Vivir en el alquiler poco asequible del plan estrella de Ayuso: "Nos sentimos estafados y engañados"

Vivir en el alquiler poco asequible del plan estrella de Ayuso: "Nos sentimos estafados y engañados"

Con el acceso a la vivienda como uno de los mayores problemas de Madrid, los vecinos de la zona residencial de Alcorcón gestionada por Sol tienen que lidiar unas cláusulas, como el pago del IBI, que ya fueron declaradas ilegales por el Supremo.

Isabel Díaz Ayuso presentando su 'Plan Vive'.Europa Press via Getty Images

Nos sentimos engañados y estafados”. Podría ser un mensaje recurrente, pero la situación que están viviendo decenas de vecinos en su nueva residencia, una de las fincas construidas por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso para el Plan Vive, su programa estrella de ‘alquiler asequible’, no tiene nada que ver con lo que algunos creen que debe ser un programa de estas características.

Mientras se confirma la subida de casi un 30% del precio de los alquileres en la región y se sigue batallando, sin ninguna medida concreta, contra el preocupante auge de los pisos turísticos, la Comunidad de Madrid ha tratado de unificar sus esfuerzos en poner en marcha unos alquileres que menos asequibles, lo son todo -quebraderos de cabeza incluidos-.

A mediados de marzo, el Gobierno de Ayuso firmó los primeros contratos del Plan Vive puesto en marcha en Alcorcón, en la urbanización situada en la calle Ocho de Marzo. Decenas de personas recibieron sus llaves tras firmar un acuerdo por siete años, prorrogable a otros tres, que contaban con algunos puntos que no esperaban.

Pero meses atrás, en octubre, -cuando casi todo esto era campo- la cosa no empezó con el mejor pie posible. Según relatan algunos vecinos a El HuffPost, la Comunidad de Madrid habilitó una página web en la que “no había concursos” y uno se podía inscribir como si de una página web de venta de entradas se tratara.

El efecto que se logró fue similar al que se ha registrado en más de un lanzamiento de conciertos de algunos de los cantantes más conocidos en la actualidad. La web -para sorpresa de nadie- se cayó. “El primero que llegaba se asignaba un número por orden. Se saturaron los servidores y hubo una filtración de datos sensibles”, denuncian.

Los solicitantes pusieron una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos y mantuvieron reuniones con el Ayuntamiento de Alcorcón. La empresa constructora se vio obligada a disculparse por el error. Era solo el primer paso para tratar de hacerse con una vivienda que muchos ya pensaban que de asequible tenía solo el nombre.

Cuestión de rentas

Si se le pregunta por la calle a cualquier persona -independientemente de la ciudad española en la que resida- sobre lo que piensa que es un alquiler asequible, casi todos -por no decir todos- defenderán que es aquel domicilio público que sale a un mercado acotado para ofrecer servicio a personas sin una renta suficiente para poder independizarse.

Pues lo que ha hecho la Comunidad de Madrid con su Plan Vive, tanto en Alcorcón como en su reciente lanzamiento en San Sebastián de los Reyes, poco tiene de asequible. Los alquileres que ofrecen superan, en casos como el de Alcorcón, precios registrados en portales inmobiliarios como Idealista.

Algunos de los solicitantes no han cumplido con las expectativas y han sido rechazados por el Ejecutivo regional. No contaban con las rentas mínimas exigidas para destinar el porcentaje ideal para el alquiler fijado por el Banco de España, un 30%.

En la página web habilitada por el Gobierno de Ayuso, Convive Madrid alquila, recogen tres tipos de pisos de alquiler. Las casas de un dormitorio, de unos 42,23 metros cuadrados, se ofrecen “desde 429 euros mensuales”. Las de dos habitaciones, de 66 metros cuadrados útiles, va desde los 599 euros al mes y los de tres, de 83,84 metros cuadrados, desde los 765 euros.

Unos precios que, para estar en la zona del ensanche de Alcorcón, están por encima de lo que se puede encontrar en el mercado en la actualidad. Pero que cuentan con un asterisco doble que es clave en toda esta problemática, las cláusulas añadidas.

Además de la renta mensual, los inquilinos deben pagar los gastos de los servicios comunitarios -en los que entran la limpieza de las zonas comunes, la jardinería, el mantenimiento, la consejería y el gimnasio, del que luego hablaremos. Pero la cosa no queda ahí, ya que los arrendatarios también deben pagar el importe del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) “mediante un prorrateo mensual”, así como las tasas de basuras y otras tasas municipales.

Entre esas tasas, al ser una vivienda de nueva construcción aparecen unos gastos imprevistos para ellos, el alta de los servicios básicos de agua, electricidad y aerotermia -sistema utilizado en estos nuevos edificios-. “Y eso que a los siete años nos pueden echar”, aseguran los vecinos.

“Son cláusulas abusivas. Hay que dar el alta de los servicios por ser nueva vivienda. El propietario no se ha hecho cargo. Eso es mucho dinero. Solo el alta del agua son unos 207 euros. El alta de la luz y el de la aerotermia también lo pagas”, aseguran.

Lo más llamativo es que el IBI siempre suele correr a cargo del propietario de la vivienda. Ejemplo de ello es una sentencia del Tribunal Supremo de 2023 en la que declaró ilegal la misma medida después de la denuncia presentada por un grupo de vecinos en Aragón.

Pisos que no han tenido “una puesta a punto”

Por si fuera poco, esa letra pequeña, clave para entender que la renta final que los arrendatarios van a destinar mensualmente durante los próximos meses, va acompañada de lo que está siendo una pesadilla para muchos de ellos, el estado de las casas.

Una vez dieron de alta la aerotermia, había “viviendas sin calefacción”. “En Semana Santa estuvimos sin ascensores. Ahora se ha estabilizado, pero antes había que esperar 10 minutos hasta que salía el agua caliente”, denuncian.

Los inquilinos consideran que estos pisos, de nueva construcción, no han tenido “una puesta a punto” y eso se ve reflejado en el estado en el que se encuentran muchas partes de la urbanización y en “las terminaciones de los pisos”.

Mal estado de las viviendas.IMÁGENES CEDIDAS

Para dar a conocer las incidencias, la Comunidad de Madrid habilitó una aplicación, Convive, en la que los vecinos pueden registrar incidencias sobre el estado de los inmuebles y las zonas comunes. “En este bloque hay 3.500 incidencias”, aseguran.

“Desde tener la pared sin pintar con el pladur o, cosas más raras, como que se está levantando el suelo porque hay muchos que están desnivelados. Hay pisos que están peores que otros”, señalan.

Por si fuera poco, posiblemente, la rapidez con la que han querido terminar las obras han hecho que algunos detalles no hayan quedado de la mejor forma posible y eso se ha transmitido en más problemas. “Cuando ha llovido, se filtra el agua por arriba y llegaba a las terrazas. Pero también ha ocurrido en el interior. Hubo una inundación en una casa en la que estaba mal puesto el latiguillo”, detallan.

  Inundación en una de las viviendas.IMAGEN CEDIDA

En unas viviendas de estas características, todos los inquilinos empiezan de cero y todas se ofrecen sin ningún mueble. Pero hay gente que todavía no ha podido instalar “en condiciones” la lavadora por el estado en el que se encuentra el suelo. En algunos de ellos, está completamente levantado o tiene desperfectos.

En esas zonas comunes, además de una piscina “minúscula”, también critican que lo que se ofrecía durante la firma del contrato con, por ejemplo, el gimnasio no se había cumplido. “No estaba provisto de nada cuando nos dieron las llaves. No había puertas y estaban cambiando el suelo. A día de hoy han puesto 4 máquinas, pero hemos protestado porque eso no era lo que aparecía en el acuerdo y van a sustituirlas por otras”, reclaman.

  El gimnasio a medio completar.IMAGEN CEDIDA

“De asequibles no tienen nada”

La pregunta que muchos se plantean ahora es, por qué decidir entrar en una casa con una cuantía así. Reconocen que “de asequibles no tienen nada”. “Ha habido muchas personas rechazadas porque no llegaban. No son viviendas para ayudar. Nos sentimos engañados y estafados porque el supuesto plan estrella no funciona”, recriminan.

Los principales partidos de la oposición, Más Madrid y PSOE, ya han mostrado su voluntad de que el Gobierno autonómico de explicaciones en la Asamblea de Madrid. Cristina González, portavoz de vivienda socialista, habla de que ya hay quién lo llama “el Plan malvive o sobrevive”.

El IBI lo tendría que pagar la Comunidad de Madrid y lo que han hecho ha sido meter en los pliegos una cláusula, donde pone que son los propios inquilinos los que tienen que pagarlo”, reprocha.

Desde el PSOE aseguran que los pisos ofrecidos en Alcorcón están “al mismo precio de mercado”. “Hay pisos de tres habitaciones que superan los 1.000 euros. Han hecho que los pisos dejen de ser asequibles porque se pide un nivel de solvencia muy alto”, explica.

Los socialistas consideran que esos pisos deben estar “un 30% por debajo de los ingresos del inquilino”, sin que ello suponga que deban establecer unos ingresos más altos. “Deben bajar los precios del alquiler, entre 300 y 400 euros al mes menos de lo que está en el precio de mercado”, añaden.

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

Es posible que lo que han vivido muchos de estos vecinos en el último mes solo está a la altura de series de ficción como Aquí no hay quien viva, pero ni mucho lejos de la realidad, el calvario de todos ellos poco tiene que ver con el acceder a una vivienda considerada asequible. Un plan estrella de Ayuso que, literalmente, hace aguas en las primeras semanas de estreno.

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Sergio Coto es redactor en El HuffPost. Nació en Madrid, en 1995, y estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de llegar a El HuffPost, trabajó como redactor en '20 Minutos', 'El Mundo', 'La Sexta', 'Bankinter' y 'El Plural'. Puedes contactar con él en sergio.coto@huffpost.es