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¿Los tomates en la nevera pierden sabor? Soy técnica en nutrición y te revelo si es verdad o un mito

¿Los tomates en la nevera pierden sabor? Soy técnica en nutrición y te revelo si es verdad o un mito

Hay una serie de trucos que permiten mantenerlos en su punto y conservarlos bien hasta su consumo.

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Quizás lo has oído alguna vez, pero no acabas de estar seguro de la respuesta correcta. ¿Por qué se dice que los tomates pierden sabor en la nevera? Contesta a esta pregunta y explica la razón de que esto pase, en efecto, la técnica en Nutrición y Dietética Ana Luzón. "El sabor de los tomates está influenciado por sus compuestos aromáticos, que son responsables de ese delicioso sabor fresco y dulce que tanto nos gusta. Estos compuestos son sensibles a las bajas temperaturas. Y cuando los tomates se guardan en la nevera (generalmente a menos de 7ºC), la producción de estos compuestos disminuye y, como resultado, el tomate puede perder parte de su sabor característico", resalta esta experta.

Y menciona que un estudio, publicado en la revita especializada Proceedings of the National Academy of Sciences, demostró que las bajas temperaturas afectan a los genes responsables de la producción de compuestos volátiles en los tomates, lo que explica la reducción de su sabor. 

Entonces, la duda que nos puede entrar es si siempre deben guardarse fuera de la nevera. Y la respuesta es que "depende", según dice Luzón. "La clave está en su madurez. Si los tomates están maduros ya han alcanzado su punto óptimo de maduración pueden mantenerse fuera de la nevera durante unos días. Esto permite que conserven su sabor y textura", explica la técnica en Nutrición. Sin embargo, si no los vas a consumir en pocos días, Ana Luzón te aconseja que los refrigeres para evitar que se deterioren rápidamente. 

"Pero, si los tomates están verdes o poco maduros, es mejor mantenerlos fuera de la nevera", recomienda esta experta en dietética, "para que terminen de madurar a temperatura ambiente". "Una vez maduros, puedes decidir si refrigerarlos o no, según el tiempo que vayas a tardar en consumirlos. 

Además su duración y conservación depende de si vives en una zona cálida o el momento del año en el que los compres. "Durante los meses de verano, los tomates maduros pueden deteriorarse más rápido a temperatura ambiente. En estos casos, guardarlos en la nevera puede ser la mejor opción para prolongar su vida útil, aunque esto implique sacrificar un poco de sabor". 

En cuanto a cómo evitar la pérdida de sabor si los refrigeras, Luzón apunta que hay algunos trucos para minimizar la pérdida de sabor: "Llevarlos a temperatura ambiente antes de consumirlos, para lo cual sácalos de la nevera al menos 30 minutos antes de comerlos. Esto ayudará a que recuperen parte de sus aromas y su textura sea más agradable. En segundo lugar, evita colocarlos en la zona más fría de la nevera, guárdalos en los cajones para frutas y verduras, donde la temperatura es más suave y menos agresiva". Además otro truco es que "no los laves antes de refrigerarlos, ya que la humedad puede acelerar el deterioro de la piel y favorecer la aparición de hongos". 

Otra cuestión es la textura, ya que el frío también afecta la textura del tomate. Las bajas temperaturas rompen las membranas celulares, lo que puede hacer que se vuelvan blandos y algo harinosos. Este cambio es más evidente en tomates que han estado refrigerados durante varios días. 

En conclusión, actúa según tus necesidades. "Si buscas el mejor sabor, deja los tomates a temperatura ambiente y consúmelos dentro de los primeros días después de comprarlos. Si necesitas prolongar su vida útil, guárdalos en la nevera, pero recuerda sacarlos con tiempo antes de consumirlos. Si están verdes, dales la oportunidad de madurar fuera de la nevera antes de refrigerarlos", resume esta experta. Así que, en definitiva, los tomates en la nevera pueden perder algo de sabor y textura, pero a veces es necesario priorizar su conservación. La clave está en adaptarte al momento y al uso que vayas a darles.