El presidente de EEUU está "sorprendido" por el hallazgo de estos documentos, que no sabe qué contienen. Defiende que fueron entregados en cuanto se descubrieron.
Sus representante habrían mentido al indicar que todos los documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca habían sido devueltos, lo que habría justificado el registro.
Lindsey Graham, un peso pesado en el partido por Carolina del Sur, azuza el miedo en unas declaraciones que rescatan el fantasma del asalto al Capitolio.
Insiste en que se está haciendo un uso político de la fuerza de la ley para allanar su propiedad, pero aún así ofrece que se conozcan los documentos de forma "inmediata".
El 'Washington Post' desvela que la redada se debe a la preocupación de que los papeles caigan en malas manos. No se sabe si hablan de armamento de EEUU o de otros países.
Fox desvela que tanto el director del Buró como el responsable judicial viajan ahora con nuevos guardias armados y se está estudiando incrementar su seguridad.
Los republicanos piden explicaciones al Departamento de Justicia, que guarda silencio, y la Casa Blanca insiste en que no sabía que la operación se iba a producir.
El expresidente de EEUU es sospechoso de haberse llevado documentos secretos a su residencia, pero se defiende asegurando que es una persecución de la "izquierda".
En una de las notas rotas se puede leer la palabra “cualificado”, y en otra Stefanik, una posible referencia a la congresista republicana Elise Stefanik, aliada del magnate.