Comer mientras miras el móvil: una técnica nutricionista destapa consecuencias que no has pensado

Comer mientras miras el móvil: una técnica nutricionista destapa consecuencias que no has pensado

Cuando ni te enteras de lo que comes, ni disfrutas de ello ni eres consciente de que estás comiendo, te estás perjudicando.

Pareja mirando el móvil en un restauranteAleksandar Georgiev Vrzalski

Comer mientras estás usando el móvil tiene consecuencias sobre tu salud. ¿No lo habías pensado? ¿Te parece exagerado? Pues no lo es. Hay una serie de razones por las cuales debes centrarte en los que haces para hacerlo bien. 

En cualquier caso, en lo que se refiere a tu salud y tu buena alimentación también hay mucho que decir si se usa el móvil mientras se come porque tiene sus consecuencias, como explica la técnica en Nutrición y Dietética Ana Luzón.  

En primer lugar, se produce un aumento del consumo calórico. "Uno de los efectos más significativos de comer mientras se usa el móvil es la tendencia a consumir más calorías de las necesarias", explica Luzón. ¿El motivo? "Estar distraído por una pantalla puede hacer que pierdas la noción de cuánto estás comiendo. Estudios han demostrado que las personas que comen mientras se distraen tienden a ingerir más alimentos, lo que a largo plazo puede contribuir al aumento de peso y a problemas relacionados, como la obesidad". 

El segundo motivo es que vas a tener menos sensación de saciedad. "El acto de comer no solo involucra el consumo de alimentos, sino también la conexión entre la mente y el cuerpo para reconocer la saciedad. Cuando comes mientras miras el móvil, esta conexión se debilita, lo que significa que es probable que sigas comiendo incluso después de estar físicamente lleno. Esto se debe a que no prestas atención a las señales de tu cuerpo que te indican que has comido lo suficiente", insiste la técnica nutricionista.  

También puede provocarte problemas digestivos el comer distraído. "Cuando no estás plenamente consciente de lo que estás comiendo, es más probable que mastiques menos los alimentos, lo que puede llevar a una digestión inadecuada y causar malestar estomacal. Además, comer rápido y distraído puede contribuir a la aparición de gases, hinchazón y otras molestias gastrointestinales", explica Luzón, 

En cuarto lugar, estás teniendo una reducción del placer de comer, algo nada menor. "Comer es una experiencia sensorial completa", nos recuerda esta experta. "Al distraerte con el móvil, te pierdes el sabor, la textura y el aroma de los alimentos, lo que reduce el placer de la comida. Esto puede llevarte a buscar más comida después, en un intento de compensar la falta de satisfacción que sentiste durante la comida principal". 

Y, finalmente, ojo, tiene un impacto en tu salud mental. "El hábito de comer frente al móvil no solo afecta tu salud física, sino también tu bienestar mental", afirma, además, la nutricionista. "Este comportamiento puede fomentar la desconexión con las experiencias presentes y con las personas que te rodean, lo que podría contribuir a sentimientos de soledad y aislamiento", advierte.

Así que si buscas mejorar tu relación con la comida y cuidar de tu bienestar general, es importante ser consciente y estar presente durante las comidas. "Dejar el móvil a un lado y disfrutar plenamente de tus alimentos no solo te ayudará a controlar mejor lo que comes, sino que también te permitirá disfrutar más de cada comida", concluye esta experta.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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