'Supermartes' en EEUU: Trump y Biden, los favoritos en el día en el que se decide casi todo

'Supermartes' en EEUU: Trump y Biden, los favoritos en el día en el que se decide casi todo

Este 5 de marzo, están en juego un tercio de los delegados que tanto los aspirantes republicanos como los demócratas necesitan para ser candidatos formales a la Casa Blanca. Aunque no se esperan sorpresas, una cita como no se ha visto nunca. 

Un cartel de voto y una bandera estadounidense ante uno de los puntos de elección de las primarias de Michigan, en Dearborn, el pasado 27 de febrero.Paul Sancya / AP

Estados Unidos celebra este 5 de marzo una megajornada electoral que recibe, con justicia, el nombre de Supermartes. En un año electoral, con los partidos decidiendo en primarias y caucus cuáles serán sus candidatos a la Casa Blanca, este día es clave porque votan hasta 15 estados y un territorio. Esto es, se decide prácticamente un tercio de los delegados totales que tienen que ratificar al candidato final y un 70% de los necesarios para, matemáticamente, asegurarse esa elección. 

Por eso, decir que se decide casi todo no es exagerado. Quedará el margen mínimo de las sumas exactas y los milagros, pero la suerte, en gran medida, estará echada.

Las previsiones son claras. En el lado demócrata, el actual presidente, Joe Biden, se impondrá porque tiene frente a él a dos rivales desconocidos para la inmensa mayoría del país y que no superan ni el 3% de los apoyos, cita tras cita. Y en el republicano, Donald Trump está arrasando en su pelea con Nikki Haley y no se esperan cambios de guión en estas 24 horas de sprint. Dos presidentes, presente y pasado, dos mandatarios investigados, serán, si nada cambia, quienes vuelvan a verse en las urnas el 5 de noviembre próximo. 

Quién vota, qué se vota

Por ahora, se han llevado a cabo las primarias y caucus en Iowa, New Hampshire (sólo republicanos), las Islas Vírgenes, Nevada, Carolina del Sur, Idaho, Misouri y Dakota del Norte (de nuevo, sólo republicanos). Ahora, en este martes especial, es el turno de Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont, Virginia y el territorio de la Samoa Americana, los 14 tradicionales del primer martes del mes de marzo, a los que este año se le añade como novedad California, que tradicionalmente las realizaba en junio y donde se juega el mayor número de delegados. Además, se revelan los resultados de los votos por correo de los demócratas en el estado de Iowa, que han estado emitiendo sus votaciones por esta vía durante las últimas semanas.

Hay estados en los que los delegados se reparten en proporción a los votos logrados y otros en los que quien logre se primero se los lleva todos. 

La primera vez que se realizaron tantas elecciones primarias a un tiempo fue en 1976, cuando seis estados acudieron a las urnas en el mismo día del mes de mayo. De ahí en adelante se empezó a acuñar el término de Supermartes y se volvió popular en la década de 1980. ¿Por qué martes y no domingo, como suele ser en Europa? Desde el siglo XIX, el Congreso estadounidense aprobó una ley para que los comicios no interfirieran con el descanso de los trabajadores ni con los días de culto religioso, así que domingo descartado. 

Este 2024, en este día nonstop están en juego 874 de los 2.429 delegados republicanos totales, es decir, el 36%. Para cuando el Supermartes termine, se habrán asignado 1.151 de los totales de esta temporada primaria, hasta 2.429. Falta poco, pues, para la cifra mágica de los 1.215, que es el mínimo que debe lograr un aspirante para ganarse la nominación a las elecciones de noviembre. El exmandatario Trump ya cuenta con 244, mientras que la que fuera su embajadora ante la ONU exgobernadora de Carolina del Sur, Haley, lleva 43, tras ganar el domingo mismo 19 en Washington D.C. Es, hasta ahora, su primera y única victoria sobre el magnate. Los candidatos tienen hasta el 12 de marzo para lograr sus votos mínimos. 

Donald Trump y Nikki Haley, en sendas imágenes de la campaña de primarias.AP

En el caso de los demócratas, el total de delegados que se juega en todas las primarias y caucus es de 4.672, de los que 1.420 salen del Supermartes, un 36,5 %. La nominación la garantizan 1.968. El actual inquilino del Despacho Oval, Biden, cuenta con 206 ya y las previsiones son de que arrasará de nuevo, porque su formación ha cerrado filas con el aspirante a la reelección, pese a las dudas que generan su edad y su salud. Los progresistas tienen hasta el 19 de marzo para llegar a los votos necesarios para lanzar a un candidato. 

Marianne Williamson, Joe Biden y Dean Phillips, los aspirantes a candidatos demócratas.AP

En todo este proceso, lo que está en juego es el número de delegados que tendrán el voto final sobre el candidato, como una primera meta volante, estado a estado. No se vota directamente al dúo republicano o al trío demócrata, sino que de acuerdo con el voto popular en cada primaria, los candidatos van sumando delegados, que serán al fin los representantes en la convención de nominación presidencial de cada partido. Las republicanas serán en julio y las demócratas, en agosto. 

Esos delegados pueden ser "comprometidos", que deben apoyar al candidato que fue elegido en su estado, y o "no comprometidos" o superdelegados, los que no están obligados a prometer su apoyo a ningún aspirante presidencial y dejan siempre cierto margen de emoción en las convenciones. En el caso del Partido Republicano, este año tiene 2.272 delegados comprometidos y 157 delegados no comprometidos. En el de los demócratas, hay 3.934 delegados comprometidos y 738 superdelegados.

Que voten 16 estados o territorios, en 13 primarias y tres caucus, ya es lo suficientemente importante como para concentrar el foco en este 5 de marzo, pero es que, además, en el Supermartes votan dos de los estados más definitorios por el número de delegados en juego: California y Texas. 

En las primarias republicanas, el primero de estos estados es determinante porque hay 169 delegados en liza. Una encuesta del Instituto de Estudios Gubernamentales UC Berkeley muestra un favoritismo del 67% a favor de Trump, lo que podría darle el impulso radical desde una fase temprana de la contienda. La misma tendencia registrada en los estados que han pasado ya por esta criba. "Lo significativo de este dato es que apuntaría a un beneficio para Trump con el cambio de reglas en el Partido Republicano en California, ya que este año los 169 delegados se asignarán al candidato que gane más de 50% de los votos", detalla el diario The New York Times.

Texas tampoco es poca cosa. Se disputan 161 delegados republicanos y 244 demócratas. En este caso, números aparte, es un estado muy querido para Biden porque ganó las primarias en ese estado del sur en 2020, aunque perdió en las generales ante Trump, por ser un bastión tradicionalmente republicano. Fue la consolidación de su campaña. 

Qué se juegan los republicanos...

En el caso republicano, la lucha se ha quedado en dos: Trump y Haley. Otros nombres que empezaron la carrera, como Ron DeSantis, Vivek Ramaswamy, Asa Hutchinson y Chris Christie, se han quedado por el camino, incapaces de seguirle la rueda al líder.  

Pese a que arrastra cuatro procesos penales en los tribunales que han de verse en este mismo año electoral, Trump ha hecho de su debilidad, virtud, convirtiendo el relato de su supuesta "caza de brujas" en un imán para votantes y donantes. Cualquier otro candidato habría sido incapaz de darle la vuelta a una situación tan crítica, con investigaciones por torcer la legalidad en las elecciones de 2020 o por mantener documentos secretos en casa e impedir que las autoridades accedieran a ellos

Haley se va arrastrando, pero no tira la toalla. Incluso da pares y nones sobre si lo hará aunque pierda vistosamente este martes. El americanista Sebastián Moreno explica que "llega débil, con pocos delegados y con victorias de hace horas de Trump en Misouri, Idaho y Michigan", por más que haya tenido el "éxito puntual y simbólico" de ganar en la capital del país. 

"Matemáticamente es casi imposible la remontada y va a tener que tomar una decisión, porque se amplía la desventaja en delegados y porque también se resiente en lo financiero". Recuerda que la fundación conservadora Americans for Prosperity le ha retirado su apoyo, cuando era su principal bastón. Los hermanos Koch, sus impulsores, lo han visto demasiado complicado. 

¿Por qué sigue Haley, entonces? Moreno cree que hay en ella una suma de estrategia, vista larga y voluntad. "Estaba esperando a que los procesos judiciales de Trump le estallaran en la cara, pero se van retrasando y se alejan del proceso de primarias. No han tenido el efecto que ella anhelaba, lo mismo que lo anhelaba Biden", dice. "Sigue porque aún espera que los desafíos legales que tiene Trump por delante le hagan mella o lo descalifiquen para la carrera a la Casa Blanca, que pierda fondos de aquí a entonces", a veces ha dado el plazo de junio porque es cuando se puede ver si los delegados finales tienen o no verdaderas dudas sobre si avalar a un candidato tan embarrado en los tribunales.  

Incluso, plantea su resistencia por si la salud del expresidente también "le juega una mala pasada". En junio cumplirá 78 años, por eso últimamente elude criticar también la edad de Biden -hará 82 en noviembre-. Esa lectura no es sólo cortoplacista, sino que se extiende a las elecciones por venir. "Cuanto más aguante, cuanto más dinero y apoyos recaude, más fácil le puede ser emprender de nuevo la carrera por la candidatura cuando ya Trump no sea un aspirante con el que competir", por ejemplo, en 2028.

Y también está la convicción. "A Haley no le gusta Trump. No lo quiere como líder de su partido y, aunque parezca que todo el republicanismo se ha doblegado ante él, no es así. Quedan reductos de conservadores más moderados y ella entiende que esos votantes necesitan un candidato que les responda", señala el experto, insistiendo en que ella ha logrado apoyos en cuatro de los seis estados testados hasta ahora y eso lo entiende como un respaldo. También, en que las personas que viven en los suburbios de las grandes urbes y con estudios universitarios la han apoyado en buena medida, cuando Trump arrasa en pueblos pequeños y en lo rural. El segmento de población en el que ella cae mejor fue el que Biden conquistó por encima de Trump y le dio la presidencia hace cuatro años.  

Las posibilidades de que la aspirante tenga el viento de cara son pocas, los procesos de Trump se van dilatando y la bomba judicial, si la hay, puede estallar hasta después de las elecciones. El cada vez menos multimillonario insiste en la inmunidad de sus actos y confía en vencer el 5N, nombrar un nuevo fiscal general y borrar todos los procesos que hay en su contra. 

Tan fanfarrón está con el asunto que Haley ha dicho incluso que, si cae, se pensará si lo apoya o no en lo que resta de año electoral. La exembajadora firmó un documento de partido en el que se comprometía a hacerlo, pero no deja de repetir que duda de que se lo merezca porque teme que no respete la Constitución. 

Este lunes ha llegado la esperada sentencia del Supremo de Estados Unidos, que ha declarado finalmente inconstitucional la expulsión del expresidente Trump de las primarias republicanas en Colorado, un fallo que le allana el camino para ser elegido como el candidato de su partido a la presidencia. La decisión del máximo tribunal llega, por lo tanto, la víspera del este 'supermartes', lo que podría afectar también a denuncias similares que han interpuesto los estados de Maine e Illinois.

... y qué se juegan los demócratas

Biden no ve obstáculos por delante. Sus oponentes no son pesos pesados del Partido Demócrata. Ninguno de esos cuadros ha levantado la voz contra el presidente. Sólo lo han hecho Marianne Williamson, famosa escritora de libros de autoayuda, y Dean Phillips, que sí es congresista (por Minnesota, desde 2019) y empresario. Los dos lo atacan, sobre todo, por su edad y sus lapsus, por su capacidad de llevar a cabo con bien las labores del líder de la mayor potencia del planeta. 

En un intento de ser más abiertos, los demócratas contemplan en sus reglas que los votos "no comprometidos" o "sin preferencia" obtengan delegados, en caso de ser elegibles al alcanzar el umbral de votos del 15%, ya sea a nivel estatal o en un distrito legislativo. "Estos delegados que llegarán a la convención demócrata de mediados de año y pueden elegir a quién respaldar, han sido lo único que separa a Biden de una victoria absoluta hasta el momento", dice Moreno. 

Y eso es lo que ha pasado en Michigan, donde la opción de voto "no comprometido", o crítico, obtuvo dos delegados. "Es un estado con mucha gente joven y un porcentaje alto de norteamericanos de origen árabe y musulmanes que se han manifestado así contra sus políticas en Oriente Medio", explica. Porque, aunque las críticas de palabra desde Washington a Israel se multiplican con los días, los hechos siguen siendo los que son: ayuda militar y vetos a resoluciones en Naciones Unidas. Siete estados del Supermartes ofrecen una opción similar al voto "no comprometido". En total, más de 100.000 votantes demócratas le dieron la espalda. Una cantidad tal que en noviembre le haría perder el estado, directamente. 

Algo muy raro tiene que pasar para que Biden no sea proclamado este verano. El respaldo de su fuerza está, pero no tanto el del común de los votantes. Continúa con una alta desaprobación a su gestión, un 56% según Real Clear Politics, y en una cuestión clave como la economía, la confianza que depositan los norteamericanos en él es del 33%, frente al 55% de Trump. Una paradoja, porque justo el demócrata lo ha hecho bien en ese plano pero no cala su autoría o su esfuerzo. "Ahora mismo, la economía y su salud son sus dos grandes desafíos", dice el historiador. 

Las encuestas de intención de voto nacionales no son mejores para Biden. Todas las del último mese dan por delante a Trump, salvo una, de The Economist, que da un empate al 44% de los votos. Las demás, plantean horquillas que dan diferencias de entre uno y seis puntos entre los dos aspirantes, siempre a favor del republicano. Malos datos y en estados clave (Georgia, Carolina del Norte, Nevada, Arizona, Michigan, Wisconsin...) y con el horizonte de ver a Trump sometido a los jueces cada vez más lejano. Era su esperanza. Ya no la ve. Sólo al magnate subiendo, haciéndose el mártir.  

Quedan unos meses de enorme tensión pero al menos, desde este Supermartes, los números estarán más claros.