En la pasada edición de los Goya, en 2015, la de Penélope Cruz fue una aparición estelar. La actriz no pisaba la gala madrileña desde la edición de 2010, cinco años atrás, y entonces llegaba sin nominación pero lista para ver cómo le entregaban el Goya de Honor a Antonio Banderas, para ser la protagonista de los chistes de Dani Rovira y para entregar el galardón a la Mejor Película, que se llevó La isla mínima.
Este año, Cruz ha entrado a lo grande en la alfombra roja. La ganadora del Oscar por Vicky, Cristina, Barcelona lleva dejándose ver en Madrid, donde ya vive, en varios actos durante los últimos meses: el estreno de Zoolander 2, la presentación de su cortometraje contra la leucemia infantil, los premios Feroz… y no se podía perder el evento más importante del cine español, los Goya.
La actriz, nominada por la película Ma Ma de Julio Medem, ha dado la sorpresa al acudir al Palacio de Congresos junto a su marido, Javier Bardem. Ataviada con un vestido negro de escote palabra de honor diseñado por Versace especialmente para ella.
Javier Bardem ha acudido a la gala con un esmoquin de Gucci.
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