El turismo se ha consolidado como una de las industrias más contaminantes: representa el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, de las que el 12% corresponden a los viajes aéreos. Según un estudio publicado en la revista Nature Climate Change este mismo año, el impacto del turismo en la naturaleza crecerá hasta el 40% en 2025 si no se cambian las políticas y los hábitos.

Cierto es que uno de los principales contaminantes de la industria son las emisiones de CO2, pues los viajes están indisolublemente unidos a los trayectos en avión. Pero no solo las emisiones de CO2 son las encargadas de colocar al turismo en esa nada envidiable posición. Se calcula que cada año se vierten en mares y océanos más de 8 millones de toneladas de plásticos, a lo que en buena medida también contribuye el sector: millones de viajeros generan millones de toneladas de residuos plásticos que ensucian nuestros mares y nuestras playas. Por último, no hay que olvidar el daño que causan en espacios naturales de gran valor los cientos y cientos de personas que los visitan al día.

Si 2017 fue el Año Internacional de Turismo Sostenible y el lema de la Organización Mundial del Turismo fue Viaja, disfruta y respeta, 2018 quiere seguir trabajando en este sentido y se quiere consolidar como el año en el que los avances tecnológicos, el 'big data', la inteligencia artificial y las plataformas digitales se ponen al servicio del crecimiento del turismo sostenible y responsable.

Impulsar el cambio hacia una forma de viajar respetuosa con el entorno es responsabilidad de todos los agentes que forman parte de este sector: instituciones, empresas y viajeros. Como viajeros, debemos tomar conciencia de lo que hemos estado haciendo y tomar algunas medidas desde ya: planificar bien el viaje y prescindir de desplazamientos innecesarios, viajar en transporte público, respetar la fauna y la flora de los lugares, intentar generar los mínimos residuos, consumir productos del lugar que visitamos...

Ola de cambio

Desde el punto de vista de las empresas implicadas, son numerosas las compañías del sector que hacen gala de su Responsabilidad Social Corporativa y las medidas para hacer efectiva la gestión responsable de los impactos que la actividad genera sobre el medio ambiente son una parte esencial de su forma de actuar.

Una de estas compañías es el Grupo Iberostar y su proyecto Ola de Cambio que, diseñado en línea con el Objetivo 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, trabaja sobre tres pilares: reducción del consumo de plástico, fomento de la pesca sostenible y mejora de la salud costera.

Se calcula que cada año se vierten en mares y océanos más de 8 millones de toneladas de plástico. Si no se toman medidas en 2050 habrá más plásticos que peces en el mar. Para contribuir a evitarlo, Iberostar está sustituyendo los productos plásticos de un solo uso por alternativas reutilizables o de materiales menos nocivos para el medioambiente. Gracias a esta iniciativa, sus hoteles eliminan hasta 300 toneladas de desperdicios cada año en España.

Entre otras medidas, han sustituido botellas, amenities, bolígrafos, bolsas de lavandería... todo de plástico, por botellas de cristal y dispensadores de plástico reciclado, bolsas vegetales y envases ecológicos. También han puesto en marcha una campaña de concienciación y eliminación de las tradicionales cañas de plástico con lo que han conseguido prescindir de 10 millones de unidades y las han sustituido por otras biodegradables.

En lo que al fomento de la pesca sostenible se refiere, cuatro de sus restaurantes han obtenido el certificado de cadena de custodia del pescado sostenible, lo que acredita su compromiso con el fomento y el desarrollo de la pesca responsable.

La tercera línea de actuación ha supuesto el desarrollo de un ambicioso proyecto de investigación en arrecifes coralinos y ha creado, junto a la Universidad de las Islas Baleares, la Cátedra Iberostar del Mar para el fomento de la investigación de la ecología marina y la formación de nuevos equipos de investigación.

En definitiva... Estamos ante una nueva manera de hacer turismo, una forma responsable de disfrutar de todo lo maravilloso que hay detrás de un viaje, sabiendo que es responsabilidad de todos que los que vienen detrás también lo disfruten.