El drama sanitario sigue en Madrid con otra huelga: “Estudio un máster para dejar la pediatría”

El drama sanitario sigue en Madrid con otra huelga: “Estudio un máster para dejar la pediatría”

El lunes se inicia un paro de médicos de familia y pediatras por la sobrecarga de pacientes en la región: “Es una situación de descontrol total. Estoy deseando cambiar de trabajo”.

Una sanitaria en el PAC Ángela Uriarte de Madrid, junto con unos carteles que rezan 'Urgencias Cerradas, tu salud vendida', el 21 de octubre de 2022 en Madrid.Eduardo Parra/Europa Press via Getty Images

Laura es incapaz de contener las lágrimas en un momento dado de su conversación con El HuffPost. “Perdóname”, se disculpa la mujer. “Ya estuve tres meses de baja por ansiedad y depresión por todo este tema laboral”, dice. Laura, pediatra, trabaja desde hace cuatro años en un centro del sur de Madrid que prefiere no citar, como su apellido. No oculta que teme represalias. 

Hablamos con ella con motivo de la huelga de médicos de familia y pediatras en la Atención Primaria de la Comunidad de Madrid que arranca este lunes. Y nos encontramos a una sanitaria tan “desanimada”, tan destrozada y quemada, habiendo visto tanto ninguneo a las protestas a lo largo de su trayectoria laboral, que a estas alturas le quedan pocas esperanzas de que la situación mejore. 

Las aguas están, aparentemente, algo más calmadas desde que este jueves la Consejería de Sanidad y el sindicato de médicos AMYTS alcanzaran un acuerdo para desconvocar la huelga en las urgencias extrahospitalarias. Pero el conflicto en el sector sanitario de la Comunidad de Madrid está lejos de terminar. El 21 de noviembre comienza la huelga en la Atención Primaria para la que están convocados más de 4.000 médicos y 720 pediatras de la región.

Me estoy formando con el objetivo de dejar la pediatría. Esa es la realidad

Pese a su desánimo, Laura la secundará. Pero sabe que su futuro ya no pasa por la medicina infantil: hace un año decidió apuntarse a un máster para buscar otra salida profesional. “Me estoy formando con el objetivo de dejar la pediatría. Esa es la realidad”, dice.  

9 de cada 10 médicos madrileños, agotados

Un estudio elaborado por el Observatorio de Salud Mental del Colegio de Médicos de Madrid reveló a finales de octubre que el 92% de los médicos madrileños de Atención Primaria y urgencias extrahospitalarias afirman haber sufrido agotamiento emocional en el trabajo. El Colegio de Médicos expresó su preocupación por “el aumento de profesionales que han requerido ayuda relacionada con la salud mental tras la pandemia”. “El porcentaje que más me asusta es el del síndrome de burnout [agotamiento, desgaste], que cada vez se observa más en médicos jóvenes”, dijo al presentar el informe Manuel Martínez-Sellés, presidente de la institución. 

Cuando Laura trata de describir la situación que vive, utiliza palabras como “descontrol total”, “mucha sobrecarga asistencial”, “carga mental”. “Esto no es nuevo, llevamos desde antes de la pandemia”, reconoce Laura. “No dar abasto significa tener una agenda programada de 25 pacientes y acabar viendo hasta 50 en una tarde. Eso implica tener a pacientes citados en el mismo minuto, a las 18:01, a las 18:02, a las 18:03… Obviamente, no das un minuto por paciente”, explica. Por otro lado, su jornada acaba oficialmente a las seis.

No dar abasto significa tener una agenda programada de 25 pacientes y acabar viendo hasta 50 en una tarde

Igual que a sus pacientes les desmoraliza la hora de espera que tienen que soportar en el centro de salud hasta ver a la pediatra, a Laura le frustra no poder llegar a todo como debería. “La demanda es infinita, no hay un límite de pacientes. Cualquier paciente que venga va a ser atendido, y como estoy yo sola cargo con absolutamente todo lo que va llegando, porque en Atención Primaria no hay triaje cuando entra el paciente”, abunda la médica. 

“No es falta de médicos: los que somos nos estamos yendo”

Laura se ve física y mentalmente saturada, pero lo que peor lleva es que sus pacientes queden desatendidos. “Puedo tener un montón de niños esperando en la sala y no saber si alguno está más grave. Me ha ocurrido atender primero a niños que venían por cosas totalmente banales y luego encontrarme con que otro niño llevaba esperando más de una hora con una crisis asmática”, lamenta la mujer. Luego “te vas a casa con la carga mental, con la sensación de que no lo has hecho bien del todo, repasando uno a uno los pacientes que has visto”, relata. “Es una situación de descontrol total. Personalmente, estoy deseando cambiar de trabajo”. 

Te vas a casa con la carga mental, pensando que no lo has hecho bien del todo y repasando uno a uno los pacientes que has visto

Laura sabe que no es la única que vive una situación parecida en la sanidad. El problema “no es una falta de médicos ni es una falta de pediatras: los que somos y los que hay nos vamos yendo”, zanja. “Estamos exportando médicos a muchísimos países y, desde Madrid, a muchas comunidades autónomas”, explicaba este jueves Ángela Hernández, secretaria general del sindicato AMYTS. “Faltan médicos porque las condiciones de ejercicio a las que los están sometiendo hacen que no puedan ejercer bien su trabajo”, señalaba. 

Laura afirma que “la gente busca otras opciones, no ya sólo irse a otra comunidad o a otro país, sino formarse en algo que no tenga que ver con la asistencia sanitaria”. “Salud pública, empresas privadas, farmacéuticas, visitadores médicos”, enumera. “Yo misma quiero irme”. 

  El PAC de Pirámides, cerrado, el 4 de noviembre de 2022 en Madrid. Alberto Ortega/Europa Press via Getty Images

El modelo madrileño de pediatría, “diez años en riesgo”

Según el sindicato AMYTS, el modelo de Pediatría en Atención Primaria lleva “diez años en riesgo en la Comunidad de Madrid”. Ante la falta de pediatras, la Administración propuso en su momento que “médicos de familia hicieran de pediatras”. Explica Ángela Hernández que, como tras la última reforma laboral no se pueden hacer contratos eventuales, “cientos de estos profesionales que llevan más de dos décadas atendiendo a niños en Madrid” se quedan ahora sin “una respuesta ni un desarrollo profesional adecuado”. Han sido “utilizados durante unos años” y ahora dejados en un limbo, critica la secretaria general de AMYTS. 

Eduardo Olano hará huelga como médico de familia, pero reconoce que la situación de sus colegas pediatras es especialmente sangrante. “La atención pediátrica está seriamente resentida” en la región, señala. “Hay menos pediatras en Madrid que linces ibéricos”, comenta con sorna. Laura conoce “casos de médicos que llevan 20 años en pediatría”, a los que “volver a ver adultos les supone un miedo terrible”. “Supone mucho a nivel de adaptación, de conocimientos… de todo”, incide la pediatra.

La atención pediátrica está seriamente resentida. Hay menos pediatras en Madrid que linces ibéricos

Según datos de AMYTS, de los 155 pediatras que terminaron su residencia en Madrid en 2021 y 2022, sólo seis eligieron quedarse en el SERMAS. Las cifras en medicina de familia son semejantes: “En los dos últimos años, Madrid ha tenido la oportunidad de fidelizar a 443 nuevos médicos de familia que terminaron su residencia, pero apenas 37 eligieron los contratos ‘estables’ que les ofrecía la Consejería de Sanidad”. 

“No pedimos algo exorbitado: atender con 10 o 15 minutos”

Ángela Hernández apunta que la huelga indefinida que comienza este lunes en Atención Primaria busca que “los médicos puedan ejercer una medicina de calidad, con 31 pacientes por día, y que los pediatras atiendan a 15”. “No pedimos algo exorbitado: que nos atiendan con 10 o 15 minutos. ¿Qué atención, si no?”, planteó este jueves Hernández, ante los medios. 

“Un médico de familia que tenga que atender cada día a 50 o 60 pacientes, todos los días de la semana, todas las semanas del año, es un profesional que, al final, sólo puede quebrarse. Y cuando llegamos a este punto, estamos en una situación muy, muy peligrosa para la asistencia de todos”, advirtió la cirujana y secretaria general de AMYTS. 

Estuve tres meses de baja, con medicación, me reincorporé a marchas forzadas

Laura, la pediatra que prefiere mantener el anonimato, ya tuvo su particular ‘quiebra’. Ocurrió hace algo más de un año, cuando la situación de desborde la llevó a pedir ayuda al Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), “un servicio de psiquiatría que ofrece el Colegio de Médicos para sanitarios”, explica. “Estuve tres meses de baja, con medicación, y me reincorporé a marchas forzadas con la condición de que quería una reducción”, cuenta. 

  Manifestación del 13-N en Madrid por la sanidad pública. Aldara Zarraoa via Getty Images

“No tengo mucha fe en que se consiga nada”

Desde el próximo lunes, Laura secundará la huelga, aunque sospecha que le tocará trabajar. “Soy la única pediatra que está por la tarde, así que nunca he podido hacer huelga”, se queja, al ser considerada servicios mínimos.

Aun así recalca su falta de expectativas. “Has ido a dar con una pediatra muy desanimada. Tampoco tengo mucha fe en que se consiga nada”, dice. “Es un problema que tiene unas raíces tan profundas que, sinceramente, ni siquiera sé cuál es la solución”, admite. “Pero haré la huelga por mis pacientes y por mis compañeros, por si hay un atisbo de mejora”.

Laura cuenta que la gota que ha colmado el vaso, esa que le ha hecho querer dejar realmente su trabajo, ha sido la campaña de descrédito que los sanitarios están sufriendo por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid. “Eso es lo que más me revienta. Es ahí cuando pienso que lo dejo todo”, lanza la pediatra. “No quiero decir palabras malsonantes, pero ahí sí pensé en dejarlo todo. Mis seis años de carrera, mis cuatro años de especialidad y toda mi formación al final me servirán sólo para tratar a mi hija”, se lamenta.

Cuando oigo eso de que somos unos vagos o unos egoístas, lo único que me dan ganas es de dejarlo, y ya está

La pediatra considera que el “discurso” de la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que ha acusado a los sanitarios de “boicotear” el sistema, “cala mucho en la población”. “En defensa de mis pacientes, tengo que decir que la mayoría son estupendos, y si me duele lo que estoy contando es sobre todo por ellos, porque me duele dejarlos”, dice. Pero “cuando oigo esas declaraciones, cuando oigo eso de que somos unos vagos o unos egoístas, lo único que me dan ganas es de dejarlo, y ya está”, asegura la mujer.

Laura describe su sensación ya no tanto como un “enfado” o una “necesidad de reivindicación”. “Para mí, es hastío, son ganas de dejarlo. Si mi trabajo no vale, si soy una vaga o una egoísta, pues efectivamente lo voy a dejar”, zanja, al borde del llanto. 

Laura tiene un contrato de interinidad, y no sabe qué pasará con esa plaza si en algún momento llega a dejar su trabajo actual. “Cuando en mi centro no hay pediatra, se pone lo que llamamos centro espejo: si un niño lo necesita lo mandan a otro centro de salud cercano, pero previamente lo tiene que ver un médico de familia, que intenta resolver lo que le pasa”, explica. Cree que ese puede ser el futuro de los centros de salud con dificultad para encontrar pediatras. “Cada vez habrá más médicos de familia que, entre adultos, vean niños”, augura.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es