Lo estamos haciendo mal: por qué no hay que quitarse el cinturón cuando se apaga la señal luminosa del avión

Lo estamos haciendo mal: por qué no hay que quitarse el cinturón cuando se apaga la señal luminosa del avión

Unas "fuertes turbulencias" en un vuelo entre Londres y Singapur han provocado 30 heridos y la muerte de un hombre de 73 años. Quienes no llevaban puesto el cinturón de seguridad fueron lanzados contra el techo, según una testigo.

Señal luminosa que indica la obligación de abrocharse el cinturón de seguridad.Jose Antonio Bernat Bacete/Getty Images

Este martes, un hombre de 73 años falleció y otras treinta resultaron heridas a causa de unas "fuertes turbulencias" en un avión de la aerolínea Singapur Airlines que hacía la ruta entre Londres y Singapur. Dieciocho viajeros han tenido que ser ingresados en hospitales de Bangkok y otros doce han sido trasladados y atendidos en diferentes hospitales, mientras que el resto de pasajeros y tripulación recibieron asistencia médica en el aeropuerto de Bangkok.

Según los datos de FlightRadar, el portal que registra los vuelos en el aire en todo el mundo, el avión de Singapur Airlines sufrió una súbita pérdida de altitud durante 4 minutos. Como consecuencia, descendió desde los 37.000 a los 31.000 pies (de 11.200 metros a 9.400 metros), hasta que logró estabilizarse y volver a la normalidad.

Dzafran Azmir, una estudiante malasia que se encontraba a bordo del vuelo accidentado, ha contado a Reuters cómo vivió ella los momentos de máxima tensión: "Todo ocurrió en menos de 10 segundos, la gente se tiró al suelo, mi teléfono voló de mi mano y se fue un par de pasillos a un lado, los zapatos de la gente salieron despedidos".

Y añadido que "hubo una caída muy dramática, por lo que todos los que estaban sentados y no llevaban puesto el cinturón de seguridad fueron lanzados inmediatamente contra el techo, algunas personas se golpearon la cabeza contra el techo de las cabinas de equipaje y lo abollaron, golpearon los lugares donde están las luces y las máscaras y lo atravesaron". Y esto es un claro indicativo de que lo estamos haciendo mal en los aviones: no hay que quitarse el cinturón aunque la señal luminosa se apague.

Por qué no hay que quitarse el cinturón cuando se apaga la señal luminosa

Uno de los mayores riesgos durante un vuelo son las turbulencias. Son corrientes de aire muy fuertes que pueden desestabilizar la aeronave y provocar movimientos bruscos en el interior de la cabina. Y para poder evitar riesgos y lesiones durante este tipo de situaciones es importante utilizar correctamente el cinturón de seguridad

Por este motivo, los auxiliares de vuelo incluyen una demostración de seguridad. En los escasos minutos que duran las instrucciones que hay que tener en cuenta, se incluyen, entre otros aspectos, información sobre las salidas de emergencia, sobre cómo ponerse el chaleco salvavidas o sobre cómo respirar en la mascarilla de oxígeno. Y también se explica brevemente cómo abrochar y desabrochar correctamente el cinturón de seguridad.

Para mayor seguridad todos los aviones incluyen una señal luminosa que sirve para que los pilotos indiquen a los pasajeros cuando deben permanecer sí o sí con el cinturón abrochado. Siempre se encienden durante el despegue y el aterrizaje, pero también cuando el jefe de la tripulación lo considere necesario en caso de turbulencias y otros riesgos.

Sin embargo, lo habitual es que el cartel se apague cuando el avión alcanza la altitud necesaria. Y no son pocos los pasajeros que deciden desabrocharse para estar más cómodos. Pero esto es un error. Lo ideal es permanecer con el cinturón abrochado en todo momento, con la única excepción de aquellos momentos en los que hay que levantarse para ir al baño. 

Infiltrados
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Y el ejemplo más claro es el vuelo de Singapur Airlines. Si todos los pasajeros hubieran llevado correctamente abrochado su cinturón, es probable que el recuento de heridos fuera inferior. El sistema de seguridad habría retenido sus cuerpos en el asiento, de modo que las posibilidades de impactar contra el fuselaje del avión se hubieran reducido.

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Tamara González Sánchez es redactora de actualidad en El HuffPost. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Valladolid, con Máster en Reporterismo de Televisión en la Universidad Rey Juan Carlos. Antes de llegar aquí estuvo dos años en RTVE, trabajó en 'La Voz de Medina' y Cáritas Autonómica de Castilla y León, e hizo sus prácticas universitarias en La 8 de Valladolid y 'La Mañana' en La 1.

Puedes contactar con ella en: tgonzalez@huffpost.es