Soy técnico nutricionista y estos son los ingredientes a evitar en las etiquetas de los alimentos

Soy técnico nutricionista y estos son los ingredientes a evitar en las etiquetas de los alimentos

La experta en nutrición Ana Luzón te da las claves para saber cómo interpretar el etiquetado de los productos.

Una mujer consulta la etiqueta de un producto en un supermercado.VLG via Getty Images

Comprar un alimento saludable hoy en día en el supermercado puede parecer una tarea complicada, por ello, Ana Luzón, técnica en nutrición nos ayuda a entender, a partir de algunos ingredientes o palabras en la etiqueta de los alimentos, cuáles son los que sugieren que ese producto sea o no saludable. Para ello, Luzón nos aconseja evitar aquellos productos que entre los primeros ingredientes se encuentren:

Azúcares y sus derivados 

Siempre se desaconseja la ingesta de azúcares en cantidades excesivas. En general, un exceso de azúcar aumenta el riesgo de diabetes, obesidad y enfermedades estrechamente relacionadas. Hay que tener en cuenta que algunos azúcares simples pueden estar presentes con diferentes nombres como: sacarosa; fructosa; dextrosa; azúcar de uva o jugo de agave entre otros.

Sal

La Organización Mundial de la Salud aconseja no exceder los 5 gramos de sal de mesa por día, lo que equivale aproximadamente a una cucharadita. Por eso, aunque las etiquetas marcan siempre la sal, también debemos considerar el extracto de levadura, ya que este ingrediente está diseñado para realzar y preservar mejor el sabor de los alimentos que consumen los clientes.

Harinas refinadas

Al haber perdido ciertos compuestos, las harinas refinadas tienen un aporte de fibra mucho menor. Esto desemboca en un alto índice glucémico y, por lo tanto, un incremento de los niveles de glucosa en sangre. Dicha cuestión contribuye también a que sean menos saciantes y que el cuerpo vuelva a demandar energía rápidamente. Razón por la cual Luzón recomienda "fijarse en el etiquetado y optar por los productos que contengan harina integral".

Otros refinados

Según la experta es importante evitar este tipo de productos ya que “han sido sometidos a tratamientos térmicos y/o químicos para producirlo y por ello, han perdido su contenido en vitaminas, fibra, minerales y demás compuestos que hacían que fuera sano”. Y es que, según explica Luzón, “el refinamiento de ingredientes elimina la matriz alimentaria de mayor interés nutricional (fibra, vitaminas, minerales...)”. Por lo que “hace que estos productos tengan poco poder saciante (entre otros motivos)” añade.

Grasas de poca calidad

Si hay aceites o grasas en un producto, Luzón especifica que "conviene evitar los aceites refinados de semilla como: girasol, palma, soja, linaza, algodón, cabina, semillas de uva, etc y las grasas Trans, las cuales podemos reconocer cuando en el etiquetado observemos la palabra aceites vegetales hidrogenados o parcialmente hidrogenados; ej. Margarina”. Esto significa que los alimentos que los contienen, especialmente en grandes cantidades, definitivamente no son alimentos saludables ya que contienen sustancias nocivas a nivel cardiovascular.

Evitar los que contienen gran cantidad de aditivos 

Hoy en día es complicado encontrar alimentos o productos alimenticios que no contengan aditivos. No obstante, debemos alejarnos de los que contengan excesivas cantidades “porque nos da pistas de que será un alimento ultraprocesado; no porque los aditivos no sean seguros” explica Ana Luzón, quien agrega que “esta parte es debatible e interpretable, porque hay ciertos alimentos en los que el uso de aditivos es deseable, como es el caso de los conservantes para evitar toxi-infecciones y los antioxidantes para conservar propiedades y evitar deterioros o enraizamientos, es decir, el uso de aditivos se usan con el fin de alargar la vida útil del producto y mejorar la seguridad”.

Pero cuando entramos en el terreno de lo organoléptico (de los sentidos) la profesional recalca que tendríamos que preguntarnos “¿cuánto es lo necesario en un potenciador del sabor? ¿O de un edulcorante? ¿O de un colorante? pues, son aditivos que no tienen una función de seguridad, sino que enmascaran las propiedades de alimentos, para hacerlos todavía más apetecibles”.

Como conclusión, Luzón asegura que “los aditivos no son peligrosos desde el punto de vista de hacernos un daño directo, son seguros si se usan en las cantidades y en la forma que está contemplada”. Pero, eso no quita una realidad, y es que “no todos los aditivos son inocuos. Hay algunos, que concretamente pueden desencadenar problemas de forma indirecta. Por eso es importante ser conscientes de que hay productos menos saludables que otros”, indica Luzón. Por eso es importante “leer la etiqueta cuando sacan un nuevo producto o reformulan uno que comprabas habitualmente”, añade la experta.

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

Resumiendo, “piensa en el plato saludable ¿Hay muchas cosas que lleven etiquetado? Frutas, verduras y hortalizas, legumbres, huevos...En general los alimentos saludables (materias primas) no necesitan etiquetas” sentencia Luzón.