Si eres un usuario habitual de Instagram, estarás más que familiarizado con términos como Perpetua, Slumber o X-Pro II. Son los nombres de los filtros con los que se puede retocar las fotografías antes de compartirlas. Mientras unos añaden luminosidad o un velo azulado, por ejemplo, otros aumentan el contraste o suavizan los colores.
En sus inicios, la aplicación no iba a incluir filtros. Antes de su lanzamiento en 2010, sus creadores (Kevin Systrom y Mike Krieger) estaban muy preocupados porque su proyecto no fracasara. Fue la mujer de Systrom quien les sugirió que incluyeran algo que aportara mayor belleza a las imágenes que iban a subir los usuarios.
Al principio, sus nombres no tenían un sentido muy elaborado y solían hacer referencia al contexto o lugar de su creación, como el filtro Valencia. Su nombre se debe a que Systrom trabajó en él desde una cafetería de la calle Valencia de San Francisco (Estados Unidos). En la actualidad, la adjudicación de nombres se realiza mediante un proceso más colaborativo y meditado, con sesiones de lluvia de ideas entre sus empleados. Además, se procura que no tengan sentido ofensivo y que sean fáciles de pronunciar, ya que no se traducen.
Este es el origen de algunos de los nombres de los filtros más significativos:
El jefe de producto John Barnett trabajó en este filtro desde Point Reyes, en la península de Marin County (California, Estados Unidos). Persigue plasmar esa sensación de calor y polvareda.