitad a tiempo parcial-. En una ciudad como Benidorm, la temporalidad es del 94.92% en el sector de la hostelería.

La segmentación y las diferencias entre la clase trabajadora son crecientes. Una camarera de piso contratada por una empresa multiservicios tiene un salario medio de 700€, mientras que una empleada contratada directamente por el hotel o a la que se le aplica el Convenio Sectorial de Hostelería de Alicante cobraría unos 1.100.

Se considera que se produce desarrollo económico cuando el crecimiento económico se distribuye entre toda la población, de tal suerte que mejoran los niveles de vida de todos en conjunto. El actual modelo turístico no sólo fomenta las desigualdades y la segmentación laboral, sino que además resulta medioambientalmente insostenible.

Un modelo de turismo masivo, de sol y playa, barato y de poco valor añadido, depredador del medio ambiente, con alta estacionalidad y basado en el empleo precario no es el modelo de turismo que deseamos para nuestra comunidad

Tenemos que crear un tejido turístico potente a través de una cadena de valores altamente calificada en materia de inclusión, cultura, patrimonio, gastronomía, entorno y naturaleza.

Tenemos que trabajar por que toda inversión hecha en materia turística tenga su regreso retorno tanto económico como social, para que hablemos del turismo como motor de desarrollo –y no sólo de crecimiento- de nuestras comarcas.